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"Restauran de mariscos ‘Puerto Azul’"

"Se incendia palapa; dice dueño que seguirá de pie"

"El negocios tenía 35 años de albergas historias en el puerto mazatleco"

Con una pequeña palapa, un par de mesas, sillas y una parrilla como asador, entre 1982 y 1983, el señor Miguel Ángel Zataráin Tiznado emprendió un negocio de pescados y mariscos a la orilla de la playa en la zona costera de avenida Del Mar que llamó “Puerto Azul”, para el gusto de locales y turistas.

Ayer, en la primeras horas del día, se recibió el reporte que por la Avenida del Mar frente a las instalaciones de la PGR estaba en llamas una palapa con venta de mariscos.

Poco a poco, mientras la familia crecía, el negocio también lo hacía siendo la segunda palapa en el malecón que ofrecía comida sobre la playa, pero la primera en consolidarse, y permanecer después de casi 35 años albergando historias y memorables recuerdos que Miguel Ángel atesora como parte de su propia vida.

“Me acuerdo que cuando iniciamos éramos mi esposa, mis dos primeros hijos y yo, después vino el tercero, aquí corrieron, jugaron, se enseñaron a atender a la gente, a convivir y de aquí mismo salió para que ellos estudiaran y ahora sean profesionistas en lo que hacen y sobre todo dedicados, ‘Puerto Azul’, me ha dado todo, sentimentalmente hablando”, declaró.

Por las mesas de la palapa han pasado decenas de generaciones que por tradición han acudido a lo largo de estos años, consumiendo la especialidad que el señor Miguel Ángel presume; el pescado zarandeado y el aguachile especial, que consiste en camarón cocido con limón, chile molido en molcajete, cebolla, camarón cocido y pulpo, además de los ceviches y cocteles tradicionales.

Celebridades, políticos, turistas y locales, pasaron agradables momentos en el restaurante con el mar de fondo y observando atardeceres que en otros lados del mundo no se pueden apreciar como en Mazatlán.

“Me ha tocado ver pedidas de mano, también una pareja de novios estadounidenses me rentó la palapa y aquí se casaron, en la arena colocaron un circulo de flores, en medio estaban ellos dos y los familiares a su alrededor, esas experiencias son las que guardan estos pilares de madera, son las que me guardo yo”, señaló.

Entre el humo que sofocaba la palapa aún al medio día, Miguel Ángel observa cada rincón, toca los pilares de madera y se sacude las manos, sus ojos no creen que de un momento a otro el local que le dio de comer y vestir a su familia ya no esté, sin embargo, el recalcó que “Puerto Azul” seguirá de pie y que lo habrá por muchos años más.

“Hay Puerto Azul por muchos años más, no hay incendio que nos apague, pero, ¿sabes qué es lo que me mantiene de pie? El cariño de la gente, las experiencias que aquí se han vivido porque por ellas uno crece y tiene el prestigio que tiene, porque han venido clientes que hasta con los bisnietos cargan, pero que venían desde que yo estoy, no hay nada que me quite eso.

“Las instalaciones del Puerto Azul están entre las cenizas, pero su alma permanece en cada cliente, en mis hijos, mi esposa y en mi”, dijo con una sonrisa.

El incendio ocurrió aproximadamente a las 05:00 horas. Se perdió todo el inmueble y la utilería con la que preparaban la comida.

 

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