"Entre miedo, muerte y veladoras, en Mazatlán"

MAZATLÁN._ Tenía 23 años, se llamaba Andrés, se lee en la credencial de elector. Su cuerpo quedó en una esquina de la Colonia Francisco Villa. Ahí, donde fue asesinado, alguien le prendió dos veladoras. Su asesinato y el de dos conocidos, uno de ellos un menor de 16 años,  desencadenó la noche más violenta de los últimos meses en Mazatlán. 

A Andrés lo dejaron sin vida en la esquina de las calles Lázaro Cárdenas y Tierra Blanca.

“Eran muchos señores armados, llegaron en camionetas, taparon la calle, y le dispararon a uno que venía en una moto. Luego se fueron hasta la esquina y mataron a los otros dos”, así narró una testigo. Entre los últimos dos estaba Andrés.

Los vecinos coinciden en que los responsables caminaron por la calle unos 20 metros con pistola en mano hasta llegar a las víctimas.

Los delincuentes taparon la Calle Lázaro Cárdenas y dispararon sin medir consecuencias.

El cuerpo de la primera víctima quedó en esa calle terregosa, unos 15 metros adelante cayó Andrés, y a su lado, un adulto mayor que, dicen, sólo se acercó a cantar.

En el lugar alguien encontró la credencial de elector de Andrés, nacido en agosto de 1993; ahí acomodó tabiques, prendió dos veladoras, y recargó el plástico con la foto del muchacho, y uno de sus zapatos negros, justo desde ahí un “hilo” de sangre lleva a una mancha donde hay cuatro agujeros en la pared, la marca de los disparos.

“Llegaron en montón y dispararon muchas veces”, narró un niño de sólo 13 años.

Éstas tres víctimas fueron las primeras de la noche violenta; más tarde en otro ataque dos personas fueron asesinadas en la Colonia Lico Velarde; y en Valles del Ejido se sumaron tres; otro más fue abatido por los marinos en Real Pacífico. En total nueve vidas se perdieron en menos de tres horas, en hechos que expusieron a civiles.

Las calles de la Francisco Villa ayer no eran las mismas, ahora hubo silencio.

“No tiene caso andar en la calle, a ninguna hora, ¿imagínese a la pobre mamá del muchacho?, mejor uno en su casa”, narró una vecina.

Los ataques ocurrieron entre las 19:00 y 22:00 horas en un polígono que abraza más de 15 colonias de la zona norte. Cientos de ciudadanos escucharon los disparos, la alerta se extendió en cadena por redes sociales, todos sugerían no salir de sus casas.

Esa noche violenta dejó nueve personas muertas, entre ellas un menor. 

En los primeros seis días de diciembre de 2016 van 14 homicidios dolosos en Mazatlán y 196 en lo que va del año, llegando a 350  en lo que va del trienio de Carlos Felton González. 

‘Parecía 

la guerra

La racha violenta que inició en la Colonia Francisco Villa terminó con un enfrentamiento en el Fraccionamiento Real Pacífico entre fuerzas armadas y delincuentes. Otra vez, las familias quedaron entre el fuego cruzado, vulnerables, ahora en la Calle Del Mar.

A menos de 20 metros, Anabel, de 46 años, vivió el ataque.

“Eran pasaditas las 10 de la noche cuando se escucharon disparos fuertes, como de metralleta; nos metimos hasta la última recámara y nos agachamos con las manos en la cabeza. Se oían voces, gritos, gente que golpeaba puertas; dos veces se oyeron estruendos, lo sentí en mi corazón, parecía la guerra”, comentó.

El enfrentamiento evitó que muchos vecinos llegaran a sus casas, por redes sociales se enteraron que su calle estaba cerrada; otros ya no pudieron pasar desde Prados del Sol.

“Mis vecinas se quedaron con su mamá porque no quisieron arriesgarse; el de la esquina se quedó con su hermano en Prados, porque hasta allá se oían los dispararon ¿a qué venían?”, dijo Anabel.

El enfrentamiento fue directo contra personas que se escondieron en una casa de la esquina, sólo el portón quedó destrozado de la parte baja y arriba había 102 impactos de bala.

Algunos vecinos no salieron del baño por horas, otros apagaron luces y cerraron ventanas.

Sorprende tiroteo a familias en la cama

Aunque ya era tarde y varias personas se encontraban en la cama, el enfrentamiento en el Fraccionamiento Real Pacífico generó temor y pánico entre los vecinos, quienes conciliaron el sueño hasta la madrugada de ayer.

Al principio los adultos creyeron que eran cohetes, pero instantes después se percataron que eran balazos y detonaciones muy potentes, por lo que protegieron a los niños que estaban asustados y cerraron bien sus casas para evitar exponerse físicamente.

“Los niños se asustaron, preguntaban ¿qué estaba pasando?, y nosotros les decíamos que eran cohetes, pero ya saben, ya distinguen cuando son balazos”, añadió un vecino del sector donde ocurrió una balacera.

“Los niños se asustaron. Preguntaban ¿qué estaba pasando? y nosotros les decíamos que eran cohetes, pero ya saben, ya distinguen cuando son balazos”.

Vecino de la zona