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"Día del Maestro"

"‘La educación es un acto de amor’"

"Con 21 años en la docencia, Óscar David Osuna Sánchez tiene claro que el papel del profesor es catapultar a los alumnos para que alcancen sus sueños"

MAZATLÁN._ Desde que nació su entorno estuvo vinculado a los libros, a la educación, y sin saberlo años después la docencia se convertiría en su vocación y su pasión.

 

El mejor ejemplo de esta profesión, su padre, también profesor de inglés e historia, quien este día será homenajeado a manera póstuma en el Monumento al Maestro de este puerto.

 

Óscar David Osuna Sánchez inició su camino en la docencia a principios de 1996 en la preparatoria “José Vanconcelos”, institución que lleva el nombre de ese ilustre personaje que se fijó como meta llevar la educación a cada rincón de México.

 

El maestro, sostiene, debe ser el empuje para que los alumnos se preparen y que sean en el futuro lo que ellos deseen.

 

En una aula de la “prepa federal”, como se le llama coloquialmente a la “Vasconcelos”, Óscar David comparte su visión sobre la educación, mientras sus alumnos estudian y practican el idioma inglés.

 

“La educación es un acto de amor con la humanidad, quien no tenga claro que el maestro debe desprenderse y ser un trampolín para sus alumnos, no debería ser maestro”, asegura.

 

Estudió la licenciatura en Enseñanza del Inglés en la extinta Universidad de Mazatlán, mientras que en el Centro de Actualización del Magisterio se preparó para ingresar a la docencia, actividad en la que ya cumplió 21 años.

 

Para sus alumnos el mensaje es el mismo de siempre: luchar por lo que desean con los pies en la tierra.

 

“Antes la preparatoria no tenía la demanda que tiene ahorita, eran pocos grupos, pero poco a poco con la dirección y los maestros, en equipo, nos llamamos la ‘Familia Vasconcelos’, porque todos trabajamos parejo para sacar este barco adelante”, comenta.

 

Además de dar clases en la “prepa federal”, también trabaja en la secundaria “Leyes de Reforma”, en la Colonia 20 de Noviembre.

 

Aquí su trabajo va más allá del académico, pues en este plantel hay alumnos con conflictos familiares muy profundos que se reflejan en sus conductas, precisa.

 

Reconoce que hay adolescentes atrapados por la indiferencia del hogar, de la escuela y de la sociedad.

 

“En la secundaria el contexto es diferente, los niños están más preocupados por vivir el día, porque a veces llegan sin comer, con algunos problemas fuertes. En la educación pública los niños han venido a la baja, no por ellos, sino porque el triángulo que se debe juntar, que son sociedad, padres de familia y maestros, no nos hemos puesto de acuerdo en la idea de trabajar en conjunto para mejorar la educación, por eso ha venido decayendo”, alerta.

 

Ponerse la camiseta

Con la reforma educativa, sostiene, los docentes recién egresados no alcanzan a sentir la pertenencia con sus alumnos, por los cambios de escuela a los que son sometidos.

 

El apego al plantel, asegura, se ha perdido.

 

Por eso ser maestro es ponerse la camiseta de la institución en la que se trabaja, considera.

 

“¿Cuándo se van a poner la camiseta? ¿Cuándo van a sentir esa permanencia y que esa institución es de ellos? Es muy difícil que sientan apego hacia sus alumnos, hacia el sentido de la pertenencia de una escuela, porque no se les da la oportunidad de sentirlo con tanto cambio”, señala.

 

A los maestros los mueven las emociones, y esas emociones los hacen comprometerse en dar lo mejor de sí para con sus alumnos, comparte.

 

“El trabajo en equipo es el camino para que los alumnos sigan adelante, escucharlos y alentarlos de que están haciendo bien las cosas, estimulándolos con talleres donde los niños trabajan expresando sus emociones”.

 

Arte, vehículo de cohesión

Junto con otros docentes de la preparatoria lideró un colectivo de música y poesía llamado “Carpe Diem”, en el que los alumnos fueron parte medular.

 

Ahí, los jóvenes expresaban sus emociones a través de la música y la literatura con la realización de veladas, con el firme propósito de inculcar el sentido de pertenencia a la preparatoria.

 

Y aunque el colectivo se desintegró hace años, la chispa por reactivarlo está latente.

 

“El grupo Carpe Diem de aquí de la preparatoria, era un grupo de muchachos que se coordinaba con maestros y creó la identidad de los alumnos por medio de las veladas, combinábamos música con poesía, pero para enganchar sacrificábamos lo que era en sí la agrupación, con el tiempo y la modernidad, el cambio cultural modificó el sentido de las veladas”, agrega.

 

Para él no hay mayor satisfacción que ver a un alumno crecer, superarse, convertirse en lo que siempre ha querido ser.

 

“Vivan el hoy, pensando en lo que van a ser mañana, con los pies bien puestos de la tierra. Eso es lo que les digo cuando se van”, comenta.

  

“La educación es un acto de amor con la humanidad, quien no tenga claro que el maestro debe desprenderse y ser un trampolín para sus alumnos, no debería ser maestro”...

 

“En la educación pública los niños han venido a la baja, no por ellos, sino porque el triángulo que se debe juntar, que son sociedad, padres de familia y maestros, no nos hemos puesto de acuerdo en la idea de trabajar en conjunto para mejorar la educación, por eso ha venido decayendo”...

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