"Un país de libertades"

Jesús Homobono Rosas

Una parte de la gente que, con justificación o no, siente hartazgo por la situación socioeconómica que impera en el mundo, donde las dinámicas productivas se han ralentizado, es poner atención a propuestas que parecen mágicas a los problemas complejos que aquejan a la sociedad mundial.
Existe una cantidad de individuos u organizaciones civiles que expresan que el fenómeno de globalización económica y su consecuente modelo de mercado es el culpable de todos los males que hay y pueda haber, por supuesto esto está muy cerca de sus limitados conocimientos y muy lejos de la realidad.
Como en varios países, sobre todo en los de menor nivel de desarrollo, en México existe un grupo de seguidores del viejo comunismo que exponen con pobres argumentos de que la economía de mercado y la globalización han sido la causa del incremento de todos los problemas del País.
Cierto es que el sistema de mercado no garantiza la solución a todos los problemas económicos de una nación, nunca se ha dicho que sea su objetivo, pero no hay argumentos sólidos que sostengan que con un sistema diferente se vayan a obtener mejores resultados.
México ya vivió en los años 70 y 80 un sistema de intervención estatal en la economía y en todos los aspectos de la vida social y política nacional, eso es una historia muy analizada y con resultados muy conocidos por sus efectos negativos en la población.
Aquellos años son de tristes recuerdos para los mexicanos porque las políticas públicas solían generar altas tasas inflacionarias, altas tasas de interés, grandes devaluaciones, altas tasas de desocupación, y otra cantidad de problemas derivados de la intervención de las instituciones encabezadas por el gobierno.
Ese tiempo se caracterizó por la escasa libertad económica que se tenía en el País, casi nula libertad de consumo y muy limitada libertad de oferta, para efectos prácticos era el gobierno el que decidía qué se producía y qué se consumía, todo ello en un sistema cerrado que mostró una ineficiencia muy alta, y cuyos efectos aún perduran.
La inconformidad social era tan grande en el País que el gobierno y sus instituciones fueron cediendo control y reconociendo libertades económicas, políticas y sociales, todo ello fue una conquista social, como el sistema democrático, los derechos de propiedad, todo concatenado al sistema de libertad económica, derivado de la demanda social.
El paso a tener un País globalizado y con mayor libertad fue dado por la demanda social, fue derivado entonces del deseo ciudadano de un País con más libertades, no se trata de un sistema impuesto sino de una exigido y esperado, por eso es valorado, porque emana del pueblo.
Son varias las naciones que en el ánimo de enfrentar las disparidades socioeconómicas existentes han optado por cuartar libertades económicas, incluso algunas políticas, y los resultados han sido negativos en ambas esferas, registran retrocesos en lo económico y en lo político.
Quizá un caso emblemático en estos tiempos es Venezuela, un País que pese a sus desigualdades sociales gozaba de un buen desempeño económico previo a la llegada del chavismo, su alta dependencia al precio del petróleo generó expectativas favorables en los inicios del Gobierno de Hugo Chávez, pero luego la sostenida pérdida de libertades económicas impulsadas por él y seguidas por Maduro han sido desastrosas para el País.
Por extraño que parezca en México hay gente muy confundida, son varios los que piensan que un régimen de menos libertades como el de Venezuela no sería malo para los mexicanos, señalando que el sistema de libertad y globalización ha sido generador de pobres, sin duda hay diversos problemas y rezagos en el País, pero ninguno de ellos son resultado de tener libertades, por el contrario la gran mayoría de ellos es por carecer de ellas a plenitud.
El tema de gran relevancia en estos momentos dado que parece que el próximo año en el proceso electoral se enfrentarán estas dos posturas, los que anhelen un estado más interventor y los que buscan tener un País de libertades.

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