"La hora de empujar"

Gabriel Mercado

Aún siente el dolor, el dolor de aquella sacudida. El sujeto la esperaba, dentro de la cochera de su vivienda, en la colonia Guadalupe, con pistola en mano, listo para arrebatarle su cartera, celular, dinero, todo.

Patricia recuerda que tenía un perro para avisarle y resguardar la casa, pero lo dejó amarrado ese día para que no se saliera de la cochera cuando ella arribara, fue testigo del atraco.

El sujeto la zarandeó y la estrujó, dejándole desde entonces un dolor en un costado que aún no se le quita.

La policía llegó más tarde, y aunque ella les pedía que lo buscaran, que posiblemente aún se encontraba cerca, no lo hicieron, perdiendo mucho tiempo en cuestionamientos.

Ahora ella tiene cámaras de seguridad, las cuales han atestiguado también varios robos y asaltos, en los últimos meses, ahí justo afuera de su hogar.

"En mi familia nos han asaltado tres veces, cuando somos familia que tenemos muchos años ahí, nunca habíamos vivido eso en más de 50 años aquí, nunca como ahora, es intolerable, no podemos salir, tenemos que vivir encadenados con la puerta cerrada, con todo lo que se le pueda poner", señaló en entrevista para Noticiero Noroeste.

Pero el mayor dolor para Patricia no son los golpes, sino que esta misma delincuencia, que ahora toca a la puerta de sus viviendas, cobró la vida de uno de sus hermanos, y puso en riesgo a otra hermana.

"Después asaltaron a un hermano, que falleció en el asalto, y después asaltaron a una hermana, le quitaron su carro, la subieron a fuerzas al carro, ella se aventó del carro, se golpeó pero se aventó a tiempo, porque en la esquina estaban esperando otros dos hombres en una camioneta", recordó.

Manuel Barrantes, también vecino del lugar, ha visto desde su oficina los asaltos, a mano armada, e incluso vio cómo una persona que vive en la calle, recibió un balazo.

"Una persona que no tiene casa, que duerme ahí en la banqueta, que va de un lado a otro, pasó una persona y le tiró un balazo", expuso.

A eso se han sumado asaltos a sus sobrinos, y ya incluso el robo de baterías de los autos lo ven como el pan de cada día. "Ya ni cuenta", expresa Barrantes.

El temor de los vecinos de la colonia Guadalupe en Culiacán es real. La delincuencia les quitó los sitios de esparcimiento, las banquetas, y ahora ha entrado hasta sus hogares. Se sienten ya contra la pared.

Esto los ha obligado a organizarse, a reunirse para buscar soluciones ante la falta de respuesta de las autoridades.

Esperan pronto una reunión con el Alcalde Jesús Valdés Palazuelos, quien ya se ha enterado del asunto y los ha contactado, pero de momento han llegado a sugerir tener una estrategia incluso para "defenderse" y de ser posible arrestar ellos mismos a los delincuentes.

"Ha surgido la proposición de asumir una especie de 'autodefensa', de aprehender a los asaltantes y exhibirlos, ha habido otras voces que dicen, 'está bien, si nos toca estar presentes hay que intervenir', pero esta no debe de ser la estrategia, hay unas autoridades que están obligadas a cumplir con esa responsabilidad de brindarnos seguridad", explicó Manuel.

"Sí una cosa la tenemos bien clara, nuestro objetivo es lograr la paz y la seguridad en nuestra colonia, con el apoyo del Alcalde o sin el apoyo del Alcalde, pues lo vamos a lograr, ya sea que tengamos que tomar el asunto en nuestras manos. No tenemos más a donde hacernos, tenemos que empujar", agregó Barrantes.

Patricia, en sus casos, en especial el de su hermano asesinado, no ha tenido respuesta por parte de las autoridades, pero tampoco han querido insistir, por el temor ante la situación que viven.

"No hemos querido insistir porque tenemos miedo, tenemos hijos jóvenes, sobrinos muy jóvenes que están terminando carrera, sí nos da miedo, pero es lo terrible, que aparte del dolor que vivimos, todavía tener miedo", subrayó.

Pero aún en este panorama no quieren perder la esperanza, estando contra el muro, ven sólo un camino, avanzar, y combatir a la delincuencia apoyándose unos con otros, sacarla de esta colonia, sacarla de sus viviendas.

"No debemos encerrarnos nosotros, ya nos quitaron los centros de convivencia, ya optamos por replegarnos, ya nos quitaron nuestras banquetas, ya se están metiendo a nuestras casas, nos tienen contra la pared, o nos quedamos sin hacer nada o vamos hacia adelante, empujarlos a ellos para sacarlos hacia afuera, no nos queda de otra", resaltó Manuel Barrantes.