"Porque quieren, porque pueden"

Porque quieren, por eso han sacado las armas en momentos en que la mayoría de las familias, en varias partes de Sinaloa, están reunidas para celebrar la llegada del Año Nuevo.

 

Porque pueden, por eso han detonado sus armas, a coro, porque saben que si algo tienen en común todos aquellos que dispararon al aire sus equipos, de diferentes calibres, es que nadie los va a tocar.

 

Mientras hay un discurso oficial que busca vender la idea de que los operativos y las estrategias de seguridad en Sinaloa están funcionando, por otro lado están los que delinquen y que buscan, en un acto simbólico, demostrar el nivel de su fuerza, frente a la autoridad.

 

Y lo hacen porque quieren y porque pueden. La impunidad que prevalece no solo en el Estado, sino en el País, les da confianza para actuar como lo hacen: retando a la autoridad y atemorizando a la población.

 

Porque saben que los únicos que “no sabrán” dónde se están detonando las pistolas y los fusiles son las autoridades. Y porque los que saben, preferirán resguardarse bajo un techo, a la espera de que pase la lluvia de balas y protegerse del daño que la autoridad ha sido incapaz de prevenir.

 

Tal vez haya algún resultado en alguno de los operativos que las autoridades implementan en contra de las autoridades. Tal vez pueda hablarse de algunos logros que han alcanzado en el combate a los grupos delictivos, pero solo basta un gesto, un acto, de quienes delinquen, para evidenciar hasta dónde han llegado las estrategias gubernamentales.

 

La autoridad no quiere saber la dimensión del problema, por ejemplo, de los disparos en Año Nuevo, porque, argumentan, no encontraron los restos de las balas detonadas. Si quisieran hacerlo, solo basta darse una vuelta por las redes sociales para que vean y oigan lo que ha pasado.

 

El Gobierno, sea el de Sinaloa o el federal, no han querido ver que los logros que pregonan contra la inseguridad y la violencia han sido limitados y muestra de ello son las manifestaciones de quienes delinquen, con la seguridad de que lo seguirán haciendo.

 

Y mientras no acepten sus limitaciones, no habrá fórmula que pueda generar un cambio.