"PRI y PAS, traición hecha. El festín de los corruptos"

Qué iba a imaginar Sinaloa que después del aquelarre del crimen organizado, que ha bañado de sangre a esta tierra, seguía el banquete de impunidad que el Congreso les está sirviendo a los corruptos que desfalcaron al erario. Inimaginable siquiera que los diputados locales le tuvieran tanta fobia al estado y su gente.

Pero sí. Al dar una gran zancada en sentido opuesto a la rendición de cuentas, la 62 Legislatura emparejó el terreno para que la espeluznante historia del desfonde de las finamzas sinaloenses quede en otra anécdota de impudicia, historia triste que motivará a otros a repetirla.

Ayer, sin poder convencer a los sinaloenses de que buscan fortalecer la transparencia y no la opacidad y corrupción, las facciones priista, pasista y panalista del Congreso del Estado consumaron una reforma constitucional que los marca con la traición a la sociedad. Sometieron la democracia y transparencia parlamentarias para volverlas rehénes de los desfalcadores de Sinaloa.

Ganaron la votación en la Cámara pero perdieron la pizca de credibilidad que les quedaba. De dignidad ni hablemos porque ese cotejo lo harán los votantes dentro de unos meses, electores que estaban ahí, en el recinto legislativo, o que presenciaron en redes sociales el show de los desfachatados.

En un sistema con contrapesos alterados, aquellos que pidieron el voto hoy arremeten contra quienes se los dieron. Les temen los parlamentarios a los mismos que abrazaban y seducían. Van a la inversa del reloj de las garantías individuales viendo un enemigo en cada uno que ejerce sus libertades.

Todo por imponer la derogación de los párrafos sexto y séptimo del Artículo 37, así como modificar los incisos 22 y 22 bis del Artículo 43 de la Constitución local, testarudez que careció desde su origen de la justificación jurídica y se excedió en la operación tramposa.

La desconfianza en los "representantes populares" evitó que la gente empatizara con algo que creyó que no era bueno porque nadie le demostró lo contrario. No supieron convencer y ni siquiera en la exposición de motivos maquillaron la frase cínica de "ya no es indispensable que las cuentas públicas del Estado y de los Municipios sean aprobadas o suspendidas por el Pleno del Congreso".

Desprovista de argumentos convincentes, la alianza PRI, PAS y Panal acudió a la fuerza atropellante del mayoriteo, el germen del autoritarismo. No entendió la lección del presente con la pujnaza de la lucha cívica porque pesan más las décadas del totalitarismo donde el Ejecutivo ordena y el Legislativo obedece.

Al final, le salió muy caro al Congreso modificar un marco legal que nadie entiende para qué sirve. Aunque sí subyace en las reformas la felonía  de cuidar a los servidores públicos corruptos alejándolos del escaparate legislativo y llevándolos a negociar sus peculados a lo oscurito, tal celada no perdurará por mucho tiempo.

Y podrán los diputados sacar a empellones a todos los sinaloenses que se manifiesten en el Congreso, sin lograr expulsar nunca, ni siquiera a codazos, los cargos de su conciencia.

Re-verso

Diputados: es por eso,

Que se encabrita la raza,

Al ver que el Congreso,

Es aliado del que transa.

La maldición de la curul

Le debería valer un juicio de desafuero al Diputado priista José Menchaca el hecho de decir que le rechazaron las cuentas públicas del segundo semestre de 2016 a los ex alcaldes panistas, Carlos Felton, de Mazatlán, y Armando Leyson, de Guasave, solo para darle "un toque" a la bancada del PAN en el Congreso. Anda "inflado" de poder.