"Operó Lucero Sánchez para el narco; era Diputada"

Por medio de intervenciones telefónicas y testimonios de un “colaborador”, la Dirección de Investigaciones de Seguridad Nacional de EU documentó que Lucero Sánchez López operó para el Cártel de Sinaloa al mismo tiempo que fungía como Diputada local.

Incluso, de acuerdo con la acusación del Gobierno estadounidense, la HSI asegura que la ex legisladora confió a su colaborador infiltrado que ella se encontraba en la casa de la cual El Chapo logró escapar en febrero de 2014, a través de un túnel construido debajo de una bañera, cuando las fuerzas federales llegaron a capturarlo.

Esa casa es la que se encuentra en la Colonia Guadalupe, de Culiacán. El documento de la acusación no especifica la manera en que evadió a las fuerzas federales.

"El informante", se consigna el documento signado por el agente Félix Trevino, "refiere que 'Tere' (Sánchez López) le contó que ella escapó de la redada y que le dijo a Guzmán Loera que se fuera con ella a Cosalá, de donde era Diputada".

De acuerdo con la acusación que hace la Dirección de Investigaciones de Seguridad Nacional con sede en Nogales, Arizona, ante la Corte del Distrito Sur de California, Sánchez López conspiró para traficar drogas y lavar dinero a favor del Cártel de Sinaloa.

Esa acusación la sostiene con dos intervenciones telefónicas y los testimonios de una persona que fue capturada en Estados Unidos, a la que vincularon como traficante; le ofrecieron ser un agente encubierto y ahora lo identifican como “Colaborador”.

También se señaló que la organización criminal tiene un sistema complejo de comunicación, el cual depende de dos niveles.

En el primer nivel, según la agencia, se encuentran los líderes de la organización y sus secretarios o intermediarios, quienes se comunican directamente con las personas que están en un segundo nivel de comunicación, y quienes son los que realizan las operaciones delictivas.

La primera intervención se hizo en septiembre de 2013, cuando Sánchez López era Diputada local electa. Aquella vez utilizó el pseudónimo “Piedra” para hablar en nombre de Joaquín Guzmán y así compartir contactos y dar indicaciones para transacciones económicas por 500 mil dólares.

La segunda intervención telefónica fue sobre sus mensajes, en enero de 2014. Utilizó el pseudónimo “Maico” para indicar cómo debían recogerse 380 mil pesos para el tráfico ilegal de drogas.

La HSI cita el testimonio del "colaborador", quien entró en comunicación directa con una persona que se hacía llamar “Tere” y quien pretendía contactar a los hijos del líder del Cártel de Sinaloa.

El informante, destaca el documento legal, se reunió con “Tere”. Luego, por solicitud de los agentes, identificó a Lucero Sánchez López con una fotografía como "Tere" o "Maico".