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"MEJOR EDUCACIÓN"

"FAMILIA. Daño Colateral"

"¿Peleas frente a los niños? Hay siete daños que les estás causando de manera inconsciente y que los marcarán emocionalmente"
18/03/2017

    Deseret News

    MÉXICO, (DESERET NEWS)._ Uno de los recuerdos más desagradables que puede tener un niño es haber oído o presenciado peleas entre papá y mamá. Esas personas que están ahí para protegerle y cuidarle, de pronto se están agrediendo y hablando a los gritos. ¿Os imagináis cómo puede sentirse un niño ante esto? Se siente indefenso y asustado, normal.

    Y no sólo se trata de hacerles pasar un mal rato, va mucho más allá. Las discusiones entre los padres dejan huella en los niños. No sólo les hace daño verlos pelear y decirse cosas feas, sino que los padres que se pelean perjudican la capacidad de los hijos de reconocer y regular sus propias emociones.

    Las peleas entre los padres dejan huella en los hijos Según un estudio realizado por la Escuela Steinhardt de Cultura, Educación y Desarrollo Humano de la Universidad de Nueva York, y publicado en la revista científica Development and Psychopathology, la agresión entre los padres moldea negativamente la respuesta emocional de los hijos. La exposición a la agresión verbal y física entre los padres altera la facultad del niño de identificar y controlar sus emociones.

    Los investigadores evaluaron a mil 25 niños y sus familias durante una serie de visitas al hogar desde que el niño tenía dos meses hasta los casi cinco años de edad. Se les hicieron varios cuestionarios a los padres y se les dieron determinadas tareas a padres y niños destinadas a medir el nivel de caos familiar.

    Al cabo de 58 meses los investigadores midieron la habilidad de los niños para reconocer e identificar emociones correctamente y encontraron que una mayor exposición a las agresiones físicas entre los padres estuvo asociada con una mayor dificultad de los niños para identificar emociones.

    Cuanto más prolongada era la exposición a l agresión, mayor era la dificultad de los niños para regular sus propias emociones de tristeza, abandono y miedo, lo cual los puso en mayor riesgo de presentar síntomas de ansiedad y depresión más tarde.

    Ver discutir a los padres afecta la capacidad del niño para gestionar sus emociones y ya sabemos que el desarrollo de la inteligencia emocional, lograr identificar y expresar lo que sentimos es imprescindible para la vida. Porque, debes creerlo, es verdad: una pareja hace mucho daño a los hijos cuando ellos los escuchan pelear.

    * Artículo de Emma E. Sánchez, colaboradora de Familias.com

     

    ¿NO HAY QUE PELEAR?

    Probablemente todos los padres hemos discutido alguna vez, es normal. Y aunque intentemos controlarnos o hacerlo en privado por no herir a los hijos, muchas veces somos incapaces de frenar el impulso.

    Ponte por un minuto en el lugar del niño que se siente amenazado. Las peleas entre los padres afectan mucho a los niños, lo que para ti puede ser apenas un acalorado intercambio de opiniones, ellos pueden verlo como una catástrofe. Los niños fantasean, pueden sacar conclusiones erróneas y sentirse aún más desconcertados. ¿Qué sucederá ahora si papá y mamá se pelean? ¿Se van a separar? ¿Qué pasará conmigo? Incluso pueden sentirse culpables si se discute por algo relacionado con ellos.

    ¿Quién de vosotros no ha sentido un nudo en el estómago cuando en medio de una discusión vuestro hijo os dice con cara de susto, “Por favor, no discutáis más”? Y caéis en la cuenta del error.

    Si bien hay quienes creen que discutir delante de los hijos no es algo que siempre haya que evitar, pues incluso puede enseñarles a gestionar conflictos, una cosa es una discusión, un intercambio de opiniones, y otra muy diferente agredir o insultar.

     

    TRANQUILIDAD

    Aunque podemos en un momento dado descontrolarnos y pelear con nuestra pareja frente a los hijos, es importante luego tranquilizarles.

