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"MIGRACIÓN DE LA VIOLENCIA"

"Niños víctimas... niños victimarios"

"Los hechos delictivos cometidos por menores se deben a la indiferencia del ser humano por la ausencia de valores, asegura la psicoterapeuta Rosario Cristerna"
24/01/2017

    Félix Rodríguez

    MAZATLÁN._ El alarmante incremento de asesinatos de niños y adolescentes cometidos por otros menores de edad, ha encendido las alertas de autoridades y sociedad civil.

    Ahora, son víctimas y victimarios, en un contexto social en el que no se valora la vida de las personas.

    Para la psicoterapeuta Rosario Cristerna Hernández, estos sucesos violentos cometidos a temprana edad se deben a lo indiferente que ha sido el ser humano por la ausencia de valores.

    “El respeto, el amor, la dignidad, la compasión se han ido perdiendo ante la indolencia de una sociedad que está muy enfocada en el tener, en el hacer, en el prestigio, en el lograr. Se ha olvidado a veces hasta de ella misma”, asegura.

    “Uno de los factores que está haciendo que la edad sea más temprana para delinquir, desde mi punto de vista, es que hemos sido indiferentes a la ausencia de valores”, expresa.

    El ataque ocurrido en Monterrey la mañana del 18 de enero en un colegio privado, donde un adolescente atacó a cinco compañeros y a su maestra con una arma de fuego, y después se suicidó, despertó la conciencia dormida de la sociedad mexicana que se había mostrado indiferente a otros hechos violentos en el País.

    Este atentado, catapultado por la redes sociales, abrió al mismo tiempo un debate ético sobre el uso de las redes sociales para la difusión de estos hechos de alto impacto.

    La directora del Grupo Renacer, organización, que busca reestructurar familias a través del perdón y el amor, dice que son los valores morales los que marcan los límites del ser humano, y lo ayudan a decidir y diferenciar las acciones.

    En la violencia entre niños y jóvenes existe un factor común, el abandono de los menores. Y es que generaciones atrás, menciona, mamá estaba en casa invariablemente.

    “Mamá hoy sale a trabajar, es la dirigente de la colonia, mamá está más ocupada; se nos ha dado mucha apertura a las mujeres para hacer muchas cosas, y está bien, pero no estamos sabiendo, a lo mejor, equilibrar las cosas... hay mucho abandono”.

    Sin papá y sin mamá, añade, los niños están creciendo con la influencia de Internet, de amigos, tal vez de malas amistades, incluso, de creencias con las que no comulga la familia.

    La especialista habla de patrones de conducta que se forman cuando los niños ven cómo los papás resuelven las cosas, cuando éstos tienen o no sus valores establecidos, lo que mamá y papá hacen o dicen, o si son incongruentes.

     

    Un juego

    peligroso

    Christopher fue invitado por su amiga Valeria a tirar un perro moribundo. En el camino encontraron a otros cuatro vecinitos que se les unieron. Ahí, en un barranco de la Colonia Laderas de San Guillermo, en Chihuahua, el pequeño de 6 años fue asesinado mientras jugaban al secuestro. El hecho ocurrido el 14 de mayo de 2015, cimbró a todo el País.

    Lo asfixiaron, lo apuñalaron, lo apedrearon y lo enterraron, incluso le colocaron algunas ramas para “despistar” el crimen. El cuerpo de Christopher fue localizado dos días después, luego de la confesión de uno de los implicados.

    El entorno y 

    los valores

    Ante la influencia social, lo que debe permanecer son los valores, dice Cristerna Hernández.

    Menciona como ejemplo, que en su consultorio ha tenido casos de pacientes que han consumido drogas en razón del entorno donde se desenvuelven.

    “Hay como una influencia social, y lo único que va a detenerte ante la influencia de otras personas, porque no puedes vivir en una burbuja, son tus valores. El respeto, el amor, la dignidad, la compasión, todo ese conjunto de valores que no le estamos enseñando a nuestros hijos adecuadamente, o que queremos dejárselos a la escuela, al gobierno, a todo mundo, o al psicólogo”.

    “Es desde adentro, mamá y papá son los responsables de la conducta de este niño, pero mamá y papá no quieren hacerse responsables, desafortunadamente”, añade.

    En los asesinatos cometidos por menores, la psicoterapeuta ve que no hay respeto a la vida, ve falta de compasión y de límites, pero lo que observa sobre todo, es ignorancia.

