'Bombardean' a Culiacán de confusión y mentiras
08 noviembre 2015
"A 65 años del ataque a Japón, por parte de Estados Unidos, la sinaloense Minerva Lizárraga recuerda que EU distorsionó la verdad sobre la destrucción que provocaron las bombas atómicas en la Segunda Guerra Mundial"
CULIACÁN.- En 1945 cuando la radio trasmitió la rendición de Japón, su papá y mamá brincaron de alegría. Minerva Lizárraga de Martínez Gaytán, quien entonces era niña, también celebró. El ánimo fue similar en otros hogares de Culiacán, y tal vez en muchos lugares del mundo, donde la guerra en Asia y específicamente la destrucción de Hiroshima y Nagasaki, se conoció a través de los estadounidenses.La masacre con dos bombas atómicas, la primera de ellas lanzada un día como hoy pero de 1945, y que llevó a la rendición del país nipón y al final de la Segunda Guerra Mundial, fue motivo de celebración en esta ciudad, porque dice Minerva, desconocían la magnitud de lo ocurrido.
"Mi papá tenía una radio hecha en Holanda por las que escuchaba todos los noticieros de la guerra directamente, yo estaba muy niña entonces y me tocó escuchar que Japón se había rendido. Mi papá brincó, y mi mamá y todos aplaudimos porque teníamos odiados a los japoneses porque los noticieros norteamericanos los ponían como terribles, que acuchillaban niños", dice.
"En el cine, antes de la película empezaba un noticiero, que siempre era en español, pero de noticias americanas, y siempre ponían como los malos a los japoneses y eso era lo que creíamos todos, por eso cuando se rindieron, a todos nos dio alegría".
Años después, la realidad salió a la luz y el júbilo se transformó en horror. Minerva supo entonces que el estallido de las dos bombas, la primera el 6 de agosto en Hiroshima y la segunda 3 días después en Nagasaki, terminó con la vida, algunos dicen, de 250 mil personas, más de 70 mil de las cuales murieron de forma instantánea durante la explosión.
"No sabíamos que la rendición de Japón se debió a esa terrible matanza de inocentes, que continuó todavía en los años siguientes porque las secuelas de la radiación fueron tremendas, y eso lo supimos por libros que salieron después sobre esa infamia y la verdad sentí mucha compasión y horror por lo que pasó".
En 1973, Minerva, colaboradora de este diario, viajó junto con su esposo a Hiroshima. Habían transcurrido 28 años de la masacre, y aún se observaban camiones llevando escombro de lo que fueran los edificios destruidos por el estallido. Había hospitales de paredes falsas y lámina, que atendían a víctimas de la guerra, que de acuerdo a historiadores presentaban secuelas por la radiación de las bombas que fueron lanzadas desde aviones.
"Se veía muy destrozada Hiroshima, como Haití después del temblor, para hacer una comparación más gráfica, todavía se veían secuelas por más que estaban trabajando, veías los enormes camiones cargados con escombro, con el que hicieron aeropuertos en terrenos ganados al mar, porque no les quedó otra que dejar atrás lo que pasó", menciona.
"Visitamos un museo de objetos y fotografías, y vi escuelas destruidas, un buda torcido, gente sin brazos que se les desprendieron por la radiación, tantas atrocidades que se cometieron, uniformes de niños semiquemados, y me dolió el estómago y me enfermé del alma".
Las imágenes, añade, le mostraron una realidad que se mantuvo escondida por los estadounidenses.
"Creo que los japoneses se hicieron más fuertes después de eso, se levantaron como el ave fénix ahora sí que de las cenizas, y se convirtieron en una potencia, con gente muy dedicada al trabajo".
Hace 3 años y medio, Minerva regresó a Hiroshima. Esta vez observó una ciudad más moderna y desarrollada, que dejó atrás mucho de la antigua arquitectura, aun cuando mantiene el aire de provincia, lo que demuestra la capacidad de los nipones para superar la adversidad.
"La verdad fue una infamia lo que sucedió allí, que se pudo haber evitado porque los japoneses casi se rendían, además los americanos desataron el caos de fabricar armas cada vez más poderosas, que ahora se han convertido en un peligro para todos".
"Yo estaba muy niña y me tocó escuchar que Japón se había rendido. Mi papá brincó, y mi mamá y todos aplaudimos porque teníamos odiados a los japoneses porque los noticieros norteamericanos los ponían como terribles, que acuchillaban niños".
"No sabíamos que la rendición de Japón se debió a esa terrible matanza de inocentes, que continuó todavía en los años siguientes porque las secuelas de la radiación fueron tremendas..."
"La verdad fue una infamia lo que sucedió allí, que se pudo haber evitado porque los japoneses casi se rendían, además los americanos desataron el caos de fabricar armas cada vez más poderosas..."
Minerva Lizárraga de Martínez Gaytán
'El suceso más grandioso de la historia'
Noroeste/Redacción
A la 1:45 de la madrugada del 6 de agosto de 1945, el Enola Gay, un bombardero B-29 estadounidense, despegó de la isla Tinian en las Islas Marianas. El Enola Gay llevaba una bomba atómica con núcleo de uranio enriquecido a la que se nombró "Pequeño niño", con una fuerza explosiva de unas 12 mil 500 toneladas de TNT.
A las 8:15 de la mañana, mientras los ciudadanos de Hiroshima se disponían a comenzar su día, el Enola Gay liberó su terrible carga, que cayó durante 43 segundos antes de detonar 580 metros sobre el Hospital Shima, cerca del Centro de la ciudad.
Según un folleto del Museo Memorial de Paz de Hiroshima, esto es lo que sucedió después de la explosión: "La temperatura del aire al momento de la explosión alcanzó varios millones de grados centígrados (la temperatura máxima de las bombas convencionales es de aproximadamente 5 mil grados centígrados). Varias millonésimas de segundos después, apareció una bola de fuego que irradiaba calor blanco. Una diezmilésima de segundo después, la bola de fuego se expandió hasta alcanzar un diámetro de 28 metros con un temperatura cercana a los 300 mil grados centígrados".
Como resultado de la explosión, el calor y el fuego envolvieron la ciudad de Hiroshima y terminó con la vida de unas 90 mil personas. La segunda prueba de un arma nuclear en el mundo demostró el increíble poder que tienen estas armas para matar y destruir. Se destruyeron escuelas en donde murieron maestros y estudiantes. Se les sumaron pacientes y médicos de hospitales. El bombardeo de Hiroshima fue un acto de destrucción masiva en una población civil, la destrucción de una ciudad completa con una sola bomba. Tras recibir la noticia, Harry Truman, el entonces presidente de los Estados Unidos, declaró crudamente: "Éste es el suceso más grandioso de la historia".
Tres días después de destruir Hiroshima, a las 11:02 de la mañana, el Bockscar, un bombardero B-29 estadounidense, atacó la ciudad japonesa de Nagasaki con la tercera arma atómica del mundo. Esta bomba tenía un núcleo de plutonio y una fuerza explosiva de unas 22 mil toneladas de TNT. Resultó en la muerte inmediata de unas 40 mil personas.
* Texto de "Recuerdos De Hiroshima y Nagasaki", de David Krieger.
ENOLA GAY
En Enola Gay, tripulado por 12 soldados estadounidenses, fue el bombardero que lanzó la bomba en Hiroshima.