"Seguridad pública: no hay plan El colmo, recurrir a 'punteros'"

Ni Jesús Valdés en su Plan Municipal de Desarrollo para Culiacán dado a conocer ayer, ni Fernando Pucheta en los trabajaos previos para definir el programa rector del Gobierno de Mazatlán 2017-2018, toman en serio el tema de la seguridad pública mientras la violencia pone a la población en la encrucijada de creer en las autoridades o acudir a la ley del talión.

A ningún edil sinaloense le quita el sueño la inseguridad. Esto ocasiona que malandrines de poca monta como son los saqueadores domiciliarios se multipliquen y que sabedores de las ausencias de Gobierno y ley se animen a convertir en homicidio lo que habían planeado como robo simple.

Los presidentes municipales aprendieron a administrar la violencia como un pasivo más de las comunas. Encubiertos detrás de eventos fatídicos de alto impacto que la delincuencia organizada produce al por mayor, le hacen al tío Lolo y sus estrategias de prevención de delitos "menores" no existen o no sirven.

En las colonias de Culiacán, por ejemplo, existe una circunstancia rara. El repliegue de los llamados "punteros" deriva en que robos y asaltos domiciliarios se disparen de manera exponencial sin que la gente denuncie o la Secretaría de Seguridad Pública Municipal se dé por enterada.

Lo paradójico es que el patrullaje militar en las calles ahuyenta a los "halcones" del tráfico de drogas que durante décadas se han encargado de mantener alejados a otros tipos de malandrines. Al ser cada vez menos estos "narcovigilantes" la delincuencia consuetudinaria toma el control y desvalija casas al por mayor.

Este tipo de delitos a veces terminan en tragedias, como es el caso de Rafael Chávez González, hermano del boxeador Julio César Chávez. Otro hecho que apunta a la hipótesis del robo es el ocurrido en el fraccionamiento Santa Rocío de Culiacán, donde una mujer y su hijo de diez años perdieron la vida la madrugada del 24 de junio.

En las ciudades sinaloenses hay sectores con manzanas completas afectados por los ladrones domiciliarios. En el fraccionamiento Stanza Magnolia de Culiacán, por ejemplo, son pocas las casas que se han librado de esta situación y los afectados saben quiénes son y dónde están los delincuentes. Como se lo han dicho a la Policía y nada hace, esperan el momento de cobrar la afrenta ellos mismos.

El colmo se vivió la segunda semana de junio en el sector Villa Galaxia de Mazatlán donde vecinos y comerciantes asolados por robos y asaltos se acercaron a un operador del narco a solicitar el regreso de los "punteros". La respuesta fue que "no podemos traerlos en las calles porque los soldados nos han dado duro". La contrarréplica es temeraria: "pues regrésenlos para que acaben con tantos rateros".

Todo indica que los gobernantes municipales, a quienes les toca prevenir este tipo de delitos patrimoniales, le están apostando a la autodefensa ciudadana como si crear caos sobre el caos fuera la solución. Carnavalesco como es Pucheta, o indespeinable en el caso de Chuy Valdés, han descuidado la obligación de proteger la vida y los bienes de la población. Parece absurdo pero así es.

Re-verso

Aliarnos a malandrines,

De plano eso es el colmo,

Nos convertiría en afines,

El síndrome de Estocolmo.

Plan para 490 días

Mucho plan para tan poco tiempo el que presentó ayer el Alcalde de Culiacán, Jesús Valdés. Son 6 ejes temáticos, 16 objetivos específicos, 35 estrategias, 140 metas y 485 obras para 490 días que le quedan en el cargo. Números ambiciosos en la carrera contra el reloj tirano.

alexsicairos@hotmail.com