    “Yo tengo pacientes que llegan peleando con mamá y papá, adolescentes, te estoy hablando de 12 a los 16 años, y cuando yo trabajo la terapia sistémica, lo primero que trabajo es el respeto. En ese momento me doy cuenta, que sin importar nivel social, ni económico, no saben lo que es el respeto. Pero no lo saben ni mamá ni papá, menos los niños”.

    Al inculcar en los niños el valor del respeto, ahí se empieza a delimitar, se establecen reglas, compromisos, expresa.

    “Si el respeto existiera dentro de los límites de estos chicos, muy probablemente no hubieran cometido lo que hicieron”, agrega.

     

    Bajo el influjo de las drogas

    También en Chihuahua ocurrió otro crimen que cimbró a la sociedad. Una niña de 10 años fue asesinada por su hermano, de 12, y un amigo de éste, de 14, en la comunidad El Terreno, Namiquipa.

    El 5 de agosto de 2016 a Paola le ataron un cable al cuello y la colgaron de la rama de un árbol, al parecer porque la pequeña les había destruido una casita. Un hermano de Paola asegura que el crimen lo cometieron los niños bajo el influjo de la mariguana.

    La violencia

    Otro factor que también influye en el comportamiento de los menores es la violencia en todas sus formas, física, verbal, psicológica, emocional.

    La máster en programación neurolingüística comenta que de todas éstas, la violencia familiar es la que puede dejar más secuelas en los niños, pues daña y fractura a la familia de manera grave.

    Las bromas pesadas sobre alguien, las cuales se justifican como un juego, como “carrilla”, afectan el autoestima de una persona, le dañan psicológicamente, agrega.

    “Ya no digamos los golpes, cuando ya llegas a los golpes, le arrancas el respeto, y le fracturas su parte emocional, le dañas la dignidad. Y entonces, si ese niño fue golpeado, pues va a crecer pensando que merece que lo golpeen, pero también él va a ser golpeador”.

    Advierte que al igual que un menor que es golpeado, uno que es abusado sexualmente puede presentar tanto enojo que tiende a abusar sexualmente de otras personas.

    De la amistad 

    al odio

    También Sinaloa tiene su historia negra, y ocurrió el 19 de marzo de 2014, en Guamúchil. Erandy Elizabeth, de 16 años, asesinó a quien fue su mejor amiga, Anel N, de su misma edad. Lo hizo de al menos de 65 puñaladas.

    El supuesto móvil fue que Anel subió unas fotos a Facebook en las que Erandy aparecía desnuda. Ese día, esta última acudió a la casa de su amiga con dos raspados en la mano. Anel la invitó a subir a su habitación, la otra puso como pretexto ir al baño, tomó un cuchillo de la cocina y con él dio muerte a la joven.

    Sociedad, rebasada

    El ex Gobernador Mario López Valdez, aseguró que los delincuentes no salen del Palacio de Gobierno ni de Los Pinos, sino de los hogares en donde hasta las telenovelas, que dictan sus conductas.

    “Los que andan delinquiendo no están saliendo ni de Los Pinos, ni de Palacio de Gobierno, están saliendo de nuestras casas. Y todos tuvieron padre y madre; todos fueron a la escuela y tuvieron maestros; algunos de pasada pasaron por la iglesia; y algunos leen a veces, o ven telenovelas y toman algún ejemplo para sus conductas, muchas veces cansados de ver ese tipo de cosas”, dijo en esa ocasión.

    Para la coach en salud emocional, esta declaración fue muy desafortunada, porque si en el estado existe un incremento de la violencia, para qué decirlo.

    “(Lo hizo) para justificar, para no hacer lo que se tiene que hacer, o a lo mejor no saben qué hacer”, lamenta.

    El gobierno tiene dependencias como el DIF y organismos descentralizados, sin embargo, está rebasado, advierte.

    Lo que hace falta, opina, es apostarle con más recursos a este tipo de programas de prevención en niños y jóvenes, a quienes se les llevan pláticas, conferencias, pero la estrategia no termina de aterrizar en la conciencia de los menores.

    “Es como que sí se hace mucho, pero los programas no aterrizan, porque no son las personas adecuadas que necesitan estar (al frente o trabajando en dichos programas)... y a lo mejor sí es una falta de recurso”.

     

    Asesina a su 

    novia

    Apodado “El Demonio”, Javier es un joven de 13 años que asesinó de 30 cuchillazos a su novia Diana, de 11 años, en la casa de ésta.

    Fue el 11 de abril de 2016 cuando al salir de la escuela, la niña llegó a su casa ubicada en la Colonia Guerrero, en Moclova, Coahuila. Como era costumbre, comió y esperó a que llegara su mamá, pero se durmió.

