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"SINIESTRO"

"HISTORIA: Plaza Lemaz, zona de desastre... como en Irak, describen vecinos"

"Un sonido similar a la detonación de una bomba provocó el pánico en los habitantes del Fraccionamiento Tres Ríos"

CULIACÁN._ Un estruendo irrumpió súbitamente la serenidad de la madrugada del domingo. Fue un sonido similar a una bomba el que puso en alerta a los vecinos del fraccionamiento Tres Ríos, ubicado a unos metros de Plaza Lemaz.

"Parecía Iraq", señaló uno de los residentes de la zona. 

 A la 01:30 horas de la madrugada de este domingo el vecino del fraccionamiento aledaño a la Plaza Lemaz, quien prefirió mantener el anonimato, se encontraba en su casa cuando escuchó la explosión.

"No sabíamos que había sido", describió.

"Que estaban tirando con granadas, nosotros pensamos porque tronó muy fuerte", señaló.

En un principio ni él ni su familia quisieron salir de la casa por miedo a no saber qué era lo que había explotado.

"Nadie quería salir, no sabíamos qué había pasado ya hasta al rato fue cuando salimos", explicó.

El estruendo no solo fue ruido, pues las casas del fraccionamiento se cimbraron, retumbaron paredes, vibraron vidrios, parecía un rayo, como si hubiera caído muy cerca; pero al salir no había ni nubes, dijo el vecino.

Después de 15 minutos los residentes del fraccionamiento comenzaron a salir. Se toparon con una escena devastadora y comenzaron a buscar heridos.

En el bar ubicado en la segunda planta había personas abajo de las mesas protegiéndose de lo que pudiera derrumbarse. Había una aire de confusión, nunca hubo fuego, pero tampoco una aparente razón del porqué habían volado las paredes.

Los primeros en llegar fueron los bomberos, debido a la proximidad de la base de la avenida Álvaro Obregón. Unos momentos más tarde, los alcanzó la Cruz Roja.

"Lueguito llegó la policía", explicó el hombre.

En el estacionamiento había al menos una veintena de automóviles con vidrios reventados, incluso uno, con el cofre atachado como si se hubiese estrellado a gran velocidad contra un muro de contención.

A espaldas de la plaza se encuentra un parque, que aún al medio día del domingo, continuaba mostrando los estragos del siniestro que dejó en escombros la estructura del centro comercial.

"Aquí había un chin... de vidrios", describió el testigo, mientras con su mano señaló fragmentos de lo que unas horas antes habían sido aparadores en la plaza.

"Aquí todo esto que está aquí, estaban todas las protecciones estaban aquí y otras acá, y aires acondicionados y los sartenes de Chuyita (restaurante), todos estaban regados aquí", agregó.

Pisar en las inmediaciones de la plaza, te convertía en "faquir". Los fragmentos de aparadores se molían abajo de las suelas.

En pavimento parecía tener diamantina a la luz del sol. La onda expansiva alcanzó unos 50 metros de radio, según información de Protección Civil, situación que podía constatarse desde la gasolinera enfrente de la plaza, donde podía apreciarse el cristal casi pulverizado.

El estacionamiento se convirtió en un espejo, todo lo que una noche antes había sido concreto estaba cubierto de cristales.

Una cinta amarilla delimitó la zona a los curiosos. En el interior de la plaza había decenas de personas, unas con cascos y protección para operativos, otras apenas con tenis. Todos con un aire de confusión ante la escena.

A la sombra dentro de las inmediaciones de la plaza, Ariel realizó una y otra y otra llamada, hasta que se sentó a ver la devastación.

 

 

Hacía un año y seis meses Ariel había puesto su escuela de inglés en la plaza, ahora no podía ni reconocerse en cuál local había estado ubicada.

"De la plaza nadie da la cara, ni la mobiliaria ni el dueño, solamente las autoridades nos van a apoyar para apuntalar y poder sacar o rescatar algo, pero de ahí en fuera, nada", lamentó el joven.

Una llamada telefónica fue la que alertó al joven sobre el incidente en la plaza.

Él se encontraba dormido cuando fue avisado, recordó.

"Lo primero que vamos a ver es si la plaza tiene seguro o quien provocó el daño tiene seguro", explicó.

Los locales de la plaza eran diversos, había bares, restaurantes, cocinas económicas, consultorios, escuelas, tiendas y una zapatería.

A pesar de que parecía solo haber escombros, algunos locatarios permanecieron a la expectativa esperando el llamado de las autoridades para poder ingresar al edificio y buscar entre los escombros y el polvo, algunos objetos que pudieron haber sobrevivido a la explosión.

 

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