"Estéfani nació ciega y aún así, en Mazatlán, ve un mundo de colores"

MAZATLÁN._ Ella no conoce los colores y jamás ha visto el mundo, pero lo imagina a su manera y es hermoso a sus ojos.

Se llama Estéfani Barrios Ríos, de 9 años y es invidente.

Desde que llega a la Escuela para Ciegos y Débiles Visuales “Una Luz hacia el Mundo”, ubicada sobre la Avenida Gabriel Leyva, se convierte en la luz de sus compañeros.

Y cómo no serlo si le “inyecta chispa” hasta a su maestra Gisselle Delgado.

“Desde que llega pone a todos ‘en revolución’, es una niña muy lista, una niña muy participativa, siempre está preguntando, no se queda con dudas”, expresa la mentora.

Estéfani acude martes, jueves y viernes a clases.

“Cuando no vengo a la escuela me quedo en la casa escuchando música y canto, todo el día canto en la casa, me aprendo las canciones completas”, expresa.

Un día normal en la vida de Estéfani inicia a las siete de la mañana.

Con la ayuda de su madre, ella se cambia, se peina y desayuna.

“Luego me pongo lista para oír la combi que me lleva a la escuela para estudiar, así que cuando llego a la escuela aprendo braile, ábaco, juego con la calculadora (parlante) y hago ejercicio”, comenta.

Sentada sobre una colchoneta, aprende a vaciar y recoger lentejas.

Con sus manos y a puños, disfruta saber que ni una sola lenteja, por más pequeña que sea, se le derrama.

“Me desespero, pero sí puedo cuidar que no se me caiga ni una sola lenteja cuando la paso de un traste a otro”.

Estéfani tiene seis hermanos más en casa, por lo que con ella, suman siete hijos, además de su mamá y su papá, que en total son nueve en casa.

Aunque nunca haya visto la luz del día y viva en tinieblas, conoce los colores.

“Yo le pongo colores a todo, este bote es azul y otros son rojos y amarillos, yo los veo en mi cabeza y si no sé, le pregunto a mi maestra, ella me dice qué color es”.