"Aracely Vega Fernández: Un legado de amor y fe"

MAZATLÁN._ Preocupada por la formación espiritual de uno de sus nietos y su crecimiento en los valores de la fe, Araceli Vega Fernández formó un grupo de 12 niños para trabajar con ellos y enseñarles la importancia de estos principios, para salir adelante ante cualquier adversidad.

“Cuando mi nieto entró a un colegio donde no dan formación espiritual, nosotros pensamos, los valores universales no son suficientes, necesitamos que el niño crezca con valores de la fe”, explica.

“Nada más pensábamos trabajar con eso, pero en una semana se nos hicieron 45 niños y vimos que las mamás tienen esa inquietud también con sus hijos”.

Araceli señala que cuando ella era chica, los valores estaban muy bien puestos para todos, sin embargo, en la actualidad, el relativismo hace ver que cada quien piense lo que quiera, sin formar con los valores para una vida plena y feliz.

Ya son siete años en los que ella ha apoyado en esta labor en el grupo de catecismo Guardianes de la Fe, pero no ha estado sola, ha tenido una fiel compañera, su brazo derecho como la describe, su hija, Araceli Rivera de Avilés.

Una conexión especial

Araceli siempre ha estado involucrada con su mamá en todo, han dado clases de pintura, un grupo de teatro, cursos de verano y hasta tuvieron un colegio juntas, por 14 años.

“Siempre hemos estado involucradas, nos gusta mucho lo mismo, nos encantan los niños, entonces cuando ella empieza con esta inquietud, obvio yo, como mamá, y viendo cómo está el mundo dije, ‘sí, es cierto, me gusta mucho la escuela que elegí para mi hijo, pero le falta eso’”, comparte.

“Me pareció muy bien la idea de mi mamá. Empezamos en el patio de mi casa y varias mamás empezaron a pasar la voz, nos hablaban y los niños, como todos se conocen, son amigos y la mayoría son del mismo colegio, entonces estamos trabajando juntas en este proyecto, ya son más de 200 niños”.

Algo que las distingue en Guardianes de la Fe es cómo los niños aprenden y conocen didácticamente el catecismo de forma continua, así como los valores, a través de cuentos.

Un legado de amor y fe

La matriarca de la familia tiene cinco hijos, a quienes describe como protectores, un encanto y cada uno con su personalidad muy bien definida.

“Ya están formaditos. Ahora ellos me enseñan a mí, tienen una formación en la fe muy sólida y ahora se las transmiten a mis ocho nietos”, dice

orgullosa.

“Para mí, lo más maravilloso que me ha pasado es tener hijos y después nietos. Con cada niño empiezas a descubrir el mundo otra vez; con cada niño, se te vuelve hacer todo novedoso”.

Ambas consideran que la fe es muy importante, principalmente en la educación de los niños y es la mejor herencia que pueden dejarle a su familia.

“Veo que mis dos hijos mayores, en cualquier problema que tienen, acuden a la fe, les queda muy claro qué lugar tiene en sus vida; si tienen a Dios, tienes todo. Ante cualquier problema te ayuda a salir adelante”, relata Araceli hija.

“También lo he visto con mi hermano, tuvo su hijo enfermo mucho tiempo y lo que lo sacó adelante como familia, como pareja, como papá, fue la fe”.

Para Araceli, hija, es un orgullo llevar el nombre de su mamá, a quien considera un ser humano maravilloso, emprendedor e incansable.

“Soy una persona antes y después de que nació Roberto. No hay cómo explicar lo increíble que es ser mamá; desde que ellos nacen te están enseñando, te vienen a dar lecciones de vida; los tres me han enseñado diferentes cosas”, dice orgullosa.

“Si por lo menos la mitad de nuestros niños llega a aprender a tener una vida de valores bien fundados, ya habremos hecho algo porque esos niños van a formar familias de la sociedad, entonces van a influir en algún modo”, Araceli Vega Fernández, Al frente de Guardianes de la Fe

HIJOS

Cecilia, José Joaquín, Carlos Ricardo, Araceli, Francisco Javier.

NIETOS

Patricia María, Jordi, Carlos, Paulina, Roberto, Rodrigo, Ronaldo y Santiago.