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"CARNAVAL MAZATLÁN 2017"

"Accidentado y todo... pero el Rey de la Alegría desfila"

"Un accidente en su automóvil horas antes del desfile, le provocó un esguince cervical y lumbar con inflamación en el cuello y espalda"
01/03/2017

Fernando Espinoza

Pese a las lesiones que le dejó un accidente en su automóvil horas antes del desfile, el Rey de la Alegría del Carnaval de Mazatlán, Jorge Luna, desfiló en el segundo y último recorrido de esta edición 2017.

El percance ocurrió cuando se trasladaba a la comida que ofrecen a los soberanos y embajadoras previo al segundo y último desfile de Carnaval, por lo que de inmediato fue trasladado a la Clínica del Mar, donde fue atendido por personal del área de urgencias.

El médico le recomendó que no participara en el desfile debido a las lesiones, pero él insistió en ir en la carroza real. Y aunque tenía la intención de subirse a la parte más alta, personal del Instituto de Cultura, Arte y Turismo de Mazatlán se lo impidió para evitar un riesgo más de salud.

“La recomendación es que no desfilara, aunque vaya sentado, el carro tiene cierto movimiento y eso le puede provocar mareos, más inflamación, todo puede empeorar” comentó el doctor Paul Ibañez tras atenderlo en el hospital.

Un esguince cervical y lumbar le provocaron inflamación en el cuello y espalda, y el médico le ordenó reposar al menos siete días.

“Estoy bien, voy a desfilar, como Frida Kahlo, hasta el último momento, aunque sea en camilla voy a desfilar”, comentó el Rey de la Alegría, con el traje medio puesto, sentado en una silla de ruedas y con un suero en el hospital.

Después de pedir su alta en la clínica, se dirigió a la Avenida del Mar donde estaban estacionadas las carrozas previo al arranque del desfile.

Debido al accidente y para prevenir un mayor riesgo, Jorge Luna viajó en la alegoría rodante, pero en la parte baja. Su lugar fue ocupado por Guillermo Osuna, Príncipe de la Alegría, así como por Jesús Ochoa, quien también es Príncipe de la Alegría.

Aunque advirtió que en un momento se bajaría a saludar a la gente, hecho que antes de finalizar el recorrido cumplió. Siempre se mostró contento y aún con collarín no dejó de bailar, los espectadores le aplaudieron efectivamente a su paso en el recorrido.

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