"Gloria... la que se niega a morir"

Félix Rodríguez

Para renacer, primero hay que morir, pero Gloria Trevi se ha rehusado a eso. Ha decido reinventarse a través de sus vivencias, y lo ha hecho en tantas ocasiones, que parece que la vida le ha regalado la inmortalidad.

Aquella jovencita que gritaba que no estaba loca, pero que se arrastraba en el escenario vestida con atuendos multicolores y medias rotas; o aquella otra que revolucionó la moralidad con canciones en las que el juego de palabras y el albur, acompañados de diversos ritmos, hizo bailar y cantar a muchos, ya no están, pero ninguna de las dos murió.

También estaba esa joven que enmudeció cuando fue apresada y recluida en un penal de Brasil acusada de varios delitos, y aunque se le vio disminuida y frágil, tampoco murió.

Todas ellas siguen ahí, y se alcanzan a ver en un atisbo en la actual Gloria Trevi. Ellas tres, y quién sabe cuántas más, se han convertido en una mujer que tiene pies de plomo, alerta, segura, guerrera, pero sobre todo, creativa.

Con 28 años de carrera artística, Gloria Trevi ha pisado varias veces el puerto para traer su música. Ya lo hizo en 2009, como parte del elenco del Carnaval de ese año, y la noche del sábado repitió en el escenario del Estadio Teodoro Mariscal, durante la coronación de Viviana I, Reina del Carnaval 2017, De alebrijes y dragones.

El público disfruta a la Gloria del presente. Esa que ahora sale al escenario con un vestuario más llamativo, pero de mejor gusto. Con brillos, con barbas, con accesorios relucientes, con esa hermosa cabellera que se convierte en una rebelde cascada dorada que es sacudida por el viento. Así comienza su concierto, con el tema Gloria.

Luego habla de un amor congruente, uno de verdad. Ella rechaza el amor de palabras, porque a estas se las llevas el viento. Ella quiere ser amada con hechos, y lo dice con su canción Pruébamelo.

También afirma que sabe querer sin prejuicios. Se entrega totalmente porque así quiere ser correspondida. Asegura que cuando está enamorada, no le importan los chismes ni el físico, y le canta al amor incondicional con el tema Con los ojos cerrados.

El setlist de la cantante, una de las más prolíficas de México en los últimos años, continúa con Me río de ti, con la que llamó a sacar de nuestras vidas a todas aquellas personas que malpagan el amor.

La magia de la Trevi inunda el escenario. Solo necesita de ocho músicos y dos rubias coristas para armar su espectáculo. Con la energía que se carga, los bailarines salen sobrando, más cuando interpreta su emblemático tema Pelo suelto.

Y como un espectáculo de esta artista es un ir y venir de emociones, la cantante hace que el público se sienta amado con el tema Vestida de azúcar, que celebre la vida con Las pequeñas cosas, y con su canción Cinco minutos, llama a despreciar a quien falló en el amor, sin derecho de una segunda oportunidad.

Son tres cambios de vestuario. Los tres son coquetos, pero el elegido para la parte final de su concierto, es un atuendo mono. Ya pasó por las pantiblusas, una negra con destellos dorados; le siguió otra prenda igual, pero con más brillo -como si lo ocupara-, y termina con una diminuta prenda color dorado que deja ver su bella figura, esa que durante seis años -de 1992 a 1997- exhibió en sexosos calendarios.

El speech de la Trevi invita a “mandar al cuerno” a quien lo merece, a levantarse cuantas veces sea necesario, pero también habla de tomates “pichurrientos”, y dice que es mejor estar solo que mal acompañado, exhorta valorar a las madres solteras que luchan por sus hijos -alguien en el público grita que hay que honrar también a las ‘buchonas’- y pide celebrar la “suerte” de que te rueguen por un segundo chance.

Así le sigue con canciones como Papa sin catsup, Me siento tan sola, No querías lastimarme y dímelo al revés.

La vida de Gloria también ha sido una sacudida de emociones, lo que la ha convertido en lo que es: cantante, compositora, actriz y empresaria, sin embargo, todo esto no ha servido para convertirla en buena bailarina, pero al público le importa poco y la festeja mientras ella intenta seguir con sus cuerpo el ritmo de la música.

