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"En Tribunales"

"Tocando la puerta de los tribunales"

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    Desde hace ya varios años, a nivel federal o local, es común ver cómo los temas políticos llegan cada vez más a los tribunales en busca del desenlace que decidirá una elección, o quien será o no candidato a un puesto de elección popular.
    Hay quienes opinan que es bueno que los tribunales se ocupen de esos temas, porque solo de esa manera se tendrá la confianza de los ciudadanos. 
    Hay quienes dicen que no es saludable para la imagen de los tribunales que éstos se vean inmiscuidos en el sórdido mundo de la política y todo lo que la rodea.
    Nos guste o no, lo cierto es que la puerta de los tribunales es y seguirá siendo tocada por aquellos que estiman violados sus derechos políticos, a veces con buenos resultados y a veces no tanto.
    Y si bien las puertas de los tribunales estarán abiertas para todos los que lleguen a tocarlas, el resultado final no depende de hacerse la victima mediante conferencias de prensa o campañas en redes sociales o de los medios tradicionales utilizados por los políticos para forzar un resultado.
    En los tribunales, las probabilidades de éxito dependen en gran medida de los abogados que se contratan. Si se elige un mal abogado, un caso “ganado” puede perderse fácilmente y, por el contrario, un excelente abogado puede “ganar” un caso que, en manos de cualquier otro, estaba condenado al fracaso.
    Los abogados somos como el vino, si usted no nota la diferencia entre uno bueno y otro malo y elige el más barato o el que tiene a la mano, al otro día no se queje de la tremenda cruda que le va a dar.
    En el mundo de los abogados decimos que no es suficiente con tener la razón, sino que además hay que saberla exponer y saberla demostrar y eso, depende, ni más ni menos, del abogado que escoja.
    Si los políticos “profesionales” (vividores de la política les dicen otros), pretenden seguir viviendo a nuestras costillas, por lo menos inviértanle un poco del dinero que se han robado y contraten buenos abogados.
    De lo contrario, no anden después quejándose de que las cosas no les salieron como pretendían y para muestra basta un botón: mire como les fue al Higuera y al Felton en las demandas que recién presentaron.  
    Y, por cierto, solo para evitar confusiones, por lo que se refiere a ese par, ni todo el oro del mundo puede lograr que los asesoremos. Digo, por si algún mal pensado cree que ando de ofrecido.
    Finalmente, se sostengan o no las inhabilitaciones, lo que está sucediendo es una muestra de las consecuencias de tomarse a la ligera la responsabilidad administrativa que todo servidor público tiene. 
    Ojalá que lo que está pasando, cualquiera que sea el resultado final, sirva para que todos los políticos entiendan que no pueden hacer y deshacer durante sus funciones, porque más temprano que tarde, eso tiene consecuencias para sus carreras y puede que no sean agradables. 

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