"Viven probadita del Carnaval de Mazatlán"

Ariel Noriega

MAZATLÁN._ Fue como estar en un parque temático dedicado a la fiesta mazatleca...

La cena del Tianguis Turístico reunió un desfile de Carnaval con todo y su propio Combate Naval en Olas Altas, la misma majestuosa lluvia de luces, la misma música, el mismo sabor a fiesta, pero sin gente.

Acomodados en mesas a lo largo del malecón, cientos de invitados de numerosos países disfrutaron una cena con detalles muy sinaloenses, mientras disfrutaban una probadita de la fiesta grande de los mazatlecos.

Vigilada desde el mar por elementos de la Armada, desde tierra por elementos del Ejército y por elementos de la Policía Federal haciéndola de agentes de Tránsito, la cena fue el cierre del evento de inauguración encabezado por el Presidente Enrique Peña Nieto.

Peña Nieto realizó un recorrido por el Centro Histórico y llegó a Olas Altas custodiado por el Gobernador Quirino Ordaz Coppel, los últimos invitados a la fiesta.

Como si fuera un homenaje a su arte, las comparsas y los carros alegóricos emergieron de la calle Rigoberto Lewis; música primero, luces a continuación y por fin la magia de los carros alegóricos con sus reinas y sus reyes, con sus sueños de colores y el ritmo de su fiesta.

Gobernadores, funcionarios de turismo, empresarios y touroperadores apenas salían de su asombro cuando el cielo fue iluminado por las ráfagas del Combate Naval, casi media hora sincronizada con música de cantantes sinaloenses, mientras Raúl Rico contenía al Estado Mayor, descontrolados por una guerra que no entendían.

Y después de los juegos pirotécnicos, Enrique Patrón de Rueda se encargó de dirigir a la orquesta que regaló música mexicana, mientras los invitados probaban mariscos sinaloenses y hasta un colachito, todo preparado por el chef Luis Osuna.

Al final de la fiesta, el Presidente felicitó a los mazatlecos capaces de organizar una fiesta de esa altura, pero 26 gobernadores que andaban de visita confesaron preocupados que les costará superar un carnaval mazatleco, aunque sea de mentiritas.

Quirino Ordaz se fue feliz, Raúl Rico respiró aliviado y el hotelero Carlos Berdegué sentenció que Mazatlán había sido relanzado.