"Salud: la presa y la ratonera. Echeverría, único pez gordo"

En esos vuelcos que da la vida en las oscuras madrigueras del poder, Ernesto Echeverría Aispuro se convertirá en la cabeza que Quirino Ordaz Coppel colgará en la plaza, para escarmiento de los corruptos que integraron el gobierno de Mario López Valdez. 

Lo que el ex Secretario de Salud intentó hacer en 2011 con su antecesor Héctor Ponce Ramos, se le ha regresado a él multiplicado a la enésima potencia. 

Todo indica que en la cacería de servidores públicos sospechosos de delitos de cohecho y peculado, solamente a Ernesto Echeverría se le exhibirá como trofeo de la lucha tan publicitada contra la corrupción. Es el centro y redundancia de los últimos acontecimientos en torno al combate de ese monstruo imbatible. 

Él será el ratón y la ratonera a la vez, emblemas de un equipo de saqueadores que negocia la impunidad y la paga muy bien. Echeverría es, ya, el trofeo de caza que el malovismo le entrega a Ordaz Coppel servido en charola de reciprocidades. En unos meses más, previo a julio de 2018, no se ocuparán ex funcionarios públicos tras las rejas; se les requerirá ofrendando votos a cambio de indultos. 

La aplicación de todo el peso de la ley contra Echeverría busca saciar la sed ciudadana por justicia, ansia popular que quiere ver a Malova en la cárcel. El poderoso ex secretario que es la raíz de enormes ramificaciones de corrupción, el otrora intocable e influyente, es el ícono ahora de podredumbre de la cosa pública y la mano dura contra los sujetos de tal catadura. 

Así se interpreta la conferencia de prensa que ofreció ayer la Secretaria de Transparencia y Rendición de Cuentas, María Guadalupe Yan Rubio, para revelar la sanción administrativa por 480 millones de pesos e inhabilitación para ejercer el servicio público hasta por ocho años. Ejemplar la multa, al tamaño del botín obtenido. 

Enseguida vendrá la acción penal, una vez que la Fiscalía General del Estado sustente ante el juez las acusaciones de desempeño irregular de la función pública y que deje de tener efecto el amparo que le otorgó a Echeverría el Poder Judicial Federal. Estará algunos meses tras las rejas, como maniquí negro mostrado en el aparador de la vergüenza. 

Se trata de una estrategia para alejar la sospecha y la justicia de otros ex Secretarios de primer nivel. Armando Villarreal Ibarra, de Finanzas; José Luis Sevilla Suárez Peredo, de Obras Públicas y Rafael Lizárraga Favela, de Turismo,  no han sido ofrecidos todavía en el trueque de sacrificables. 

Echeverría no se metió solitario a la cloaca sexenal. En torno a él y el botín existen nombres de personajes y empresas que Yan Rubio no menciona, ni tampoco aparecen en las carpetas de investigación que la Fiscalía presentó a los tribunales. Esa es la magia de los arreglos que son posibles cuando indiciados y acusadores descienden al mismo nivel. 

Con ánimo de demostrar que es en serio el combate a la corrupción, Quirino Ordaz Coppel ofrecerá a las masas la purulenta cabeza de Echeverría. Detrás del ex Secretario de Salud no vendrá nadie más, solo acuerdos resarcitorios, inhabilitaciones para desempeñar cargos, amonestaciones y consignaciones al vapor.

Re-verso

¡Salud!, dirán aquellos, 

Los de la cleptocofradía, 

Al ofrecer a Echeverría, 

A cambio de todos ellos.

Réquiem por los buenos 

Acostumbrados a ver de reojo que pasan los cortejos de las víctimas, los sinaloenses no hemos sabido defender a los coterráneos que ofrecen sus vidas en la búsqueda de un mejor lugar para vivir. El doctor Carlos Flores, luz de bengala en la oscuridad que cada vez nos aterra más, es la nueva referencia de los talentos y tenacidades que se apagan con el fuego asesino.

alexsicairos@hotmail.com