"Benigno López, 104 años de historia viva"

TEACAPÁN, Escuinapa._ . La Revolución Mexicana lo trajo desde la serranía de Nayarit hasta la costa de Sinaloa la cual ha sido su tierra durante toda su vida, sólo 104 años de muchos más que espera vivir, señala Benigno López Medina.

 

“No me falta nada, no me duele nada, quiero seguir viviendo los años que Dios decida, porque con tantos años nadie me ha quitado la creencia en Dios y aquí seguiré”, señala mientras empieza la plática.

 

Su diálogo es fluido, no parece que tiene más de un centenario de vida, lo único que los años no le permiten tener como “nuevo” es su oído, indica, escucha menos en uno, por lo demás su vista sigue siendo jovial.

 

Hasta hace menos de un año manejaba su camioneta por las calles de la sindicatura, hasta que sus hijos no le permitieron hacerlo más, temían que algo ocurriera, pero a consideración de Benigno nada pasaría.

 

De antaño don Benigno no extraña mucho, indica que llegó con tres meses a vivir en la sindicatura, su padre venía en la lucha revolucionaria y ahí encontró su hogar, aunque nació en Huajicori, no volvieron a ese lugar.

 

Le duele el olvido hacia su pueblo

De las cosas que extraña de antaño es principalmente la palabra “firme”, que hacía que los compromisos se cumplieran, quien llegara a la sindicatura no necesitaba firmar ni un papel para poder cumplir.

 

“Antes era suficiente con decir que harían, la palabra valía, es algo que ya no vemos, ya nos dejan ahí, ahora los que se meten a querer ser Gobierno no es para hacerles mejoras al pueblo sino a robar”, enfatiza.

 

No le duele nada físicamente, eso lo confirmaron recientes estudios médicos que le hicieron, señala, pero sí le duele el pueblo donde ha vivido pues no ve más la abundancia de hace años.

 

Teacapán era un lugar con cantidad basta de ostiones y camarones, de callo, todo parece que se fue perdiendo en el tiempo, ya no se ve esa bonanza entre los pescadores, labor que en algún momento realizó.

 

Don Benigno señala que puede dar cuenta de la historia del pueblo que escogió para su vida, una de ellas son las Fiestas del Marino, que iniciaron cuando un grupo pequeño de pescadores decidió que sí cada puerto tenía su fiesta ellos deberían empezar en ese lugar de costa.

 

Lo que empezó como una simple reunión de convivencia fue creciendo cada año y ahora hasta reina tienen, indica.

 

Más de 100 años le han permitido dejar su huella en este pueblo, precisa Benigno, la Cruz que caracteriza a su comunidad tiene parte de su trabajo cuando colaboró como albañil, mientras que la Iglesia tiene el esfuerzo de sus manos en la herrería.

 

Esos 100 años de vida le han permitido ser albañil, pescador, herrero y muchos oficios más, en todos ha disfrutado de hacerlo, probablemente ahí este el secreto de la longevidad, indica.

 

O también puede ser la alimentación, dice, pues hasta el momento no consume ningún alimento o bebida procesada, trata de que sea lo mejor que la naturaleza aún le brinda.

 

“A mí me gustan los huevos de rancho, la leche de vaca, los nopales, los ejotes, los frijoles guisados con manteca, nada que esté cerrado (en lata) aparte no tomaba, cuando mucho cuatro cervezas, así que estoy listo para seguir viviendo los años que Dios quiera”, puntualiza.