    La comunicación con nuestros hijos es el recurso más valioso que tenemos. Por tanto, si ha sido una discusión pasajera podemos explicarles tranquilamente que a veces papá y mamá se enfadan pero eso no significa que dejen de quererse ni de quererle. Pedir disculpas por el mal rato tampoco estaría de más.

    Si la situación en casa ya es caótica y las discusiones han pasado a ser moneda corriente, tal vez es conveniente buscar la ayuda de un especialista, por el bien familiar y sobre todo, por el de los hijos.

     

    ¿CÓMO OCURRE EN DAÑO?

    ¿En qué se dañan los hijos cuando los padres pelean? La Escuela Steinhardt de Cultura, Educación y Desarrollo Humano de la Universidad de Nueva York, publicó en la revista científica Development and Psychopathoogy un estudio que realizó entre mil 25 niños y sus familias y esto fue lo que descubrieron entre aquellos que acostumbraban pelear frente a los hijos:

    1. Niños con sentimientos de abandono y miedo

    El niño piensa que todo está perdido, que todo su mundo es frágil y en cualquier momento se quedará solo, pues los padres están tan enojados que terminarán por irse de casa y él se quedará solo, sin nadie que lo quiera y sin nadie a quien amar.

    2. Mucha tristeza

    Si los dos seres más importantes en su mundo viven para hacerse trizas ¿qué puede esperar él de la vida? Nada vale la pena a su alrededor. No será raro que en la escuela pierda el ánimo por aprender, no tenga amigos y desgraciadamente lo consuma la tristeza y la soledad en la adolescencia.

    3. Desarrollo de ansiedad y depresión

    Al estar escuchando tanto tiempo gritos y ofensas el pequeño primero se estresa pero luego es tanto el agobio que se convierte en depresión, el niño ya no encuentra nada a su alrededor que lo anime, su cerebro ya no produce los químicos necesarios y todo su organismo comienza a descomponerse. ¿Has escuchado que el número de suicidios infantiles crece? No empujes a tu hijo a ser un dato más en la estadística.

    4. Incapacidad de gestionar emociones

    Cuando un menor es expuesto a una violencia y agresión recurrente entre sus padres, pronto ya no podrá distinguir las emociones que él siente o que otros manifiesten, esta incapacidad emocional tiene serias consecuencias pues relacionarse con otros le será sumamente complicado.

    5. Víctimas de acoso

    Si es agredido en casa por su propia sangre, fácilmente podrá ser víctima de otros abusivos en su paso por la vida. “Qué más da, ese es mi mundo” -piensa el niño- y por lo tanto permitirá todo tipo de vejaciones fuera de su hogar o peor aún, se volverá un abusivo que busque descargar toda su ira y frustración en alguien más débil e indefenso que él.

    6. Adultos que no saben dar ni recibir afecto

    ¿Sabes lo que es la alixitimia? Básicamente es un desorden neurológico que se atribuye a ambientes violentos donde quien lo padece no pude identificar las emociones propias o ajenas e inclusive no puede ni dar o recibir afecto. En una escala menor, haber vivido bajo altos niveles de estrés y agresión, invalida a las personas y les resulta muy complejo dar afecto y recibirlo, les incomoda muchísimo, pueden desarrollar afectos pero no manifestarlos o inclusive huir cuando se encuentran que alguien los ama o ellos identifican que están sintiendo algo más por alguien.

    7. Abuelos solos

    La consecuencia natural es que si agredes, nadie quiera estar cerca de ti. Si acostumbras pelear, prepárate para quedarte solo al paso de los años. Los recuerdos sensoriales marcarán el desarrollo de tus hijos y es un hecho que si su vida a tu lado fue difícil, no van a querer exponer a sus hijos a alguna de esas situaciones.

     

    3 RECOMENDACIONES FINALES

    Discutir es normal y hasta necesario para el crecimiento de una pareja y el fortalecimiento del matrimonio, pero siempre y cuando tengas presente esto:

    n Baja el tono de la voz. Gritar no arregla las cosas, al contrario causa confusión, irritabilidad y miedo.

    n Sin faltas de respeto. Los errores o fallas que otro pueda cometer no es pretexto para ofender.

    n Aprende a pedir perdón. Rectificar el proceder y buscar la mejora son la base para seguir adelante.

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