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"Desplazados de Concordia"

"‘Vimos tanta violencia que nos salimos por miedo’"

"Las comunidades serranas quedaron solas ante el clima de violencia y el temor de sus habitantes a perder su vida por los grupos criminales"

Ellas vivían en comunidades serranas, lejos una de la otra, pero aquí María del Consuelo y Margarita se conocieron, en Mazatlán, donde se han refugiado de la violencia. Ahora son parte de las decenas de desplazados de los altos de Concordia que reclaman atención del Estado.

A María del Consuelo, de 59 años, un grupo criminal le desapareció a su hijo mayor, se lo llevó por días, y luego lo entregó sin vida en Habal de Copala; en el caso de Margarita y sus hermanos, ellos salieron de Pánuco por miedo.

Las mujeres integran el grupo de unas 60 familias desplazadas que están refugiadas en este puerto desde el mes pasado. Son parte de las víctimas de la inseguridad, de las voces que exigen trabajo y vivienda.

Son vidas ahora están unidad por el mismo eslabón: violencia y abandono.

“Allá bajaron al rancho, un grupo, agarró a mi hijo, preguntaron quién tenía carro, como él tenía se lo llevaron... después marcaron y lo dejaron ahí muerto”, narró María del Consuelo.

La mujer delgada y triste quedó a cargo de su nuera y dos nietos. Y antes de que sus otros hijos corrieran con la misma suerte salió de la comunidad.

“Tenemos miedo, saque a mis hijos, con la mujer de mi hijo al que mataron, los saque de ahí, ¿qué tal que los agarran y se los llevan? A mi hijo se lo llevaron, no supimos ni quién, luego en una llamada nos avisaron que estaba muerto, yo le marcaba y le marcaba, pero nunca me contestó”, narró.

María del Consuelo vive en Santa Fe con una hermana, apenas caben, no tiene trabajo, ni apoyos de programas sociales. En Habal de Copala dejó hasta su ropa y los zapatos.

“Que nos den alojamiento, una vivienda o algo, ¿qué más podemos pedir”, comentó.

El caso de Margarita no es diferente, a sus 59 años, en julio pasado decidió salir de Pánuco, de la sierra concordense, con sus tres hermanos. Ahora vive en Urías con un familia, aquí se han refugiado.

“Yo compré un bote y nopales y vendo todos los días, allá dejé mis cositas, mi casa, uno de pobre qué puede tener... Vimos tanta violencia que nos salimos por miedo, allá se quedó solo, sólo”, comentó.

Margarita integra ya ese censo que el Gobierno municipal tiene y que el Estado está actualizando para darles apoyo. Hasta ayer no tenía trabajo, ni dinero para rentar una casa.

“Yo tenía unos ahorritos y con eso nos salimos, agarramos una auriga y nos bajó hasta el Centro de Concordia, de allá nos venimos a Mazatlán”, comentó.

Los apoyos para ella, asegura, apenas han sido una despensa, por láminas no pudo ir.

“Era en Concordia y no tuve dinero. Ocupamos mucha ayuda”, dijo.

El desplazamiento ha trastocado sus vidas, tanto que han caído en la depresión; están desesperadas, y no saben si algún día volverán a su tierra.

 

“Tenemos miedo, saque a mis hijos, con la mujer de mi hijo al que mataron, los saque de ahí, ¿qué tal que los agarran y se los llevan? A mi hijo se lo llevaron, no supimos ni quién, luego en una llamada nos avisaron que estaba muerto, yo le marcaba y le marcaba, pero nunca me contestó”.
María del Consuelo

 

‘No es ayuda de un día para los desplazados’

La secretaria de Desarrollo Social, Rosa Elena Millán Bueno, aseguró que el Estado está trabajando para atender a los desplazados, pero los resultados no son inmediatos.

“Ya están instaladas las bases del Ejército, ya están regresando los maestros, y esto es un proceso. En El Coco y en Pánuco, ahí la gente perdió los empleos, son 200 empleos que se perdieron por el cierre de la mina, la gente dice que si abre la mina ‘me regreso’, porque ahí más que de seguridad es de empleo (el desplazamiento)”, agregó.

La funcionaria aseguró que han encabezado reuniones de evaluación con la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, pero reconoció que el proceso de ayuda es lenta.

“Estamos buscando la solución, entendemos que el cupo en las escuelas está acotado con los alumnos regulares, y esta situación que no esperábamos, que no estabamos preparado para ello, requiere ubicar espacios... El tema de los desplazados no es un tema que esté en el presupuesto, no es un tema que esté en la Ley, en ninguna Ley de México, estamos trabajando en el tema, no es fácil, no puede haber resultado de un día para otro”, lamentó.

 

Dará DIF local apoyos a desplazados

 

Apoyo para aparatos auditivos y de transportación para un pequeño con discapacidad, además de la entrega de despensas, fue el acuerdo al que llegó el Sistema DIF Mazatlán con los representantes de los desplazados de comunidades de Concordia.

Miguel Ángel Gutiérrez, integrante del Movimiento de Ampliación Social Sinaloense y representante de familias desplazadas por la violencia de Concordia, solicitó el apoyo del Sistema DIF para ayudar a las personas desplazadas ya que al salir de sus comunidades no trajeron nada.

Julieta Torres Lizárraga, directora general de DIF Mazatlán, en la reunión expuso que existe toda la disposición de contribuir para apoyar a este sector de la población que ahora se encuentra desprotegida.

Además mencionó que apoyar a los grupos vulnerables es un compromiso de la administración municipal actual, a cargo del Alcalde Fernando Pucheta Sánchez, y que a través del Sistema DIF se cumple.

 

 

 

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