"Un 'cerco' y muchos gritos para Quirino..."

Primero fue un "cerco", que se transformó en círculo, y luego, en cruz.

Ahí, en el patio central del Palacio de Gobierno, donde despacha el Gobernador, se escuchó una, y otra, y otra vez, el "¡No seas cómplice, Quirino!", en la voz de decenas de activistas, periodistas y ciudadanos.

Gargantas desgarradas, gritos clamando justicia que se extienden hasta una hora, hasta que lo escuche él, Quirino Ordaz Coppel, el principal responsable de la seguridad en el estado.

Otra vez Javier Valdez Cárdenas está aquí, en las expresiones, rostros, de quienes no le han abandonado.

Amigos, familiares, colegas, ciudadanos, lectores. No son multitudes, pero sí, suficientes los indignados para formar sobre el patio, salpicado de gotas de lluvia, las figuras posibles, que manden el mensaje, la señal, hasta el tercer piso: "¡Justicia Javier Valdez!", "¡Justicia Javier Valdez!".

Quienes desde el sector oficial le apuestan al cansancio, al olvido, se equivocaron de nuevo, ayer, agosto 15. Noventa días después del crimen del periodista, del escritor, del amigo, la llama sigue encendida.

La convocatoria, surgida de la asociación de periodistas "7 de Junio" y de familiares de Javier, se esparció por redes sociales. La propuesta de un "cerco simbólico" en el edificio sede del poder político estatal, se va nutriendo desde las 8:30 horas, con personas que agarradas de la mano van nutriendo la cadena, hasta cerrar el círculo.

De frente y de espalda, con la misma consigna.

Han pasado tres meses, sin resultados. Y son tres veces ya, las que manifestantes acuden a este mismo lugar, donde gobierna Quirino, para exigir castigo. Como aquel 16 de mayo, cuando el cuerpo de Javier era velado en la funeraria, donde los gritos obligaron al Gobernador a dar la cara, y ofrecer esclarecer el hecho, pero no ha cumplido. O como el 15 de junio, un mes después, donde una comisión lo urgió a rendir cuentas, pero no ha cumplido.

Esta vez, de nuevo, la protesta unifica voces diversas en una causa compartida.

Directivos de medios como Ismael Bojórquez, de Riodoce, semanario que Javier cofundó. Adrián López, de Noroeste. Alejandro Sicairos, de Espejo, y a la vez dirigente de "la 7 de Junio". Reporteros de Noroeste, El Debate, Riodoce, Línea Directa, de diversos portales, formando el cerco. Activistas, abogados, defensores de derechos humanos. Académicos, investigadores, empresarios. Y hasta algunos políticos, como Roberto Cruz, del PAN, y Merary Villegas, de Morena. Y representantes en México de organismos como Jan-Albert Hootsen, del Comité Internacional de Periodistas. Y la infaltable Ángeles Moreno, reportera de mil batallas, liderando las proclamas.

Todos unidos en un mismo cerco, círculo y cruz. Una misma consigna. Y un mismo grito, reclamo, que se multiplica, hasta que lo escuche él, y que no cambiará, mientras no dé resultados: "¡Quirino cómplice!", "¡Quirino cómplice!" "¡Quirino cómplice!"...