    El joven recordó que cuando cometió el homicidio, había consumido alcohol, dos pastillas Clonazepan, inhalado resistol y fumado mariguana.

    Dijo que aventó la puerta de la casa de su novia, y tras una “discusión de novios”, ella lo amenazó con un cuchillo. Señaló que no sabe cómo salió el otro cuchillo, y él le “pegó” 30 cuchilladas.

    La escuela y

    la televisión

    Aunque la enseñanza de los valores es tarea ineludible de los padres familias, es triste ver cómo el niño tiene qué aprenderlos en las escuelas y compartirlos con la familia, comenta la psicoterapeuta.

    Pero también señala que aunque existen colegios que trabajan los valores morales, éstos no alcanzan a incorporarse a la psique del menor, porque no “aterrizan” el programa.

    “A mí se me hace muy difícil que les demos la responsabilidad a los niños de que aprendan lo que mamá y papá deberían tener el interés en aprender, pero pues mamá y papá no lo quieren hacer, porque ya lo han intentado muchas veces en la escuela y colegios, y no lo quieren aprender”, lamenta.

    En cuanto a los programa de televisión como “La Rosa de Guadalupe”, “Como dice el dicho”, “Lo que callamos las mujeres”, donde exhiben casos de violaciones de adolescentes, agresiones entre jóvenes, dice que esto puede influir de manera positiva o negativa.

    Una persona consciente, comenta Cristerna Hernández, lo ve como un aprendizaje de lo que no se debe hacer, pero un niño sin valores, puede ver estos casos como una vía, una herramienta, para hacer lo que no se le había ocurrido. Es como si lo estuvieran aleccionando para cometer el delito.

     

    LA EDUCACIÓN Y LOS PADRES DE FAMILIA

     

    Para evitar que continúen presentándose más casos violentos entre menores, la psicoterapeuta comenta que los padres de familia deben involucrarse en la educación que reciben sus hijos en los planteles educativos, pero de una manera positiva.

    Destaca que los maestros se capacitan para brindar una mejor educación a los niños, pero en muchas ocasiones los padres se entremeten y evitan que esta labor se concrete.

    “Yo creo que sí están capacitando a los maestros. Ya ves que cada fin de mes tiene su reunión de consejo. Yo creo que los maestros sí reciben mucha capacitación, y volvemos los papás a entremeternos y no dejar actuar a los maestros”.

    Recomendó a las autoridades escolares buscar involucrarse de una manera más emocional con los estudiantes. Los maestros, agrega, deben tener inteligencia emocional para darle a cada niño un trato especial.

    “Todos los niños son distintos y entonces a veces como maestros, el error que se comete es querer que todos los niños hagan lo mismo, y esperan de todos los niños que hagan lo mismo. Creo que a los maestros les está faltando inteligencia emocional, para acomodar a cada niño en la parte que le corresponde”.

    En cuanto a los jóvenes, la especialista invitó a dejarse guiar.

    “A los jóvenes les toca dejarse, y a los padres ser firmes, porque como adolescentes, está la etapa de la rebeldía, traemos un desorden hormonal, pero cuando un adolescente se deja (conducir) y tiene un padre firme, puede haber un cambio”.

     

    LA IMPUNIDAD

    Los menores de edad acusados de cometer delitos de alto impacto, como el homicidio doloso, se encuentran recluidos en instituciones que la Ley ha facultado para su reinserción social. Es así como Javier N, alias “El Demonio”, está en un centro de salud mental; Erandy, la joven de Guamúchil que asesinó a puñaladas a su amiga, está en el Centro de Internamiento Para Adolescentes en Culiacán, esperando recuperar su libertad en los próximos meses. De los asesinos de Fernandito, nada se sabe. La PGJE abrió una carpeta de investigación, pero no hay mayores datos.

    La impunidad también es un vehículo, una “oportunidad”, que puede llevar a los niños a cometer delitos, comenta la especialista, sin embargo, de acuerdo a su experiencia de trabajo con adolescentes, le parece difícil proponer que se legisle para acortar la edad de penalización de los menores.

    “Yo trabajo con muchos adolescentes, hemos hecho talleres para adolescentes, y al segundo día ya no quieren venir, obvio, los adolescentes no quieren, pero cuando yo tengo papás comprometidos, también me doy cuenta que los adolescentes son unas esponjitas, y que a pesar de estar rebeldes, y contra viento y marea, cuando terminamos el taller, son otros”, expresa.

    Cuando observa la evolución de los niños y adolescentes a través de la terapia, está segura que no sería necesario cambiar las leyes, pues se puede hacer de una manera más amable.

     

     

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