De sicario a pastor
"Desde los 11 años, por inspiración y necesidad, se convirtió en niño-sicario para el temido cártel de Medellín; tras estar cerca de la muerte decide cambiar su vida"
CULIACÀN._ John Henry Millán tuvo una infancia diferente. Sus juguetes eran las uzis, las R-15 y hasta los "cuernos de chivo". Desde los 11 años, por inspiración y necesidad, se convirtió en niño-sicario para el temido cártel de Medellín.
"El Chino" Millán como lo conocen, ha olvidado la cuenta de los muertos que debe. Podrían ser 200, 240, son las cifras comunes manejadas por los inmiscuidos en ese mundo, señala.
No le temblaba la mano al ver el rostro de aquellos a quienes arrebataría la vida, no pensaba otra cosa que seguir siendo parte del monstruo del narcotráfico. Fue capturado una decena de veces, y esa misma cantidad de ocasiones pisó el Tutelar y salió de él para luego volver. Juzgado como menor y con la complicidad de jueces corruptos, su salida estaba garantizada.
"El ser procesado como menor, no solamente en Colombia, en toda América Latina, la manera de sentenciar a un menor es entrar a un Tutelar, y sí entré muchísimas veces, 12, 13 veces, entraba y salía, son penas leves y son penas que cuando el narcotráfico tiene el poder son controladas por los jueces que son parte del narcotráfico", destacó.
Fue hasta cuando se topó con la muerte, a los 19 años, cuando inició su transformación. Lo pusieron ante el paredón durante la operación llamada "Exterminio", donde participaban unidades especiales del gobierno de Colombia dispuestas a terminar de una vez por todas con el cártel de Pablo Escobar.
Rafagueado y dado por muerto, inició ahí su verdadera vida.
"Yo dejé este mundo en el año 88 ante un pabellón de fusilamiento, me iban a matar, y sin duda ahí fue donde Dios hizo un milagro poderoso porque el hombre que me iba a matar me rafagueó, me impactó, prácticamente me dejó tirado en una carretera del occidente colombiano, pero no decidió matarme, ahí fue donde nació mi instinto para ser un hombre diferente", expresó.
Unos campesinos lo salvaron, lo llevaron a su barrio, el cual dice la colonia Las Coloradas en Culiacán se lo recuerda, por el nivel de pobreza y marginación tan similares. Ahí ya habían hasta anunciado su deceso, y para sorpresa de todos llegó con vida.
Se convirtió al cristianismo y se volvió pastor, para servir "al verdadero patrón que lo liberó", y así ha sido a lo largo de 25 años.
Por ello creó la fundación "Vida Max" donde buscan llevar de la mano a los reclusos con problemas de adicciones o que estuvieron relacionados con el crimen organizado, y mostrarles esa transformación, luchando contra los poderosos "símbolos del narco".
Millán menciona que las personas desde que nacen hasta los ochos años pueden decidir ahí la vida que tendrán, y es donde el crimen forja sus raíces por medio de esos símbolos, un ejemplo dice, son los narcocorridos.
Una preocupación muy grande para él es cómo se ha reducido en México la edad para convertirse en sicario.
"Es muy tremendo, en el año 1992 el sicariato en México empezaba a los 19, 20, 21 años de edad, en el 2014, es una estadística normal, el sicariato en México empieza a los 10 años de edad, 11 años de edad, es un retroceso grande", subrayó.
Aseveró que la solución es formar iniciativas para atender no sólo a los delincuentes, sino a las personas que todavía no entran ahí, principalmente a los niños.
"Yo apelo siempre en mi fundación al criterio de poder traer concientización a edades muy pequeñas, porque los niños copian un poder que es el poder del símbolo, con ese poder se hacen los narcos, se hace la gente de excelencia, y yo pienso que es algo que debemos capitalizar y formar buenas ideas. El narcocorrido afecta porque los ideales se forman visualmente", resaltó.
Reconoce que pare de su transformación se ha sustentado en pedir perdón. Familiares de sus víctimas se le han acercado, reclamado y ha sido en el perdón donde se ha reencontrado con ellos y ha sido parte de sus enseñanzas hoy día.
"Yo públicamente pedí perdón con mi gente, en un estadio ante 70 mil personas y el Presidente de la República, el perdón es una semilla muy saludable, no sólo para el malo, sino para las personas que verdaderamente llevan esa carga ante el dolor", dijo.
PERFIL
John Henry Millán:
- Es autor del libro autobiográfico "Los hijos del dolor".
- Al mismo tiempo que se desempeñaba como sicario convivía con Carmen, una vecina cristiana de su barrio, quien daba comida a los niños pobres del lugar y predicaba el Evangelio. A finales de los 80 comenta fue capturado por una unidad especial del gobierno y torturado durante más de 20 días. Al final cuando lo iban a ejecutar el oficial decide balearle los pies y dejarlo con vida. En 1990 fue beneficiado con una amnistía decretada por el entonces presidente César Gaviria.
- Creó la fundación "Vida Max Internacional". Con ella ha trabajado en 60 países en mil 500 centros penitenciarios y atendido a 12 mil 800 reclusos.
- Ahora es empresario, tiene un negocio de construcción que menciona trabaja para la Conagua y otro de exportaciones. Sus hijos son jóvenes prospectos del deporte, uno para las Ligas Mayores del Beisbol y otro en futbol americano.
Impulsan transformación
La Secretaría de Seguridad Pública estatal en conjunto con la fundación "Vida Max" que preside el ex sicario del cártel de Medellín, John Henry Millán, llevarán a cabo un plan piloto de transformación y reintegración de criminales en los penales de Los Mochis y Culiacán.
En rueda de prensa Zabdiel Bello Chávez, encargado de la Oficina de Coordinación con los Organismos de la Sociedad Civil de la SSP, explicó que ya empezaron con una gira en el penal del norte del estado y hoy irán al de la capital sinaloense a sensibilizar a mil 500 reos.
Henry Millán explicó que tras haber sido parte del poderoso cártel colombiano decidió transformar su vida y crear esta fundación para también transformar la de otros reos en el mundo.
Millán destacó que la idea es impulsar la productividad de los presidiarios por medio de talleres y herramientas para que trabajen, y después continuar con un agresivo programa de reintegración social, dándoles la oportunidad de volver al mundo laboral cuando salgan libres.
"Es muy tremendo, en el año 1992 el sicariato en México empezaba a los 19, 20, 21 años de edad, en el 2014, es una estadística normal, el sicariato en México empieza a los 10 años de edad, 11 años de edad, es un retroceso grande".
John Henry Millán
Ex sicario