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"RECITAL"

"Comparte Francisco Bibriesca su amor por la guitarra"

"El culiacanense ofrece concierto en el Museo de Arte de Mazatlán"

MAZATLÁN._ Con el recuerdo de momentos inolvidables que le ha proporcionado la guitarra, el concertista culiacanense, Francisco Bibriesca, armó un recital que ofreció en la Galería Roberto Pérez Rubio del Museo de Arte de Mazatlán.

El músico creó un diálogo íntimo con el público, cada pieza fue acompañada de una reflexión que realizó sobre los más de mil 500 recitales que ha ofrecido en 16 años de carrera profesional.

Uno de sus recuerdos más felices es la gira que realizó por Australia, en donde, compartió el intérprete, se vive de diferente manera, con más empatía con el prójimo y con la naturaleza que los rodea. De ese país interpretó una canción de cuna que dedicó a su hija.

Orgulloso de Sinaloa, el guitarrista ha llevado por el mundo el nombre de compositores del estado en que nació, del también culiacanense, Vinicio Camacho, interpretó “Tres piezas para que regreses”.

“En este estado hay gente muy talentosa, ha creado música muy bella, los conciertos son como una terapia para mí y para quien los escucha. El concierto ‘Nubes sobre Culiacán’ es un concierto para guitarra y orquesta creado por un sinaloense que abrió la posibilidad para componer de una manera diferente este tipo de conciertos, en donde la guitarra es la gran protagonista de la obra”.

Una de las características sonoras de la guitarra es la de dar una sonoridad tenue y de gran riqueza de matices suaves, propone un diálogo cercano con el auditorio, su charla es discreta, serena; el drama, la tragedia o la pasión las cuenta en voz baja, eso permite que penetre en el espíritu fácilmente para crear una reflexión o un sentimiento profundo.

Para cerrar el concierto creó una atmósfera evocadora con una composición del argentino Máximo Pujol, “Tres piezas rioplatenses: Don Julián”, cargada de matices del tango al estilo de Astor Piazzola, un sosegado arrebato pasional.

“Septiembre” está construida alrededor de la milonga, una caricia para los oídos bordada con sonidos que provocan en quien la escucha la evocación, una propuesta sonora fluida, orgánica. Por último, “Rojo y negro”, inspirada en el ritmo vertiginoso del candombe, se entrega a una lluvia de notas musicales que se vierten a los oídos con rapidez, exigiendo virtuosismo del intérprete.

“En mis conciertos les propongo, a los que se acercan, una aventura sonora de emociones serenas, trato de que la nostalgia se instale entre nosotros para crear un estado de introspección. Somos nuestra historia, estamos construidos de recuerdos, esas son nuestras raíces y ese espacio emotivo puede ser un refugio para nuestro espíritu”, compartió.

“Me gustaría que mis conciertos fueran un viaje introspectivo que se engancha a la nostalgia para crear un estado emotivo, sutil, tenue, frágil. Más que entregar un producto musical en específico, trato de provocar experiencias espirituales, y siento que el público le gusta entrar en esa sintonía”, dijo el guitarrista.

 

“En este estado hay gente muy talentosa, ha creado música muy bella, los conciertos son como una terapia para mí y para quien los escucha”.

Francisco Bibriesca

Guitarrista

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