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"COLUMNA"

"La evaluación integradora"

"Una forma de avanzar hacia una educación de mayor calidad"

 

La educación escolar en el siglo XXI está enfrascada en un perfeccionamiento permanente del proceso de enseñanza-aprendizaje, de ahí que el pensamiento pedagógico de avanzada se enfoca hacia la búsqueda e implementación de estrategias didácticas que garanticen la calidad educativa.

Una de esas novedosas estrategias didácticas es la llamada evaluación integradora.

Esta estrategia didáctica ya se pone en práctica en diversos países del mundo, en América Latina destacan: Cuba, Chile y Argentina, quienes evidencian los mejores resultados en la educación regional. De ahí la importancia de considerar su aplicación a gran escala en la educación escolar mexicana.

La evaluación integradora reconoce los postulados del profesor chileno Pedro Ahumada Acevedo, quien asegura que: “la evaluación debería ser considerada como un proceso y no como un suceso y constituirse en un medio y nunca en un fin”.

Históricamente, la evaluación ha sido uno de los componentes del proceso de enseñanza-aprendizaje que mayores controversias ha generado, y aunque ha sido muy tratada desde la teoría pedagógica, en la práctica ha tenido pocos resultados dignos de admirar; y es que, al momento de emitir un criterio, los docentes retornan una y otra vez a los clásicos exámenes parciales o finales, y la inmensa mayoría teme mucho salirse de este tradicional libreto.

Hoy, el asombroso adelanto científico-técnico, está haciendo que los docentes lleguemos al consenso de que las relaciones interasignaturas constituye un camino a transitar, si queremos que los alumnos aprendan a aprender, y que este aprendizaje sea significativo. 

En las relaciones interasignaturas los docentes desempeñan un rol esencial, pero no en el sentido de robarles el protagonismo a los alumnos, sino en el sentido de concebir un trabajo en colectivo, para proponer actividades evaluativas que integren el contenido de estudio de varias asignaturas y que atraviesen todo el currículo.

La evaluación integradora perfecciona la planificación del proceso de enseñanza-aprendizaje y garantiza que los alumnos aprecien una línea de trabajo educativo coherente en todos sus docentes. También se caracteriza por ser personalizada, congruente con los aprendizajes, hace énfasis en el proceso, no solamente en el resultado final, busca evidencias auténticas de aprendizajes y considera al error como forma natural de aprender, que facilita procesos de mejoramiento personal, mediante actividades de refuerzo o profundización.

Para poner en práctica la evaluación integradora se demanda que los docentes, primeramente, dominen el contenido de su asignatura, para que estén en condiciones de intercambiar con docentes de otras asignaturas acerca de los puntos coincidentes que tienen sus materias y analicen como un contenido puede complementar a otro y ser evaluados de manera conjunta.

De ahí la importancia de que los docentes en trabajo de mesa intercambien acerca de las orientaciones que darán a los alumnos, las actividades que desarrollarán y cómo serán diagnosticados y evaluados de manera integrada.

Lo anterior identifica que todo este trabajo didáctico debe realizarse antes del inicio del ciclo escolar, como parte de la preparación metodológica que debe desarrollar el colectivo docente.    

Con los docentes que he conversado acerca de este tema, aquí en México; aún no lo comprenden del todo, no obstante existen centros educativos mexicanos como el Tec de Monterrey que ya lo implementa con éxito.

Al respecto siempre salta a la luz la interrogante vinculada con qué si la evaluación o nota de los alumnos se realiza por separado o es plantea una única nota. 

Como es evidente, aún nuestro sistema educativo, no concibe la nota integrada, sino independiente por asignatura, por lo cual el alumno tiene una nota para cada asignatura; el cambio en esta propuesta, no radica en este aspecto; sino en la manera de diseñar, planificar y desarrollar el complejo y subjetivo proceso evaluativo.

La puesta en práctica de la evaluación integradora, siempre será compleja cuando se trate de docentes tradicionalistas que consideran que su asignatura es más importante que el resto; sin embargo, será de mucha utilidad en aquellos colectivos donde se trabaje en unidad, y se piense primero en los alumnos.

Si yo como docente no soy capaz de integrar el contenido que imparto, con el que imparte otro docente, cómo le voy a decir a los alumnos que sean ellos los que integren el contenido que le damos por separado y pensando más en nosotros que en ellos. 

La educación de calidad depende de muchos actores, pero nosotros como docentes desempeñamos un rol esencial al respecto, perfeccionemos nuestra labor educativa, para que desde el ejemplo, podamos exigirles a otros que cumplan con lo que les corresponde.

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