Caso Coppel: 'Te extraño tanto hija'

Janneth Aldecoa
10 noviembre 2015

"A dos años de la tragedia que acabó con la vida de seis mujeres en la tienda Coppel Hidalgo, familiares no logran superar la pérdida; sus hijos maduraron de manera prematura"

CULIACÁN._ Aquella noche una llamada telefónica les advirtió que algo terrible ocurría con sus hijas. Decidieron averiguarlo y salieron inmediatamente de su hogar.
Durante el trayecto al Centro de la ciudad, esperaban verlas salir, que ellas mismas les narraran lo ocurrido. Sólo encontraron humo, policías, bomberos, elementos de Protección Civil y unas puertas cerradas. Se trataba del lugar de trabajo de sus hijas. Los agentes preventivos las alejaban del lugar, y de pronto escucharon la explosión de un transformador. Aún así, había en ellas la esperanza de verlas salir por su propio pie de su centro de trabajo, la tienda Coppel Hidalgo.
Ese recuerdo regresa constantemente a la mente de esas madres; es una pesadilla, cómo lloraban, gritaban y buscaban respuestas. Han pasado dos años de ese escenario. Las madres que accedieron a narrar su historia, su versión sobre los hechos, coinciden en que buscan sobrellevar la tragedia, sobre todo para dar fortaleza a sus nietos. Sin embargo, la resignación aún les parece imposible.
Claudia Janeth Blanca Delgado, madre de Claudia Janeth, es quien cuida de sus nietos, quienes la llaman mamá. Debido a la corta edad de los niños, le resulta difícil desahogarse. Las autoridades no han logrado ofrecerle esa tranquilidad que añora. Asegura que el estrés comienza a manifestarse de diversas formas.
"Estoy perdiendo la vista por estrés. Acudí al médico, me preguntó que si era diabética, que si he padecido estrés, le platiqué mi situación y me dijo que sin duda es eso. Me siento agotada. Estoy perdiendo la vista rápidamente", comenta Blanca.
Los primeros meses se negó a recibir atención sicológica. Asegura que los especialistas no borrarían de su mente lo ocurrido. A partir del primer aniversario de la muerte de su hija, accedió a visitar a un sicólogo, después a otro, sin embargo ninguno llenó sus expectativas.
"Fui tres días con un especialista, pero sentí que no funcionó. Me dijeron que todos los días tenía que hablar de lo que pasó, y que no me iban a decir nada. Que yo sola platicaría de todo durante un mes, dije no, esto es muy pesado, yo necesito a alguien que me consuele, eso no es ayuda", detalla.
"Otra sicóloga me regañaba porque lloraba. Me dejaba mucha tarea, yo no sabía que tenía que enviarla por Internet, ni sabía moverle a la computadora; la escribí en una libreta, y no me quiso atender porque tenía que enviarla por correo, así que tampoco volví", comenta. "Ahora siento que no es un sicólogo lo que necesito, sino algo espiritual. A los dos sicólogos les dije que nadie me sacará de la mente lo que viví, siento que tengo que llorar mucho".
Como terapia, Blanca decidió escribir todo lo que siente en una libreta. Dice palabras de cariño a su hija, le narra todo lo que ha vivido, lo mucho que sus hijos han crecido, incluso cómo vivió el momento en que ocurrió la tragedia. "Mi cielo, tus hijos son muy inteligentes. Te extraño tanto", se lee en una de las líneas. 
Llorar frente a sus nietos de 2 y 7 años no es una opción para Blanca, pues al verla el más pequeño lloraría también, y el mayor se deprimiría, como ha ocurrido en otras ocasiones.
"Cuando los niños se duermen me salgo al frente de la casa, y lloro, lloro mucho". El esposo de Blanca y padre de Claudia Janeth ha vivido el duelo de manera diferente, prefiere no hablar del tema y se refugia en el trabajo. Blanca comentaque a raíz de la muerte de su hija, él se refugia en largas jornadas de trabajo, que comienzan a muy temprana hora y concluyen cada vez más tarde.
Carmen Selene Alma Rosa, hermana de otra de las víctimas, Carmen Selene Moreno Zazueta, es quien accede a narrar lo ocurrido el segundo año de luto. Confiesa que para su madre ha sido difícil superar la tragedia que le arrancó a su hija de 33 años. Los llantos no cesan.
Para ella, comenta Alma Rosa, es muy difícil ver a la vecina cuando regresa del trabajo, pues Carmen Selene y ella eran compañeras.
Todos los días, cuando ve que regresa de trabajar, comienza a llorar, pero al mismo tiempo es como si necesitara verla llegar, pues es como ver a su hija fallecida. La mujer de avanzada edad recibe la atención de un nuevo terapeuta. La familia ha visto cambios positivos.
"Siento que ve muy reciente todo, pero sí está mucho más tranquila en comparación con el año pasado. La sicóloga le decía que tenía que llorar para que sacara todo. Mi mamá siente que llora a medias, que nomás no termina de llorar. Dice que esto nunca se le pasará, aunque pasen años. Le decimos que es una manera de sobrellevarlo.
Todas las cosas de Carmen están encerradas, mi mamá es quien tiene acceso y a veces las saca, pero llora mucho". Niños que maduraron rápidamente El duelo para los niños se traduce en un largo proceso de entendimiento, de saber qué ocurrió y sobre todo soportar los comentarios de los compañeros de escuela. 
Blanca, la madre de Claudia Janeth, decidió cambiar de escuela a Ángel Daniel, pues constantemente recibía reportes de que el niño se peleaba con sus compañeros. "El niño se estaba poniendo muy agresivo. En la escuela le decían que su mamáse murió quemada en la tienda. Él no entendía bien lo que había pasado, se peleaba con ellos, decía que no era cierto y les pegaba; pero llegó el momento en que hasta a nosotros nos quería golpear", manifiesta. 
"La sicóloga dijo que es parte del proceso de entendimiento, que lo superaría. Luego llegó el día en que empezó a llorar. Pensé en cambiarlo de escuela, pero no puedo estar cambiándolo de escuela a cada rato. Hablé con Ángel Daniel. Le dije: ¿Hijo, qué pasa, por qué haces esto? Le hice ver que lo que hacía no estaba bien y entendió. Ahora se porta muy bien, es un niño muy bueno", comenta. 
"La especialista lo dio de alta, dijo que sí sufrirá recaídas, pero más adelante, sólo pidió que estuviéramos pendientes de eso. Ahorita él ya sabe todo lo que pasó. Pero el niño maduró muy rápido en la escuela. Los otros niños, con tantas preguntas y todo lo que le decían sobre lo que pasó, lo hizo madurar. Noté el cambio en él", precisa. "Me despertaron porque todos me decían que se había quemado la Coppel, y que mi mamá está ahí adentro y que se quemó también", interrumpe Ángel Daniel. 
Una situación similar ocurrió con Luis Fernando, hijo de Carmen Selene. Constantemente sus compañeritos de escuela le preguntaban sobre el siniestro.
"En el kínder le decían cosas, y él me preguntaba: '¿Es cierto que mi mamá se quemó?' No, Luis Fernando, tu mamá no se quemó, lo que pasa es que se quemó la tienda, hubo mucho humo y las que estaban adentro se desmayaron. '¿Y por qué no salieron?', decía él. Yo le comentaba que porque estaba cerrado con candados y ellas no tenían la llave", explica Alma Rosa. 

