'Abren' con su danza una caja mágica de experiencias

Héctor Guardado
07 diciembre 2015

"Presentan Alumnos de Delfos el programa de invierno ‘Despierta tus sentidos’"

Una caja de prodigios abren en cada función de Despierta tus sentidos los alumnos de la Escuela Profesional de Danza de Mazatlán. El domingo por la noche, en el Teatro Ángela Peralta, la danza se convirtió en un generador de energía que se lanzó a la atmósfera, logrando  que el público cargara sus pilas con la propuesta de lenguaje creado con cuerpos en movimiento.

La violencia no necesariamente se representa con movimientos fuertes, con enfrentamientos entre opuestos y cuerpos, con explosiones de miradas, y miembros lanzados al aire con poder incontrolable.

También se puede representar con elementos como la suavidad, la miradas profundas, los movimientos acompasados, palabras dichas con la textura del terciopelo que guíen hacía una reflexión y/o, sorpresa, crear con ello un poema visual.

Paseo nocturno contiene esos elementos, dos hombres sobre el escenario dialogan con sus cuerpos, la fuerza está presente de una manera contenida, los movimientos precisos, el contacto suave se traduce en que uno se apoye en el tórax del otro, transite por su cuerpo, lo toque, pase por él como una forma de vulnerar el otro cuerpo, mientras las palabras, espejo de los movimientos dirigen al público a una reflexión,

“No son seres humanos, únicamente son recursos humanos que figuran en la crónica roja, los Nadie que yacen cruzados por una bala. Ellos, los Sin Nombre, valen menos que la bala que los mata”.

 

Energía pura

Dos talentos de la danza que estudian en Mazatlán, Alex Hensa y Gustavo Mandujano, crearon una obra exhultante que llenó de energía a los espectadores "REM" ("Rapid Eye Moment") movimiento ocular rápido. La obra fue detonada por ese concepto que habla de  ese momento en que los ojos se mueven rápidamente durante el reposo y es cuando suceden los sueños más intensos.

La obra está interpretada por tres bailarines que realizan una prueba de fuego sobre el escenario, se mueven orgánica y aceleradamente, los movimientos son resueltos con ingenio y entran en una vorágine que deslumbra y entusiasma al espectador, la obra va en crechendo, cuando llega al climax se encienden las luces blancas e intensas del teatro, despiertan, con ojos de desconcierto ven al público y se acaba la puesta. El resultado es una explosión de energía, el público aplaudió rabiosamente.

También se interpretaron "Jundo", "Raíces", "Para calmar la sed" y "Punto de dolor". La función se coronó con una cereza, la coreografía "Passaro", es un divertimento dancístico, un dulce gozoso que muestra la deliciosa sensación que puede provocar la danza cuando se integra como un guante impequinético a la exhultante música de Bedrich Smetana.