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"MEJOR EDUCACIÓN"

"Psicología: Pensamientos que sabotean"

"A veces el peor enemigo del desarrollo personal es uno mismo, por culpa de las trampas mentales que uno mismo se pone ‘sin pensarlo’."
27/06/2017

¿Quién no ha tenido alguna vez en su vida algún pensamiento del tipo “no voy a ser capaz de aprobar ese examen”, “nunca voy a conseguir un buen trabajo”, “no sirvo para nada”, “seguro que caigo mal a mi compañero de mesa” o “no voy a encontrar una pareja nunca”? Este tipo de pensamientos son conocidos, en psicología, bajo el nombre de creencias irracionales.

Estos pensamientos pueden aparecer en ocasiones de forma aislada, pero se convierten en un problema cuando son reiterados y tan constantes que limitan y bloquean a la persona en determinadas facetas y actividades de la vida diaria. Como por ejemplo: en el ámbito laboral, a la hora de establecer relaciones sociales, hablando en público o incluso ante el cuidado de los hijos.

Así, lo peor de estas creencias no es solo el hecho en sí de que son irracionales, sino que actúan bloqueándote, como pensamientos que te sabotean y limitan en la búsqueda y alcance de tus metas en la vida, cumpliendo ese adagio que dice ‘ten cuidado con lo que piensas, porque se puede materializar’.

* Con información de Psicologiaymente.net

Los pensamientos limitantes

Desde que la persona empieza a crecer, a través de la educación reciba y de las relaciones establecidas, desarrolla una forma de pensar y crea unos esquemas de pensamiento en relación a las experiencias y situaciones vividas.

A través de estos esquemas es que se interpreta la información recibida de cada situación vivida, siendo una interpretación objetiva y basada en la realidad. Sin embargo,el simple hecho de disponer de unos esquemas de pensamiento determinados y no otros hace que siempre se experimente lo que ocurre de forma subjetiva.

Eso no significa que tuforma de pensar esté totalmente “despegada” de la realidad, de ninguna manera. De hecho, algunas de tus creencias, a pesar de no corresponderse perfectamente con la realidad, son lo suficientemente realistas como para tenerte “socialmente funcional”. Sin embargo, otras son en gran parte irracionales.

Estas creencias irracionales son malinterpretaciones de lo que ocurre a tu alrededor. Son pensamientos negativos y automáticos, que quedan fuera de tu control, es como si la mente te estuviese boicoteando. Son estos pensamientos los que pueden llevar a desarrollar estados de ánimo disfuncionales y generar un gran malestar, sin ser conscientes de ello, ya que para uno mismo sus pensamientos son la realidad.

El magnetismo de los pensamientos que sabotean

Curiosamente, aunque los pensamientos limitantes se basen en creencias irracionales, eso no hace que terminemos por rechazarlos al ver que no se ajustan a la realidad. Esto es así porque, al creer en ellos, se vuelven, en parte, en una realidad.

De hecho, el malestar que generan estas creencias, así como la tendencia a atribuir el éxito a la suerte y los fracasos a los atributos, hacen que pase lo que pase sigas creyendo en estas ideas irracionales, lo cual a su vez hace que tengas más probabilidades de fracasar o de no llegar a intentar llegar a los objetivos a causa del miedo y la ansiedad.

Un ejemplo

A partir de un estímulo específico se activará un pensamiento, y a partir de este se generará una cadena de eventos. El pensamiento es generador de una emoción y la emoción dará lugar a una conducta. Por ejemplo, una persona que va en metro cuando de repente el metro se queda parado en el túnel por una avería y los pasajeros pasan más de treinta minutos encerrados en el vagón. Una vez pasado este episodio, esta persona al día siguiente subirá al metro, de nuevo, para dirigirse a su trabajo.

Una vez dentro del vagón comienzan a disparársele pensamientos negativos y automáticos constantes del tipo “seguro que el metro hoy se vuelve a quedar parado”, “como vuelva a pararse a mi me da algo”, “yo no aguanto aquí metido y encima con tanta gente”.

Estos pensamientos comienzan a generar un gran malestar en él, comienza a sentir que la falta el aire, que no puede respirar, el corazón se le acelera, síntomas los cuáles le hacen preocuparse más y que estos “pensamientos autoboicoteadores” aumenten por momentos convirtiéndose en un círculo que es imparable para la persona.

El hombre decide que la mejor idea será bajarse del vagón en la siguiente parada aunque no sea la suya, una vez fuera se encuentra mucho mejor y los pensamientos disminuyen. Esto es una conducta de evitación, viéndose en este ejemplo hasta qué punto estos pensamientos pueden ser limitantes.

La indefensión aprendida

Si te acostumbras a alimentar este tipo de creencias irracionales, caes en la trampa; los pensamientos limitantes acaban dominándote, es decir, perderás el control sobre ellos y se convierten en una auténtica bomba de relojería para tu vida. No te dejes llevar totalmente por ellos. ¿Por qué? Porque para la mente es su realidad, es lo que ha aprendido a interpretar a partir de una situación determinada.

Y es que el cerebro siempre va más allá hasta convertir dicha situación en algo catastrófico y sin solución. Cuando estas en este punto puedes actuar de una manera pasiva, es decir, ves que no hay nada que hacer. Esto en psicología se conoce como indefensión aprendida; la persona se inhibe ante determinadas situaciones debido a la sensación que tiene de no poder hacer nada y no responde a pesar de que hay oportunidades para cambiar la situación la cual evita.

Esto puede pasar por ejemplo ante un tipo de error cognitivo conocido como adivinación del pensamiento, por ejemplo, alguien habrá pensado más de una vez “para que voy a estudiar si siempre repruebo esta asignatura”. Hay una posibilidad real de que la persona pueda hacer algo ante esta situación, quizás necesita estudiar o esforzarse más que con otras asignaturas, pero su pensamiento es que jamás conseguirá aprobarlo.

¿Qué hacer? Posibles soluciones

Es importante que poco a poco aprendas a identificar tus propias distorsiones cognitivas y las emociones que se disparan con estos pensamientos. Si las detectas tendrás una mayor capacidad para controlarlos e impedir que te limiten y dominen en distintas áreas de nuestra vida.

Escribir sobre estos pensamientos y sentimientos también es algo muy beneficioso. Ayuda a exteriorizar y poner fuera de ti el malestar, te permite darle una forma y un sentido y por un momento puedes cortar ese círculo que se retroalimenta una y otra vez.

Si este tipo de pensamientos te asaltan constantemente es porque algo no está bien dentro de ti: quizás tengas una autoestima dañada o llevas un tiempo pasando por una situación difícil a la cual no sabes hacer frente. Haz caso a las señales y alarmas que tu mente y cuerpo ponen en funcionamiento y quizás te estén avisando de que es el momento de pedir ayuda profesional.

 

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