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"En la zona serrana de Concordia"

"Regresan desplazados a zona serrana de Concordia... pero no tienen médicos"

"Denuncian familias que están hartos de promesas, desde mayo pasado no saben lo que es tener un médico en sus comunidades"

CONCORDIA._ Hartos de promesas, los pueblos serranos del municipio de Concordia viven entre el temor y la indiferencia de las autoridades, quienes han incumplido su compromiso de regresar los médicos a las comunidades que fueron desplazadas por la violencia el año pasado.

 

Más de la mitad de la gente ha retornado, y en el IMSS de Santa Lucía no hay doctor a pesar de que brinda atención al menos a diez localidades vecinas: La Petaca, La Guayanera, El Coco, Las Mesas, La Capilla, Potrerillos, Chirimoyos, Santa Rita, Loberas y Batel. Esto es, una población de más de 3 mil personas.

Al acompañar a un grupo de ciudadanos a donar medicamento y otros artículos, Noroeste pudo constatar que en estas comunidades no saben lo que es tener un médico desde el mes de mayo de 2017, cuando asesinaron a tres maestros que circulaban por la sierra hacia El Cuatantal.

Los que corrieron con mayor “suerte” son los habitantes de Santa Lucía, donde dos enfermeras se han encargado de la clínica y ayudan a los pacientes. Pero cuando hay algún padecimiento severo tienen que trasladarse a la cabecera de Concordia o al IMSS de Villa Unión, cuando no hasta el Hospital General de Mazatlán. Esto significa entre una y dos horas de camino dependiendo si se van en auto particular o en transporte colectivo.

La información la confirmó el síndico de Santa Lucía, Francisco Vizcarra Pérez, quien apuntó que la situación es peor en La Petaca, “donde ni siquiera cuentan con una enfermera”.

De igual manera, denunció que han pedido ayuda al presidente municipal, Felipe Garzón, así como al Seguro Social. Hasta ahora no ha habido respuesta.

“Había dos doctores, pero hubo todo esto (desalojos forzados) y se fueron así como todos nosotros; ya mandamos papeles, firmas al Seguro de Villa Unión, y nos dijeron que nos iban a resolver pero hasta ahorita no se ha resuelto”, lamentó.

Es muy necesario, agregó, porque el trasladarse a otras clínicas es un gasto fuerte para muchas familias que aún no se recuperan de las pérdidas ocasionadas por el desplazamiento forzado.

En tanto en Chirimoyos, hay una auxiliar de enfermería que intenta colaborar con la comunidad, pero resulta insuficiente.

Según testimonios de algunos afectados, quienes pidieron el anonimato, no faltan las emergencias. En caso de fuertes dolores, han aprendido a resistirse en tanto pueden encontrar asistencia, ya que no hay quién sepa recetar un medicamento.

“Hace unos 22 días, tuvimos que ir un campamento de los soldados a pedirles ayuda, y ahí de suerte tenían un médico quien nos ayudó a poner un suero”, relató uno de los pobladores de Chirimoyos, quien se dijo cansado de las promesas incumplidas.

En cuanto a la seguridad, el síndico de Santa Lucía comentó que hay presencia constante de policías y se ha sentido una relativa calma. Sin embargo, hace falta que regresen las bases militares que se ausentaron desde noviembre del año pasado.

 

CRONOLOGÍA:

- El 18 de julio de 2017, la incursión de grupos delictivos ocasionó el desplazamiento forzado de familias de Chirimoyos y La Petaca, Concordia.

- En las siguientes semanas continuó el desplazamiento en pueblos de esa zona, alcanzando más de 300 familias, que se dirigieron a Mazatlán y a la cabecera de Concordia, en su mayoría.

- Para enero de 2018, se estimaba que cerca del 70% había comenzado a retornar a los pueblos, aunque sin garantías de seguridad.

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