Gatea, se acuesta, se levanta, mueve sus caderas, se baja del escenario para saludar a su público, mientras continúa con temas como El recuento de los daños, Dr. Psiquiatra, El favor de la soledad y Todos me miran.

Antes de terminar su concierto, Gloria habla de su pasado y recuerda que cuando estuvo derrotada, hubo gente que le puso un pie encima para que ya no se levantara; pero también hubo personas que elevaron una oración, la cual fue escuchada, dice, para que ella esté donde se encuentra ahora.

Para todas ellas, para quienes le desearon mal y para las que le brindaron su apoyo, tiene la misma palabra: “gracias”.

“Porque ahora soy más cabr... que lo que era antes de caer, y ahora todos me miran”, asegura.

El mensaje es claro. La Trevi, la mujer que el próximo año cumplirá 50 años de vida, muestra que ha renacido... sin morir. Y cierra su concierto con su tema Inmortalidad, esa que le ha regalado la vida porque ha pesar de todo, no ha sucumbido.

LAS CANCIONES

Son tantos los éxitos musicales que Gloria Trevi ha logrado desde su primer disco Qué hago aquí, lanzado en 1989, que las canciones en uno de sus conciertos, parecen tan pocas.

Gloria

Pruébamelo

Con los ojos cerrados

Me río de ti

Vestida de azúcar

Las pequeñas cosas

Papa sin catsup

Me siento tan sola

Cinco minutos

No querías lastimarme

Pelo suelto

Dímelo al revés

El recuento de los daños

Dr. Psiquiatra

El favor de la soledad

Todos me miran

Inmortal

EL CONCIERTO

Las locuras, la irreverencia y la alegría de Gloria Trevi "encendieron" el escenario de la coronación de Viviana I, Reina del Carnaval Internacional de Mazatlán 2017, De alebrijes y dragones.

Vestida con un sexy traje negro con destellos dorados y un abultado y barbón abrigo plateado, la Trevi comenzó su concierto a las 19:51 horas con el tema "Gloria".

Su cabellera convertida en una dorada cascada se deja seducir por el viento del puerto, durante su espectáculo en el Estadio Teodoro Mariscal.

"Gloria... para toda mi raza de Mazatlán (...) yo soy mas de hechos que de palabras, y si alguien llega y me dice "te quiero", yo le digo "pruébamelo"", dijo la cantante para comenzar a interpretar el tema "Pruébamelo".

"La Trevi sabe querer, sabe amar... sin que importen los chismes ni el físico (...) porque se debe amar con los ojos cerrados", dijo.

El setlist de la cantante, una de las más prolíficas de México en los últimos tiempos, continuó con el tema "Con los ojos cerrados".

Luego invita a tronar los dedos a toda aquella persona que malcorresponde el amor. Así, lanzando este desafío, da paso a su siguiente canción, "Me río de ti".

El latir de los corazones de los asistentes se unen a un retumbar que sale del escenario. La artista, que el próximo año cumplirá 50 años, ofrece uno de sus temas más románticos, "Vestida de azúcar".

En su primer cambio de vestuario, la intérprete regresó con una pantiblusa igual que la anterior, solo que sin mangas, igual de sexy y con más brillo (como si le hiciera falta...).

De su más reciente álbum, titulado El Amor, Gloria cantó "Las pequeñas cosas", un éxito de Amanda Miguel.

Antes de interpretar "Papa sin catsup" la Trevi se avienta una perorata en la que habla de lo sabrosa que es la comida, habla de pichurrientos tomates podridos, de que es mejor estar solo que mal acompañado, "testerea" el tema Estados Unidos... todo se volvió una idea vaga sin nada concreto.

Su speech está hecho para motivar, con él acompaña cada canción y ahora se dirige a las madres solteras, a las trabajadoras, aquellas que han defendido su vida y su familia -alguien del público pide también "honrar" a las buchonas-. Así pregona su victoria y dice que desde que tuvo a sus hijos, ya no se siente "tan sola".

"Gracias al Gobernador y a...a Fernando...aquí...de los buenos", dice Gloria sin acordarse del nombre del Presidente Municipal.

"¿Vamos a perdonar a quien nos hace sufrir?..aquí al señor Alcalde...para que se porten bien ¿cuánto les vamos a dar?: Cinco minutos"

Su canción "Cinco minutos" hizo que el público se pusiera de pie para bailar y corear la "suerte" de que alguien te pida y ruegue una segunda oportunidad.