Copilotos, en zona de riesgo

Martín González
07 noviembre 2015

"Acompañantes tienen mayores probabilidades de morir en un accidente vial"

Si viaja como acompañante en un automóvil y quiere morir con la cabeza rota, no se ponga el cinturón de seguridad. El no uso de este accesorio incrementa la posibilidad de morir en un accidente automovilístico, porque va suelto y sin afianzamiento en el vehículo.

 El copiloto está suelto, el conductor no. Éste puede tener traumatismo del esternón al momento del impacto contra objeto fijo o en movimiento, causado por el volante. Fractura de fémur o cadera, pero el piloto no.
"Estas personas pueden salir disparadas por el parabrisas. El chofer se protege porque va agarrado al volante, sin embargo, el copiloto anda suelto y puede salir por el parabrisas", dice José Vidal González Zamora, coordinador de socorros de la Cruz Roja mexicana, delegación Culiacán.
Al primer impacto contra algún objeto, ilustra el médico, el acompañante sale disparado de su asiento, su cráneo golpea el parabrisas y en ese instante puede tener fracturas en la mandíbula, la nariz y cabeza."El paciente sale y derrapa, sale 'escurrido' por el parabrisas. Se golpea y rebota. Puede rebotar hasta tres veces y en la mayoría de las ocasiones ya está muerto por los golpes en la cabeza", explica Reyna Ruiz, del departamento de capacitación de la institución.
Según la cinemática del trauma (los golpes que recibe la persona al momento del impacto), difundida por la Cruz Roja, la muerte por lesiones traumáticas imprevistas son la causa de millones de muertes en el mundo.Encontramos, por ejemplo, a una persona que salió proyectada por el parabrisas y quedó encima de los alambres de la cerca que están por la orilla de la carretera", recuerda González Zamora, el coordinador de socorros de la Cruz Roja.
Las primeras lesiones al momento del impacto serán en el cráneo. Hemorragias, daño al tallo cerebral, roturas de vasos sanguíneos y contusiones.
"Aunque el paciente no haya recibido ninguna lesión en el cuerpo, si tiene desprendimiento de la base del tallo cerebral prácticamente ya está muerto. Tiene muerte cerebral", afirma Ruiz
Pedro Miguel López Zapata, agente de tránsito, comenta que no sólo salen despedidos hacia el parabrisas el conductor y acompañante cuando chocan de frente; también cuando son colisionados por alcance, accidente muy común.
"Cuando ninguno de los dos lleva colocado el cinturón de seguridad, los dos tienen la misma posibilidad de salir proyectados hacia el cristal parabrisas", confiesa el agente.

'Ni las manos metes'

Ana Lucía (nombre ficticio de una paciente que ha pedido el anonimato) muestra la cicatriz en el cráneo. Es una franja lisa sin pelo, y cada que se ve al espejo recuerda su origen. La velocidad y el no uso del cinturón de seguridad. Dos centímetros que pudieron ser más y de consecuencias graves.
El momento no se olvida. Sábado por la tarde de una fecha que desea olvidar. La juerga temprano había comenzado en la casa de un pariente suyo. Años de no verse así lo ameritaban. Ya "entrados" se fueron a dar la vuelta en el carro. A visitar a los amigos.
"¿El cinturón? Son cosas que uno nunca hace. El conductor sí, a veces, pero el copiloto no", cuenta.
La aguja alcanzaba los 80 kilómetros por hora por una calle en la que el pavimento todavía era novedad. El conductor del automóvil la recorría con fascinación. Si el mofle no suena ni chiste tiene, comenta.
El conductor quedó inconsciente y la sangre le escurría por las sienes. Tampoco llevaba puesto el cinturón. La parte frontal del vehículo quedó destrozada hasta más atrás del radiador, el parabrisas astillado de los dos extremos, donde conductor y acompañante se estamparon.
"Desde entonces es lo primero que hago. Apenas me siento, cuando ya estoy poniéndomelo porque, si de esta salí, quién me asegura que correré con la misma suerte la próxima vez".

Escasa educación vial

El agente de tránsito Pedro Miguel López Zapata advierte que el uso del cinturón es responsabilidad del conductor y acompañante y la omisión de este precepto conlleva una sanción que va de los cinco a ocho salarios mínimos, según la Ley de Tránsito y Transportes.
Por desgracia, asegura, la sociedad no ha asumido esa responsabilidad. Evita su uso aun a costa de su integridad física en caso de algún accidente automovilístico, y se ríe en ocasiones de esta disposición.
"Aquí tenemos la mala costumbre o la mala educación vial, que nos subimos al carro y no nos lo ponemos hasta que vemos al agente de tránsito".
El Artículo 90 de la ley establece que por lo menos los ocupantes delanteros de los automóviles deberán portar el cinturón de seguridad, pero en la mayoría de los casos el copiloto hace caso omiso.
"Cuando le llamamos la atención al conductor porque el acompañante no trae el cinturón, piden que este sea multado. Pero no es así, porque él como conductor tiene la responsabilidad en caso de algún accidente.
La probabilidad de sufrir lesiones de consideración por no usar este accesorio se elevan en un gran porcentaje, explica, pero la sociedad es renuente a las disposiciones de tránsito.
"La gente se ríe de uno. Ir hablando por celular mientras se conduce también está prohibido, sin embargo, todo mundo lo hace. Llevar niños entre las piernas, igual. Nos hace falta cultura vial".