|
"Columna semanal"

"EVANGELIZACIÓN, EDUCACIÓN Y CULTURA"

"La jornada de los enfermos"
12/02/2017

    Padre Amador Campos Serrano

    En un testimonio de amor, el Apóstol San Juan invita a manifestar plenamente la fe, para hacer presencia de Dios entre nosotros. Esto se vuelve una realidad cuando se nos presenta la oportunidad de ayudar a quien lo necesita, encontrándose en una situación de sufrimiento.
    El dolor es una consecuencia, resultante del desvío en el camino, señalado en el origen por el Creador. El seguidor de Cristo asume los actos de Jesús, dando testimonio, tal como lo hizo Él y con Él se convierte en don divino para la vida plena; su vida misma se ofrece como Gracia Divina.
    Difícil es aceptar la realidad del dolor como tal, instintivamente llega un sentimiento rechazo, sin embargo su real presencia se impone y ante esto solo se hace válida poner la mirada en Jesús, quien asumió nuestra realidad para llevarnos a la gloria en la resurrección. Solo en Él y con Él se puede encontrar la respuesta válida al misterio escondido en el dolor.
    Hacer conciencia de la realidad del dolor y su misterio fue el objetivo de haber instituido La Jornada Mundial de los Enfermos, una respuesta, desde el amor, al sufrimiento, pero también, una valoración de la experiencia de dolor, como argumento salvífico del inmenso don de estar unido a la obra de la salvación de Jesús.
    La pastoral de la salud entra en el marco de accionar de la Iglesia en su comino por este mundo, ofreciendo un testimonio en el cual se recoge la respuesta de Jesús ante los enviados de Juan el Bautista, cuando lo interrogaban sobre si era él, el que había de venir o si habían de esperar a otro. La respuesta fue contundente, en cuanto a que el anuncio del Reino de Dios está unido, manera intrínseca a la lucha contra el dolor y sus consecuencias.
    Enfermeras, médicos y todo aquél, quien haya consagrado su vida al servicio de esta sublime actividad, se unen a la obra salvadora de Jesús y es María, la madre de Jesús, quien va a la cabeza, pues ella participó de manera inmediata en los sufrimientos de la pasión y muerte de su hijo y desde la cruz fue ella quien recibió el encargo de acoger a todos los sufrientes en el dolor.
    Hacer conciencia del valor del dolor, dentro del misterio salvífico de la redención, fue la motivación que llevó al Papa Juan Pablo II a instituir la Jornada Mundial de los Enfermos, una oportunidad de alcanzar una sensibilización con aquellos que sufren la experiencia del dolor, a causa de una enfermedad.
    Fue un 13 de mayo de 1992, cuando el Pontífice, con el motu proprio Dolentium hominum la instituyó, para celebrarse todos los días el 11 de febrero de cada año, en la festividad de Nuestra Señora de Lourdes.

    Periodismo ético, profesional y útil para ti.

    Suscríbete y ayudanos a seguir
    formando ciudadanos.


    Suscríbete
    Regístrate para leer nuestro artículo
    Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


    ¡Regístrate gratis!