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"Opinión"

"Quirino Show Entertainment"

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    La explanada de Gobierno del Estado se volvió el nuevo centro de espectáculo de Sinaloa. El espléndido Gobernador no se detiene en costos, en poco más de un año de gobierno ha traído a lo más taquillero del espectáculo nacional. No es casualidad, estas presentaciones artísticas siguen una de las directrices en la estrategia propuesta por Mercury Public Affairs, empresa contratada por Ordaz Coppel para “maquillar la imagen de Sinaloa”. 
     
    Pocos recuerdan el penoso arranque de la administración del Gobernador, el baño de sangre en el que comenzó su mandato, sus tropiezos discursivos, las vapuleadas en sus intentos de intervención legislativa, el arranque subiendo impuestos y la penosa imagen de un Gobernador “novato” que iba de un error a otro. 
     
    Los primeros meses de Quirino fueron difíciles, sin el control de los contratos y convenios con varios medios de comunicación, le sobraron periodicazos, primeras planas “matonas”. Como me dijo un amigo dentro de la administración: “teníamos a varios medios en la yugular, pero Quirino no quería pactar”. Cosas de política, negocios y viejos rencores que en esto nunca llevan a nada bueno. 
     
    Otra de las estrategias de la consultoría americana, con carácter de “ejecútese de inmediato”, fue precisamente “emblandecer” la cartera y “acordar” los contratos de publicidad oficial. Así se dispuso de esa millonaria bolsa de recursos públicos, que destinados con destreza, puede quitarle al Gobierno muchos dolores de cabeza apaciguando, por decir decentemente, ciertas líneas editoriales. 
     
    El 23 de mayo del año pasado, unas semanas después del asesinato del periodista Javier Valdez, el Gobernador firmó el contrato a costo de 25,000 dólares mensuales para dar “asesoría estratégica sobre asuntos internacionales, abogacía, publicidad y cabildeo al gobierno de Sinaloa”. Quirino no tuvo de otra y decidió ponerse en manos expertas porque su gobierno se derrumbaba en los primeros meses. 
     
    La estrategia es básica pero efectiva, viene de la premisa romana panem et circenses, la máxima del entretenimiento popular para desviar la atención de lo importante y ganar al mismo tiempo simpatías con los gobernados. Darle al pueblo “pan y el circo” fue de las primeras recomendaciones de la consultora americana que por lo visto el Gobernador y su equipo ha seguido al pie de la letra.
     
    Hoy en la explanada de los grandes eventos estará Luis Fonsi cantando “des-pa-ci-to”, pero antes estuvieron Juanes, Lucero, Caifanes, la Banda MS entre otros. Además la empresa de espectáculos Quirino Show anunció la presentación en próximas fechas de la talentosa Natalia Lafourcade y el polémico Alex Sintek. 
     
    ¿Es malo tener este tipo de espectáculos gratuitos? Claro que no, porque a los eventos asiste el que quiere y siempre me he pronunciado por la libertad de expresión y la libertad para que cada quien tenga por gusto el género musical que le venga en gana. Pero el tema va más allá de un culebrón tipo revista de espectáculos, aquí lo discutible es la inversión pública en relación al “fin social”. Lo cuestionable no es si Luis Fonsi canta bonito o feo, si la MS promueve la cultura y los valores en sus corridos o si a Lucero se le apagó lo justo por su carrera musical en decadencia. 
     
    El tema de fondo está en responder: ¿Cuánto costó cada evento? ¿Quiénes son los proveedores? ¿Bajo qué esquema de contratación se realizaron? ¿Cuáles son los presupuestos afectados? y ¿Cuál es la forma para medir el impacto de tales programas musicales? Por supuesto que las respuestas a estas preguntas son difíciles de contestar, lo son porque estas actividades no están en el Plan Estatal de Desarrollo, porque no es una política pública, sino la reacción del gobernante en el marco de una estrategia de comunicación gubernamental de emergencia, cuyo único fin era salvar el pésimo arranque del mandatario. Peculiaridades de la cuestión: Siguiendo está lógica, entre peor le vaya a Quirino, mejor estará la cartelera de artistas para los siguientes conciertos, en fin “panem et circenses”. Luego le seguimos...
     
     

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