Editorial
¿En qué momento se pierde el respeto a la dignidad humana?, ¿en qué momento una persona deja de ser racional y actúa como un ser sin noción del respeto a sí mismo y a quienes le rodean?
Sinaloa y el país viven desde hace años una espiral de violencia que muchas veces se ha atribuido a disputas entre grupos del crimen organizado.
Sin embargo, existen actos violentos que no muestran los signos de una rivalidad por mercados de drogas o control de zonas para otros ilícitos.
Toda muerte duele, todo ser humano que fallece a manos de alguien violento tiene allegados que van a padecer su pérdida.
Incluso, entre la sociedad, el conocer de la muerte de algún ser humano provoca desazón y tristeza.
Es triste saber que una vida se apaga simplemente porque alguien atentó contra ella sin pensar en consecuencias.
Y la pregunta se impone, ¿en qué momento un asesino se vuelve tal? Surgen las hipótesis de desintegración familiar, consumo de drogas, alcoholismo, ignorancia... sin embargo, nada puede justificar que una mano asesina acabe con la vida de alguna persona.
El desasosiego aumenta cuando la víctima es a todas luces un ser indefenso, como un niño o una mujer.
Como sociedad tenemos el deber de velar por una convivencia pacífica. El domingo, una joven mujer murió a manos de uno de esos violentos, una vida de maltratos terminó con una serie de golpes.
El homicida se fue, la autoridad declara que se investigará, la familia queda con un inmenso dolor.
Nunca ha sido admisible que una persona ande por allí sembrando dolor y muerte, ¿en qué momento alguien deja de ser humano y se convierte en antihumano?
Suscríbete y ayudanos a seguir
formando ciudadanos.
