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"Fundación MAPA Renacer"

"Frente a un mal del Siglo 21"

"Karen Jonsson Gavica, al frente de la asociación, habla sobre el flagelo de la actualidad, la depresión, y cómo hacer frente a ella"

 

Se dice que en el mar, la vida es más sabrosa y hay una canción que exalta que en Mazatlán se pasa sin llorar, sobre todo con el espíritu fiestero del patasalada, sin embargo, llega a caer en el gran mal del Siglo 21, la depresión.
Hace casi tres años, Fundación MAPA Renacer abrió sus puertas en Mazatlán, ofreciendo servicios, como terapias, tratamientos y actividades físicas para combatir esta enfermedad, que afecta tanto a adultos como a niños.
“La gente a veces presenta máscaras, de que todo está bien, pero no lo está. Realmente es una pantalla que se está haciendo y sí es alarmante la depresión en Mazatlán”, comparte Karen Jonsson Gavica, al frente de la fundación.
“Aparte no es nada más lo que se llama enfermedad depresión, como que viene cubierta de muchas cosas en las que se basa, podemos decir puede haber violencia familiar, familia disfuncional, puede haber baja autoestima. Hemos tenido pacientes de 8 años”.

Máscaras del depresivo
Aunque hay personas que aparentemente tienen todo para ser felices, tanto material, sentimental y emocionalmente, dan y reciben amor, pero aún con eso, pueden llegar a presentar depresión.
“Puede ser la cuestión física de la edad, el posparto o la menopausia. También viene la cuestión de ‘máscaras’. Yo viví el estar muy feliz y a todo le sacaba chiste. Según yo, me divertía mucho”, confiesa.
“No hay persona con la que me lleve mal, hasta ahorita, y de repente, como que me iba a dar un infarto; me dicen, ‘estás en depresión’, y yo, ‘¿cómo?’ No es solo el entorno, es la falta de un químico en el cerebro”.
Pone como ejemplo la canción de una telenovela, que mencionaba vivir en un mundo de caramelo, y aunque haya quienes nunca se hayan enfermado y son todo amor, pueden caer en depresión.
“Hay cosas a las que uno pone una barrera, no saber decir que no y vas cargando con culpas inconcientemente o con sentimientos, que eso detona, en un futuro, como un estallido del sistema nervioso y es cuando viene la depresión”, ejemplifica.

En grandes y chicos
Estadísticamente, Karen dice que la mujer tiende a caer más en depresión que el hombre, por cuestiones inherentes a su naturaleza fisiológica y la cultura, aunque el hombre también la padezca, es más difícil llevar un registro.
“Los dos se pueden deprimir, pero al hombre, desde chiquito, le van a decir que no llore, tiene que ser el fuerte y, entonces, no tienen la cultura de ir a buscar ayuda ni de abrirse para expresar sus sentimientos”, amplía.
“A veces, se siente mal, ni eso dice porque es como demostrar debilidad y el hombre no acude a veces ni a terapia, por lo que es más difícil hacer ese conteo de estadística”.
Aún con esa actitud masculina poco favorecedora para tratar su depresión, la fundación ya tiene un poco más de pacientes de ese género de los que antes había y comenta que el niño también se puede deprimir.
“El bullying, el Internet. Hay muchas cosas ahora que le van haciendo una baja autoestima. La mala información, pues no van y le preguntan a la mamá, lo buscan en Google y ha páginas que no tienen un tope”, expone.
“O están viviendo una niñez muy rápida, siento que no viven una niñez por todos los avances, ya tienen más agilidad. Antes, lo que había era una tele y con dos canales, ya era mucho”.

Enfermedad física
A veces se teme a la palabra depresión porque implica tratamiento con un psicólogo o psiquiatra, especialidades que hay quienes aún la relacionan con un desequilibrio mental, pero es una enfermedad y como tal, debe ser tratada.
“¿Por qué si te enfermas de gastritis vas a un gastroenterólogo? ¿Por qué si te duelen el alma, los sentimientos o las emociones? ¡Vas a un psiquiatra! Para eso se estudia. Es el estigma, el qué van a decir”.
Continua con el ejemplo de que si hay dolor de muela, se acude al dentista, que es a lo que se dedica, por lo tanto, para lo emocional está el psiquiatra, una profesión médica también para ayudar a ese padecimiento.
“El psiquiatra para algo estudió y por eso existe esa profesión. Hay que enfocarnos a que lo que te duela, pues te lo tratas. La cuestión es la cultura y cómo lo tomen las demás personas”, señala.
“Aparte, existe la creencia de que si van al psiquiatra y les da medicamentos, se van a hacer adictos, pero es una enfermedad, por eso se dan antidepresivos por la falta de un químico en el cerebro, que es la serotonina.
“Los antidepresivos duran de dos a tres semanas en hacer efecto en lo que llegan al torrente sanguíneo y al cerebro, y empiezan a hacer efecto hasta el mes, por eso el tratamiento dura de tres a seis meses mínimo”.

Dos compromisos
Karen fue paciente por depresión y por eso sabe de lo que habla, de acuerdo con su experiencia de vida, y comenta que en la fundación que dirige, la gente debe comprometerse para salir adelante.
“Lo que queremos aquí es cuando tú ya estás listo, empiezas a ver cambios, pero la gente se tiene que comprometer porque hay mucho que no más se sienten bien y ya no acuden”, plantea.
“Te comprometes primero contigo y luego con el tratamiento que te están dando de equis número de días, semanas o meses,que lo lleves al término tal cual se te está diciendo y se te va a dar de alta como en cualquier otro tratamiento”.

Para ayudar
Por eso, la fundación cuenta con terapias familiares, talleres de grupo y darse de alta depende del tipo de depresión que la persona haya tenido, y puede ser de tres meses hasta un año, de acuerdo con la severidad del caso.
Entre los servicios que proporciona, tiene especialistas en terapias corporales y holísticas, psicólogos, psiquiatras, neuropsiquiatras, nutriólogos y expertos que imparten kickboxing y yoga para proporcionar un tratamiento integral con cuotas accesibles.
“Se hace un estudio socioeconómico o a veces hasta se exenta, pero sí tienes, qué bueno para que nos ayudes con los que no tienen. Puede venir cualquier persona, gente que sea profesionista como de bajos recursos”, invita.
También dice que no es requisito tener depresión para asistir y tomar una de las actividades que ofrece la fundación, pues la gente puede beneficiarse con ellas y hasta prevenir la enfermedad.
“Puede venir cualquier persona a hacer kickboxing o una dieta de nutrición, hasta para prevenir cualquier síntoma emocional, pues tu terapeuta o coach puede guiarte con herramientas que tenemos internamente, ni siquiera las conocemos y nos ayudan a salir adelante”, promueve.

FRASE
“Tanto en las redes, como en medios o en eventos que hacemos, tratamos de hacer una campaña para evitar el estigma, que se vea más natural lo que es ir a ver a un terapeuta o un psiquiatra”.
Karen Jonsson Gavica
Presidenta de Fundación MAPA Mazatlán

EVENTO
Carrera por la Vida
Fecha: Mañana 26 de marzo
Lugar: Fundación MAPA
Horario: Arranque a las 8:00 horas
Informes: 9103583

UBICACIÓN
Venustiano Carranza 80
Subiendo la Aduana Vieja

SEMANAL
Cada jueves, se imparten pláticas y conferencias en las instalaciones de la fundación, a las 19:00 horas

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