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"Buhedera"

"Sarcasmos"

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BUHEDERA

     
     
     
    La corrupción era catalogada como pecado: luego solía ser un vicio; después se adoptó como una costumbre; hoy, en algunos altos ambientes políticos, empresariales y bancarios, es una virtud.
     
    Criptomonedas
     
    Me dice el Manuel, que vive en Suiza: “Hoy fui a una conferencia de oro y el orador habló de criptomonedas. Hay 888 diferentes criptomonedas. Bitcoin es la más popular. Si eso no refleja desconfianza en los Bancos Centrales ¿entonces qué?” 
     
    Lo curioso es que algunas de esas criptomonedas (no sé bien cuántas ni cuáles; se menciona a ethereum), son precisamente creadas y controladas por los mismos bancos centrales, apanicados porque ven amenazado su monopolio global de sacar “dinero” de la nada y con ese engendro virtual “comprar” cuanto activo se les dé la gana (acciones, metales, bonos, casas, hipotecas, cosechas, bosques, puertos, aeropuertos, minas, barcos, aviones, etc, además de políticos, voluntades, medios, gobiernos, mercenarios, activistas, “científicos” y demás). 
     
    Recuerda el sabio refrán tolteca: Money dancing the dog.
     
    Incontrolables
     
    Sobre ese mismo tema leo este párrafo conspiranoico: “Cualquiera que crea que el cabal bancario será capaz de controlar el fenómeno de las criptomonedas, está loco. Intentarán pronto un serio gambito disruptivo, pero no tendrá más efectividad que el bono del FMI de Derechos Especiales de Giro (SDR) dizque respaldado con oro. Cualquier incursión del cabal en el mundo de las criptomonedas no tendrá sino una vida muy corta y endeble. La verdadera acción comenzará cuando las criptomonedas se monten en el corcel del oro”. 
     
    Y esto más: “El Daily Economist acaba de publicar que el volumen actual en el mundo de “dinero” (money supply), que se ha multiplicado por diez en los últimos quince años, exigiría llevar el ‘precio’ (la cotización) del oro a $67,000 dólares la onza (hoy es de $1,260, 53 veces menos) a fin de respaldarlo adecuadamente. La idea de que no hay suficiente oro para respaldar el monto global de currencies en circulación, es una absoluta estupidez”. Justamente para eso sirve el maravilloso mecanismo llamado “price discovery”.
     
     ¡Ah, pero ese diabólico mecanismo es característico del satánico sistema llamado “libre mercado”, odiado por los planeadores centrales porque les estropea sus castillos ideológicos virtuales! Ergo, se le reprime ferozmente... hasta que no puede reprimirse más y ese castillito cimentado en la arena se viene abajo (como viene ocurriendo, ya claramente, desde el 2008, aunque todavía son pocos quienes quieren verlo).
     
    Illinois
     
    Es un triste y paradigmático caso de desmoronamiento financiero, la primera ficha de las 50 en caer. Patria chica de Obama, que le dio el escalón necesario en el Senado. Bastión Demócrata-mafioso de toda la vida (Kennedy dependió de los Daley para derrotar a Nixon por un pelito de rana en 1960). Por cierto, en estas pasadas elecciones el estado votó abrumadoramente por Hillary (55.2 por ciento), con casi un millón de votos más que Trump (38.4 por ciento). 
     
    Cuando la ciudad de Nueva York se vio en un aprieto similar en 1975 (aunque su problema era de liquidez más no de solvencia, según su Alcalde) el Gobierno federal acudió en su rescate. Hoy Nueva York presenta las más bajas tasas delincuenciales de su historia, mientras Chicago parece añorar los tiempos de Al Capone: 286 asesinatos en NYC hasta octubre de 2016, vs 625 en Chicago (las únicas ciudades peores son Baltimore, Detroit, Nueva Orleáns y San Luis, zonas de desastre). ¿Qué tan probable es que esa cuerda financiera salvadora le llegue de Washington hoy a Illinois? Mmmmm, interesante cuestión. 
     
    Sospecho que eventualmente a Trump no le quedará más remedio que echarle una mano a esa ciudad y a su Alcalde, el vegano Rahm Israel Emanuel, que lo ha provocado hasta la saciedad (con lo de “ciudad santuario” y demás asuntos rasposos), pero, fiel a su índole impetuosa y revanchista, Trump antes les hará sudar sangre (“que pague con brillantes su pecado”, dice la receta inmortal del Flaco de Oro).
     
    Letrero en la puerta de un bar
    EMPUJE. Si no funciona, JALE. Si tampoco funciona, ha de ser porque estamos cerrados.
     

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