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"Editorial"

"Noticias falsas"

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05/12/2016

    Editorial

    El mundo comienza a tener conciencia de los peligros que emanan del Internet.
    Hasta hace poco, la mayoría de las personas veíamos las redes como una herramienta de comunicación, después comenzó a convertirse en una plataforma de negocios y de manera natural alguien la convirtió en un espacio lúdico, donde las personas se pueden divertir.
     
    Pero pocos se imaginaron que también podría convertirse en un espacio para que habite el crimen, la desinformación, el autoritarismo.
     
    El Internet parecía un espacio infinito donde podíamos almacenar todo lo que pudiéramos imaginar, un enorme almacén dónde depositar y compartir imágenes, información y conocimiento, pero siempre como un espacio pasivo, que podíamos finalmente cerrar cuando no lo necesitábamos.
     
    Lo que nunca nos imaginamos es que la red podría ser un mundo ajeno que podría atacarnos, abrirse a voluntad y hurgar en nuestras vidas, cambiarlas, afectarlas.
     
    Durante la pasada elección presidencial en Estados Unidos, los estadounidenses descubrieron alarmados que entre el caudal de información política que de forma natural produce la competencia electoral había una gran cantidad de información falsa.
     
    Esta información aparece como notas interesantes, sucesos imprevistos, cosas raras que de pronto corren desde páginas personales o sitios desconocidos hasta los medios habituales de comunicación.
     
    Ayer, un hombre entró en una pizzería en Washington, intentaba descubrir una supuesta red de prostitución infantil de la que se había enterado a través de Facebook, desesperado por no encontrar nada sacó su arma y comenzó a disparar.
     
    Las balas que afortunadamente no hirieron a nadie fueron la materialización de una noticia falsa.
     
    Intentando poner cara a los autores de las noticias falsas, un grupo de investigación siguió una pista que los llevó hasta Macedonia, un país vecino de Grecia; ahí encontraron a un grupo de adolescentes que se dedican a crear noticias falsas que leen miles de personas, permitiéndoles ganar dinero por la publicidad que lograban vender en esas páginas.
     
    Y como ellos hay miles de personas que todos los días producen información que navega en las redes y que puede contarnos la historia de un gatito que salvó su vida escapando de un cocodrilo o inventar una historia que lleve a una persona a cometer una locura.
     
    Tarde o temprano tendremos que hacer frente a los criminales que comienzan inventando una historia.

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