"Otro desaire a Sergio Torres 'El Morrín', efigie del fiasco"

No será Sergio Torres Félix sino José Alberto Salas Beltrán el que tome posesión hoy como Delegado en Sinaloa de la Secretaría de Desarrollo Social del Gobierno Federal, en una decisión política que trae mensaje y mensajero para el ex Presidente Municipal de Culiacán, quien busca asideros y lo que encuentra son rechazos.

Este día se recalcará el segundo fracaso de la gestión de Sergio Torres para que el Partido Revolucionario Institucional y el Gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel, le avienten un "salvavidas" político que lo mantenga a flote en el mar de sospechas en el cual es náufrago.

El primer revés ocurrió cuando Ordaz Coppel excluyó al ex Alcalde de Culiacán en los puestos de primer nivel en la administración pública estatal, bajo la advertencia de asesores y sectores productivos y sociales de que darle un cargo abollaría la palabra del Gobernador de integrar un Gabinete con gente honorable.

En el sector empresarial, por ejemplo, quedó marcado aquel episodio donde Sergio Torres y quien fuera su Tesorero, Édgar Kelly, instalaron una oficina secreta por la calle Ruperto L. Paliza a donde hacían ir a los proveedores con quienes tenía deudas el Ayuntamiento para pedirles a estos una cuota de dinero en efectivo, de hasta el veinte por ciento, como condición para liquidarles el débito.

Sin embargo, es en el Par Vial de Culiacán donde debe escribirse el epitafio del hombre que empezó como barrendero municipal y, fiel al oficio, barrió como Alcalde con cualquier expectativa ciudadana en cuanto a honestidad, vocación de servicio y participación social.

Por las avenidas Álvaro Obregón y Aquiles Serdán bien puede ofrecerse el cínico tour de la avaricia sergista.

También el manejo de recursos públicos es un desastre que con pena ajena tratan de taparle el Cabildo de Culiacán y la Auditoría Superior del Estado.

Quizás el disimulo de los órganos de fiscalización frente al desorden en las cuentas de Torres sea lo único que en este momento le puedan ofrecer el Gobernador Ordaz Coppel y el Alcalde Jesús Valdés.

Y por si alguien pretendiera obtener utilidad de este fiasco, en el interminable recuento del desastre llamado Sergio Torres es posible rescatar la moraleja de que nadie puede ejercer la función pública cancelando la participación ciudadana ni manejando el erario con esquemas opacos y en consecuencia corruptos.

Esta posdata tendría que aparecer al final de cada observación que la ASE formule respecto al Gobierno de Culiacán en el periodo 2014-2016, o acuñarse la lección en lugares en que permanece "El Morrín", monigote que quedó huérfano, triste y apenado, por ser evocación de la pifia y de la rapiña.

Por lo pronto, al negársele a Sergio Torres la delegación de Sedesol en Sinaloa le corresponderá a Ordaz Coppel y al PRI buscarle el premio de consolación al ex Alcalde que no ocupa trabajo ni dinero, pero sí está urgido de un podio, el que sea, nunca para pedir perdón y sí para reincidir en el canto de las sirenas.

Re-verso

Dicen las lenguas del mal,

Que empujando el botín,

Deambula por el par vial,

De la mano del "Morrín".

Bad hombres

Es verdad que Donald Trump es el villano favorito del mundo, pero en el carnaval de Mazatlán hubiera bastado con chamuscar en la quema del mal humor la alegoría de Alí Babá y los cuarenta ladrones y ni así se abarca a todos aquellos que desde cargos públicos estatales y municipales se llevaron hasta el papel de baño, nomás por romper récord en corrupción.

alexsicairos@hotmail.com