"Firmas"

Ana Luz Ruelas

En su toma de posesión como Presidente Municipal de Culiacán, Jesús Vizcarra esbozó algunos lineamientos para su Gobierno, que seguramente tratará de cumplir dada su reconocida hiperactividad.
Ofreció atención médica universal, combate a las adicciones, enfrentar la inseguridad, aliviar el congestionamiento vial, impulsar una educación de calidad, promoción del deporte, atención de las demandas de los niños, jóvenes, jefas de familia y adultos mayores, frenar el deterioro ecológico, apoyar los derechos humanos, la construcción de un fondo para impulsar la competitividad de Culiacán y generar empleos mejor pagados, y una importante construcción de infraestructura en la capital y sindicaturas.
Ofertas de rutina, como se advierte, debajo de las expectativas que despertó.
El empresario insiste en dirigirse a los ciudadanos como si fueran clientes que van a recibir algo del Gobierno y les pide corresponsabilidad. Pero no brindó un discurso de altura que caracterizara los retos de Culiacán en el escenario del conjunto de regiones de México.
Pareció un mensaje para un municipio cualesquiera y no la sede de la capital de Sinaloa, que tiene un PIB superior a los estados de Colima y Tlaxcala.
El nuevo Alcalde carece de una visión adecuada del desarrollo regional de Culiacán, sólo quiere ver necesidades ordinarias de pavimentación, arreglar semáforos, ofrecer servicios, y soslaya el imperativo de la planeación urbana. Tampoco señaló la necesidad de un Gobierno moderno, transparente, apegado a la ley, que rinda cuentas, combata a la corrupción, ponga freno a la especulación con el patrimonio natural del municipio.
Urge un gobierno que rompa con formas caducas de trabajo, una gestión municipal a la altura de la sociedad del conocimiento donde compiten globalmente las regiones. Para ello es necesario ubicarnos en el contexto de América del Norte, con agendas de competitividad económica y social, impulsar formas auténticas de participación ciudadana correspondientes a nuestra la pluralidad y evitar que unos cuantos empresarios y políticos poderosos se estén convirtiendo en los dueños de Culiacán.
Esperemos que esta pobre visión de arranque sea superada pronto, pues Jesús Vizcarra es de los políticos que aprenden rápido y dan resultados, como lo mostró cuando fue Secretario de Desarrollo Económico.
El Gobernador Aguilar Padilla contrapunteó en su mensaje el vacío del discurso del nuevo Alcalde, haciendo el encuadre nacional y estatal de los desafíos de Culiacán y los municipios de Sinaloa, anunciando un relanzamiento del Plan Estatal de Desarrollo.
Esto último se torna difícil pues grupos influyentes actúan para mostrar que el Gobierno estatal es débil y con poca decisión para sacar adelante sus proyectos. Lo paradójico es que desde el poder se envían señales que harían suponer que así ocurre.
Vale recordar aquí un consejo de Nicolás Maquiavelo en sus Discursos sobre la primera década de Tito Livio: “para organizar la República es imprescindible estar solo en el poder (…). Es necesario que sea uno solo aquél de cuyos métodos e inteligencia dependa la organización de la ciudad”.