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"USTED LO DICE"

"Piden no demoler Casa del Marino"

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    Sr. Director.
     
    La “Casa del Marino de Mazatlán” está considerada como institución nacional en virtud del decreto del 15 de julio de 1943 firmado por el Presidente, General Manuel Ávila Camacho. “La Casa del Marino” fue creada en acatamiento a la recomendación hecha por la Conferencia Internacional del Trabajo celebrada en Ginebra, Suiza, en 1936. Esta “Casa del Marino” fue construida con fondos aportados por el Gobierno Federal, compañías navieras, agentes consignatarios de buques, agentes aduanales y marinos mercantes mexicanos, conforme a lo dispuesto por el decreto del 4 de marzo de 1941 y de conformidad con el artículo No. 158 de la Ley Federal del Trabajo vigente entonces. Dicho acuerdo señala que “el objeto principal de ‘La Casa del Marino’ es procurar el bienestar de los marinos en tierra, desarrollando su nivel moral e intelectual así como sus necesidades sociales sin objeto alguno de lucro y, bajo ningún concepto, podrá considerarse como institución caritativa o de asistencia pública o privada”.
    “De los beneficios de la institución podrán gozar todos los trabajadores marítimos como un derecho derivado de la compensación de sus actividades, sin distinción de nacionalidad, religión, raza, color, sexo, credo político ni categoría como trabajador”.
    “Los servicios que preste la “Casa del Marino’ serán los que exija el fin social de las instituciones de esta clase que funcionan en los países marítimos signantes y las modalidades que exija nuestro medio de acuerdo con la época”.
    “La Casa del Marino de Mazatlan” fue inaugurada el día 1 de junio de 1946 por el propio Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, General Manuel Ávila Camacho y, desde esa fecha, prestó servicios adecuados según lo estipula la ley respectiva de su creación.
    La “Casa del Marino de Mazatlán” nunca dependió de erogación presupuestarias pues, según está señalado por el decreto de su creación, todos los buques mayores de 500 toneladas de tonelaje neto deben pagar un derecho portuario que se debe enterar en la tesorería de la Federación y de ese fondo se tomaba, año tras año, el presupuesto necesario para la operación de la “Casa del Marino” además de los cobros por los servicios prestados, hospedaje, alimentación, cafetería-bar, lavado y planchado de ropa, telefonía, etc.
    En 1990, merced a la soberbia administrativa de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, SCT, y el abuso del poder, al autoritarismo y a la falta de identidad con los asuntos marítimos mexicanos de los funcionarios de la Coordinación General de Puertos y Marina Mercante, Dirección General de Marina Mercante y Fideicomiso de Educación Náutica, la “Casa del Marino de Mazatlán” fue cerrada mediante la excusa de un dictamen estructural amañado realizado por los aprontados del Centro SCT de Culiacán, Sinaloa, quienes se prestaron a este complot perverso en contra de un bien inmueble nacional relacionado con valor artístico por el Instituto Nacional de Bellas Artes, INBA, y que, con el número de clave 250120010108, este inmueble está considerado como monumento histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, INAH.
    Nuestra lucha de 27 años como patronato pro rescate de la “Casa del Marino” ha sido, es y será hasta lograr que las autoridades federales de la SCT, las de la Coordinación de Puertos y Marina Mercante y el propio Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, quien está obligado por el artículo 214 de la Ley Federal del Trabajo en vigor actual, cumplan con su obligación, reparen su omisión administrativa, restauren el grave daño causado al patrimonio nacional y cumplan con el convenio internacional “C-163- convenio sobe el bienestar de la gente de mar, 1987”  signado y adoptado como obligatorio por nuestro país en Ginebra, Suiza, el 24 de septiembre de 1987, dentro del marco de la 74 reunión de la Oficina Internacional del Trabajo en el puerto y en el mar, entre las cuales está considerada y aceptada la creación, establecimiento, operación y mejoramiento de las “Casas del Marino”, servicios inherentes y conexos. En este documento multi citado se elevan a nivel de convenio internacional las antiguas recomendaciones “R-48” y “R-138” de 1936 y de 1970, respectivamente, que se refieren al bienestar de la gente de mar en puerto y en la mar, entendiéndose como “gente de mar” todo aquel tripulante en puerto y en la mar, entendiéndose como “gente de mar” todo aquel tripulante de una embarcación privada o pública, siempre que no sea de guerra, sin distinguir su rango, raza, color, religión, credo político, sexo, nacionalidad o idioma.
    Nosotros, los marinos mercantes mexicanos y mazatlecos, no podemos entender la mediocridad y maligna omisión administrativa de las autoridades de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, SCT, de la Coordinación General de Puertos y Marina Mercante, de la Dirección General de Marina Mercante y de la Dirección General de Educación Náutica, quienes arguyen un dictamen estructural hecho a modo por técnicos cómplices para justificar su irresponsabilidad, confiados en la costumbre del disfrute de la impunidad en la desobediencia de la ley y en el incumplimiento vergonzoso de un convenio internacional firmado por el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos y aprobado por el pleno del Congreso Mexicano. Este patronato dispone del dictamen estructural del inmueble “Casa del Marino” realizado en 2007 por un doctor en reconstrucción de edificios antiguos, dictamen que fue aprobado por la Dirección de Obras Públicas municipales de Mazatlán y certificado ante notario público y, asimismo, disponemos del dictamen estructural realizado en el año 2017 por el mismo distinguido profesionista doctorado en Francia y en Inglaterra y quien avala la restauración, no la destrucción infame y aviesa del inmueble “Casa del Marino de Mazatlán”.
    Ahora, para ayudarse a desaparecer su omisión administrativa, su abandono criminal del inmueble y el incumplimiento vergonzoso ante las naciones marítimas signantes del convenio internacional “C-163”, están pretendiendo que el Gobierno del Estado de Sinaloa y los sufridos ciudadanos sinaloenses se conviertan en sus cómplices, en su mano del gato para sacar las castañas del fuego, y destruyan la “Casa del Marino de Mazatlán”, convirtiéndola en una explanada donde ordeñarán económicamente a cientos de vendedores ambulantes en su angustia de lograr un ingreso honesto para sobrevivir.
     
    Muy respetuosamente,
    Por el Patronato Pro rescate de la Casa del Marino de Mazatlán, A.C.
    Cap. de altura M.,M.N. Felipe de Jesús Hernández Ascencio
    Presidente del Consejo Directivo

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