El pasado 8 de octubre se estrenó en la Ciudad de México Vigilante nocturno (Security, EU, 2017), séptimo largometraje del cineasta franco-canadiense Alain Desrochers. Sin embargo, ese mismo fin de semana la cinta ya estaba disponible en la plataforma de Netflix y hace unos días hizo su aparición en el servicio streaming de Cinépolis Klic (www.cinepolisklic.com). Acostúmbrese usted: ya estamos en el modelo de distribución cinematográfica del futuro. El cine se podrá ver –más bien, ya se puede ver- en la pantalla grande y en la pantalla casera prácticamente de manera simultánea.
Es evidente que los distribuidores están midiendo sus posibilidades de negocio con este formato y lo están haciendo con películas que no son, precisamente, las más esperadas. Este es el caso de Vigilante nocturno, cinta realizada para el lucimiento de Antonio Banderas, quien tiene tiempo que no protagoniza un filme realmente valioso –acaso desde La piel que habito (Almodóvar, 2011).
La mala noticia es que Vigilante nocturno no romperá la mala racha que lleva ya un sexenio. La buena es que, siendo lo que es –un convencional y derivativo thriller de acción-, el filme se deja ver sin mayor problema.
Eddie Deacon (Banderas) es un correoso veterano de guerra que, desesperado por no tener trabajo durante un año entero, acepta la chamba de ser el vigilante nocturno del título en un centro comercial de tercera en algún lugar en medio de la nada.
El problema es que esa misma noche en la que inicia en su trabajo, una niña (Katherine de la Rocha) llega corriendo a ese mall para ocultarse de un grupo de sicarios que la quieren matar para evitar que testifique contra algún poderoso gánster.
El jefe de los sicarios es interpretado por Ben Kingsley, así que muy pronto veremos no solo las típicas escenas de balaceras, incendios, peleas y explosiones, sino el enfrentamiento histriónico de Banderas vs. Kingsley, intachables hasta la ignominia al interpretar sus respectivos clichés ambulantes.
Desrochers dirige con la pertinente agilidad los momentos de acción y, aunque el guión no carece de inconsistencias –los jóvenes compañeros ineptos de Deacon resultan, de repente, ser bastante aptos cuando empieza la tracatera-, la realidad es que nadie debería esperar demasiado de una B-movie como ésta.
Total, para lo único que sirve –comerse unas palomitas acostado en la cama este sábado por la tarde/noche-, sirve bien.
Comentarios: en la página web www.ernestodiezmartinez.com, en la cuenta de twitter @Diezmartinez y en el correo electrónico ernesto.diezmartinez@gmail.com
Foto: Tomada de filmaffinity.com
Suscríbete y ayudanos a seguir
formando ciudadanos.
