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"DESDE LA CALLE"

"Ser alguien en Culiacán"

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DESDE LA CALLE

    Hace casi 70 años, el activista por los derechos de los afroamericanos, Reverendo William Holmes Borders, compartió en su programa de radio el inspirador poema "I am somebody" (en español: Yo soy alguien), en el que hablaba del valor de las personas más allá de los prejuicios, el odio y la segregación. Los mensajes del reverendo inspiraron a los miembros de una generación que ante la discriminación buscaban ser reconocidos como sujetos meritorios.

     

    El mensaje de Borders me ha hecho reflexionar sobre las nuevas formas de exclusión que provocan grandes heridas en diversos sectores de nuestra comunidad, por ejemplo la estigmatización y el poco valor que se les da a los jóvenes en Culiacán, quienes se unen a los grupos delictivos con la aspiración de "ser alguien" en una sociedad que les ha limitado las formas legales de obtener reconocimiento.

     

    ¿Qué significa ser alguien en nuestra ciudad?, y sobre todo, ¿qué significa ser un joven pobre en las periferias de Culiacán?

     

    Segregación y exclusión en la ciudad

     

    Para Göran Therborn la desigualdad y la exclusión -falta de reconocimiento del valor y los derechos del otro- se han convertido en los nuevos campos de exterminio cuyas víctimas son los más pobres y/o grupos estigmatizados. La discriminación, pero también las medidas públicas que limitan los espacios de participación, que propician la expulsión de los pobres a las periferias de las ciudades, que incrementan el abandono del campo y de otros sectores donde se concentra la marginación, y que niegan igualdad de oportunidades para el desarrollo, están atrofiando la vida de ciertos grupos sociales, y así limitando su futuro.

     

    Uno de los mecanismos más comunes y extendidos de exclusión es el de naturaleza espacial, la que se presenta en las ciudades, en la que los grupos con menor poder adquisitivo son relegados a los espacios con menores ventajas, con pocas oportunidades y muchos problemas. No sólo es malo ser pobre, sino además, vivir en un lugar pobre, y peor aún, si se forma parte de alguna minoría socialmente excluida, como es el caso de los jóvenes -que no sólo carecen de medios y oportunidades, sino que además son estigmatizados- las posibilidades de salir adelante en la formalidad, de "ser alguien", son muy limitadas. Como afirma Alvarado Mendoza: se les niega el derecho a la ciudad.

     

    En mi estudio sobre las geografía de la violencia en Culiacán encontré que los detenidos por delitos como robo y portación de armas entre el 2000 y el 2010 provenían de este tipo de lugares: colonias que se crearon como asentamientos irregulares, con carencia de equipamiento y servicios urbanos, y alejados o con problemas de acceso hacia los sectores donde se concentran los trabajos y las actividades culturales. Gran parte de estos detenidos tenían entre 13 y 27 años; eran jóvenes que buscaron, por diversas causas, obtener satisfactores y reconocimiento desde la ilegalidad, en una sociedad que les daba poco valor.

     

    Ser joven en la periferia de Culiacán

     

    Los jóvenes en Culiacán, y las localidades periféricas, son doblemente victimizados: son aniquilados en la guerra y también son estigmatizados por una sociedad que los juzga y les niega oportunidades por su apariencia, sus lugares de origen, la música que escuchan, la manera en que se expresan y otras formas culturales que les fueron enseñadas. Tal es el caso de Juan Luis, un joven de 17 años, originario de Villa Juárez (en conurbación con Culiacán), que se hizo famoso por participar y ser protagonista en el espectáculo que hemos hecho de la violencia, y que incluso su propio asesinato fue sujeto de escarnio. Rescato el siguiente extracto del poema de Borders que me recuerda a Juan y a otros muchachos en esta condición, que necesitaba saber que antes de la fama ellos ya eran "alguien":

     

    Yo soy alguien.

     

    Quizás soy pobre,

     

    pero yo soy alguien.

     

    Quizás soy joven,

     

    pero soy alguien.

     

    Tal vez he cometido errores,

     

    pero aún así: Yo soy alguien.

     

    William Holmes Borders, 1950.

     

    Diplomado en la construcción de paz aplicada 2018: "Yo soy alguien".

     

    El próximo 26 de enero, en el Casino de la Cultura, dará inicio el Diplomado en la construcción de paz aplicada que imparte el Instituto Trans-Fronterizo de la Universidad de San Diego, con el apoyo de diversas organizaciones de la sociedad civil como Semáforo Delictivo y Compañía de Paz, así como el Instituto Sinaloense de Cultura. El diplomado de este 2018 tiene como objetivo trabajar con jóvenes que pueden ser factores de cambio en sus comunidades. La convocatoria está abierta, y se recibirán solicitudes en la siguiente página: https://www.eventbrite.com/e/registro-diplomado-en-la-educacion-de-paz-aplicada-41057569295

     

    Para más información pueden escribirnos a los siguientes correos:

     

    rossyjaclar@gmail.com

     

    ilianapadilla@uas.edu.mx 

     

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