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"OBSERVATORIO"

"Prensa, el flanco más débil. Parar ataques a periodistas"

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OBSERVATORIO

    Si algo está alentando la ausencia de justicia contra los asesinos de Javier Valdez Cárdenas, es la facilidad con la que cualquier delincuente amenaza o ataca a periodistas en Sinaloa, pues dan por hecho que el imperio de la ley está rebasado por el señorío de la impunidad. En consecuencia, la libertad de expresión languidece ante la libertad para delinquir de los malhechores. 

    Ayer, cuando periodistas, líderes sociales y ciudadanos nos preparábamos para insistir que el Gobierno haga su trabajo a tres meses del crimen que le quitó la vida a Valdez, el periódico Noroeste dio a conocer la amenaza de muerte contra uno de sus reporteros, situación que intimida más a un sector de por sí amedrentado. 

    La delincuencia de todo tipo se ha envalentonado contra un periodismo que trata de desalojar al miedo de las redacciones. Ve a la prensa abandonada, huérfana de autoridades e instituciones comprometidas con las garantías de libre expresión y derecho a la información. Es que el mismo Gobierno da por hecho que el sometimiento de reporteros y medios comienza con poner a los comunicadores en un estado de terror. 

    Tal vez el periodismo sea el flanco más débil en la estructura social del hartazgo.

     A diferencia del común de la gente que halla la posibilidad de expresar sus filias o fobias en el anonimato, bastando la concupiscencia entre frivolidad y redes sociales, el periodista da la cara, pone su nombre e intenta la prueba como sostén de las noticias. 

    A ese lado frágil todos le tiran. Desde el sicario que obedece la orden del narco para tumbar vidas y poner a temblar tribunas, hasta el gobernante intolerante que, o se anima a matar, o incita a sus huestes a silenciar las voces que le resultan incómodas. Inclusive hasta el malandrín de poca monta que busca romper por lo más delgado la cadena de libertades. 

    Cuando hicimos un cerco simbólico a Palacio de Gobierno lo que buscamos es acorralar a gobernantes e instituciones en la obligación de respetar la vida y los derechos ciudadanos. Luego dibujamos una cruz por los caídos y a la vez la pusimos en la cabecera del cenotafio a la justicia. Los que estábamos ahí no ofendimos ni asesinamos a nadie; si acaso pretendimos matar la impunidad. 

    Y no se vale que en el mismo trayecto doloroso hacia los tres meses del fiasco de la ley en el expediente Javier Valdez, la delincuencia organizada o desarticulada haya afectado al periodista de Los Mochis, Juan Pablo Espinoza, al quemarle el automóvil en la cochera de su casa el 30 de julio, y que Noroeste haya denunciado ayer la amenaza contra una de sus reporteras en Culiacán. 

    Es derivación de la impunidad, Gobernador Quirino Ordaz Coppel. Es desafío para la Fiscalía General del Estado que debe tratar las agresiones contra periodistas con igual eficiencia que la que está mostrando en resolver otros hechos violentos de alto impacto. Es burla para la ciudadanía que al arropar a la prensa se está resguardando a ella misma.

    Es desgobierno, Presidente Enrique Peña Nieto.

     

    Re-verso 

    Cerco de unos cuantos, 

    A un Palacio ya sitiado, 

    Antes rehén de tantos, 

    Que secuestran al Estado.

     

    La lupa ciudadana 

    Un grupo de ciudadanos armados con lupas del valor civil se pusieron a investigar cómo se contrató y pagó la obra que activó el Par Vial de Culiacán. ¿Qué encontraron? En verdad se va a sorprender si acude hoy, a las 10 de la mañana, al Centro Sinaloa de las Artes Centenario. Invitan Iniciativa Sinaloa y Movimiento Interdisciplinario de la UAS.

     

    alexsicairos@hotmail.com

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