'Quiero subir la escalera para estar con mi mamá'
Ángel Daniel y Luis Fernando son prácticamente de la misma edad. Ambos saben lo ocurrido, incluso platican abiertamente sobre el tema con sus familiares. Un año atrás, Ángel Daniel aún buscaba respuestas del por qué si su madre se encontraba en el cielo, debía visitarla en el panteón.
"Para mí ha sido muy duro explicarle. Me preguntaba que cómo su mamá se fue al cielo, si está ahí abajo. Yo le decía que porque ahí hay una escalerita que la llevaba al cielo, y hubo ocasiones en que no me lo quitaba de encima, decía que quería subir a esa escalerita para ir a verla", narra la abuela. 
"Sufrí mucho, a veces me quedaba callada, me tapaba la boca y me volteaba, pero él insistía en que se quería ir con ella. Mi respuesta era que él tenía que quedarse aquí conmigo. Otras noches se despertaba y decía: 'escuché a mi mamá, ¿vino?', yo le decía que no. 'Es que yo la escuché, ¿dónde está?' Pero yo le insistía que no, que no era posible, y él insistía. Fue muy duro". 
Durante la reciente celebración del Día de Muertos, los niños acudieron al panteón a visitar las tumbas de sus respectivas madres. Uno de ellos dedicó un dibujo, en el que explica claramente su concepto sobre esa fecha. 
Luis Fernando dibujó una enorme tumba, donde descansa su madre, frente a ella se encuentra él arrodillado, con una veladora en las manos. También se encuentran su abuela, y dos de sus primos. Todos lloran. Sebastián, hijo de Claudia Janeth, tiene 2 años de vida, sin embargo hasta hace poco comenzó a hablar, lo que mantenía preocupada a la familia.
"La sicóloga me dijo que no era necesario que atendieran a Sebastián. Le preguntaba por qué Sebastián no hablaba, ya casi cumplía los 2 años; mientras que Ángel habló al año con tres meses, pero me dijo que no le afectaría porque él no tenía recuerdos, que para él los papás seríamos nosotros", dice Blanca. 
Desconocen qué pasó Las familias coinciden en que no han recibido información en torno al caso. Reconocen que a dos años de la tragedia las ocupaciones del hogar y de los pequeños, así como la búsqueda de una pronta resignación, las ha alejado del tema. 
Sin embargo, esperan que las autoridades presenten al o los culpables del siniestro que acabó con las seis vidas, incluso solicitan que les sean entregadas las pertenencias de las víctimas. "Ha venido el gerente de zona a visitarnos y nunca nos ha dicho de los avances en las investigaciones. Ahora, con la cabeza un poco más fría, pensamos que si mi hermana hubiera tenido las llaves, como se decía, no habría podido abrir, porque los candados estaban por fuera. Yo vi los candados".

LOS HECHOS
La noche del 9 de noviembre de 2010, seis empleadas de la empresa Coppel murieron asfixiadas mientras realizaban un inventario en la sucursal Miguel Hidalgo. Los cuerpos de rescate trabajaron durante horas para sofocar el incendio.
Las familias exigieron justicia a las autoridades, a fin de que se esclareciera la forma en la que ocurrió el hecho. Acusaron que constantemente las mujeres manifestaban que sus jefes inmediatos las encerraban por fuera, mientras trabajaban por la noche. 

LOS APOYOS
Las familias reciben los
apoyos acordados por parte
de la empresa: 
* Salario hasta que el hijo o
hijos cumplan los 21 años 
* Indemnización: un sólo pago 
* Vivienda 
* Estudios de licenciatura para
los hijos 
* Seguro de gastos médicos
mayores 
* Apoyos sicológicos para el
niño y toda la familia
LAS VÍCTIMAS 
* Claudia Janeth Bernal Delgado
(25 años) 
* Carmen Selene Moreno Zazueta
(33 años) 
* Karla Judith González Zapata
(33 años) 
* Rosa Imelda Celis Gamboa
(40 años) 
* Verónica Gabriela Picos Bastidas
(22 años)
*Ariana López Soto (24 años)