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"OPINIÓN"

"Razones para vacunar. Parte 2"

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    Ésta es la segunda parte de una serie de columnas en las cuales enlistaremos el porqué de las vacunas. En la primera mencionamos la posibilidad de erradicar de la faz de la Tierra enfermedades tan terribles como la viruela. En esta ocasión nos enfocaremos a infecciones que aún existen, aunque en nuestra localidad no lo parezca. 

    El beneficio que han otorgado las vacunas desde el siglo pasado paradójicamente ha fomentado la creencia de que ya no son necesarias. ¿Conoces a alguien a quien en los últimos 10 o 20 años le haya dado polio o tétanos? La respuesta más probable es que no. Esto es gracias a las vacunas. 

    Cuenta mi padre que dos compañeros suyos de primaria fallecieron porque les dio difteria. Hoy en día suena poco creíble que alguien muera por una infección en la garganta pero la difteria no es como las faringitis que conocemos. La bacteria de la difteria produce una especie de membrana grisácea que puede llegar a cubrir las vías respiratorias y así causar la muerte. Los casos han disminuido desde la introducción de la vacuna a tal grado que el último caso reportado en México fue en 1991. Por eso, una noticia como la del niño no vacunado que falleció en España por esta causa en el 2015 le dio la vuelta al mundo (1). 

    La realidad es que ya casi ni se ven este tipo de enfermedades. Ya no vemos niños con las piernas deformadas por la polio. No atendemos en los hospitales a personas con todos los músculos del cuerpo acalambrándose dolorosamente hasta provocar la muerte como pasa con el tétanos. Es raro dar seguimiento a algún bebé con daño cerebral secundario a una meningitis por neumococo o Haemophilus influenzae tipo B (infecciones de las capas que envuelven al cerebro) o por una encefalitis por sarampión. Y como cada vez son más raras, alguien puede cuestionar si vale la pena continuar vacunando. 

    La respuesta es muy sencilla. Sí debemos seguir poniendo las vacunas porque aún existen estas infecciones. Con la globalización actual, las distancias son cada vez más cortas y cualquiera de nosotros o alguno de nuestros conocidos o familiares puede viajar a Italia o Rumania, donde en los últimos dos años han habido 4 mil 978 y 5 mil 224 personas infectadas con sarampión, respectivamente. El 87% de los contagiados no estaban vacunados (2).

    Entonces, la segunda razón para vacunar es proteger disminuyendo el riesgo de enfermedades contagiosas mortales y/o capaces de complicarse y dejar secuelas permanentes. 

     

     

    1. Mouzo Quintáns J. Muere el niño de seis años enfermo de difteria en Olot. El País.Junio 2015. https://elpais.com/ccaa/2015/06/27/catalunya/1435393852_158995.html

    2. Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades. Marzo 2018. https://ecdc.europa.eu/en/news-events/measles-outbreaks-still-ongoing-2018-and-fatalities-reported-four-countries

     

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