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"Encuentran a mujer rarámuri desaparecida"

"El largo camino de María Olguín"

"Con vida, aunque con deshidratación, fue encontrada la indígena rarámuri que desapareció hace dos meses"

Setenta días y 18 kilómetros separaban a María Olguín Olguín de María de Jesús Urías.

Ellas no se buscaban, pero se encontraron.

A la orilla de la carretera a Sanalona, junto a una planta de nopal, estaba sentada Olguín, la rarámuri desaparecida desde el 26 de septiembre.

--"¡Vámonos a Culiacán!", invitó María de Jesús a su tocaya.

--"No, yo no voy contigo", le respondió María Olguín, con desconfianza.

--"Ah, bueno, ¿tienes hambre?".

--"Tengo sed".

María de Jesús le ofreció agua. Y de inmediato, emprendió su viaje desde la comunidad de Aguazarca, ubicada en la sindicatura de Sanalona, a Culiacán. Después de ese primer y fugaz encuentro, más tarde regresaría a buscarla. Era la fría tarde del lunes 5 de diciembre.

La señora se quedó preocupada por la mujer desconocida que llegó en silencio a su pueblo. Y le platicó a su hijo, quien al escuchar la descripción, revisó una fotografía que tiene guardada en su celular, la abrió y descubrió que se trataba de María Olguín, la indígena por quien se realizaron búsquedas, sin éxito, en las calles de Culiacán.

Ahora, estaba en su casa, así que regresó por ella.

"Ahí está, tirada, debajo del nopal por detrás de mi casa, por el cerco", recordó la pobladora.

"Le hice un té de canela. Le puse suéter, le di una bufanda, unos zapatitos. Le hice una lumbrita; estaba tiesa de frío, ni podía ni hablar", describió.

No es fácil llegar a la casa de María de Jesús, tampoco es usual que reciba visitas. Pero esa tarde la mujer de origen indígena estaba ahí.

Desde el Hospital Pediátrico de Sinaloa, el último lugar en que se le vio, a Aguazarca hay 18 kilómetros de distancia. La carretera a Sanalona es el único acceso vial; no hay otro camino, describe la culiacanense.

"Aguazarca está por la carretera Las Tapias, pero se viene uno por la carretera Sanalona. En el poblado el 12, adelantito está la hacienda El Paraíso, ahí está la entrada para acá".

"(Pasas) las cascadas de San Antonio y llegas a Los Arrayanes, que es una casa también; y pasas los Arrayanes y llegas a Agua Zarca", explicó la pobladora.

Esta casa es la única que hay en Aguazarca, en la que María de Jesús habita desde que se casó hace 45 años.

Para llegar ahí, se cree que María Olguín caminó por el monte, descalza, sin ningún material que protegiera sus pies de las picaduras de las piedras.

--"¿En dónde dormías?", le preguntó María de Jesús.

--"En el monte o en la carretera", le respondió.

María de Jesús cree que es peligroso caminar desde Culiacán hasta Aguazarca y describe los riesgos: te puede atropellar un vehículo o picar algún animal o enfermar por las bajas temperaturas.

Pero a María Olguín no le pasó eso, ella tenía sed y cansancio.

 

'Se perdió'

El 26 de septiembre, María Olguín desapareció. Salió del Hospital Pediátrico en el que estaba internado su hijo, y debía regresar al campamento de manifestantes de la población indígena que estaba congregado en las escalinatas de la Catedral de Culiacán.

Pero no lo hizo.

"Se perdió. Dice que ella no conoce aquí. Que venían por unos apoyos", dijo María de Jesús, según las conversaciones que tuvo con la mujer.

"El niño se le enfermó y se quedó en el Hospital, y una vez, salió y pudo volver. Salió (de nuevo) por comida o por agua, no sé, pero ella salió y ya no pudo volver, otra vez".

Ella tiene 30 años, es originaria de Cuitaboca, municipio de Sinaloa, y es indígena de la etnia rarámuri. Está casada con Franco Castro Castro, con quien procreó nueve hijos.

--"Pero tu esposo, ¿te pegaba?", le insistió María de Jesús.

--"No, yo creo que está con el niño chiquito allá, ¡quién sabe si se aliviaría!".

Mientras platicaba su historia, con el idioma español limitado, María Olguín se entristecía.

 

El regreso

Alrededor de las 21 horas del 5 de diciembre, María de Jesús le llamó a Óscar Loza Ochoa, miembro de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa, y le comunicó que vio a la mujer desaparecida.

El activista, a su vez, dio aviso a la Procuraduría General de Justicia.

Horas más tarde, alrededor de la medianoche, elementos adscritos a la PGJE localizaron a la indígena.

Ella es desconfiada y no se quería ir, pero María de Jesús la convenció de regresar con su familia y amigos.

"No se opuso, sólo que me decía por qué no me iba con ella", narró.

La mujer fue internada en el área de urgencias del Hospital General de Culiacán. Estaba deshidratada, pero luego la estabilizaron, reportó el Director José Alfredo Avilés López.

Óscar Loza Ochoa declaró que hay elemento que no se ha revisado, el acoso sexual del que fue víctima, aunque aún no ha platicado con ella.

"Yo no sé qué habrá pasado. Los únicos datos que tuvimos, casi un mes después, fue que el esposo señaló que había una persona, que era el encargado de los de seguridad en el Hospital Pediátrico, que la había acosada sexualmente. Ese fue el elemento que se agregó", comentó.

Aún cuando regresó, su desaparición sigue en el misterio, se desconoce dónde estuvo durante 70 días.

Y aún falta escuchar el testimonio del personaje principal de esta historia, a María Olguín, quien ahora se encuentra bajo observación médica.

 

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