Del temor al reto
"Del temor al reto"
Es un hecho que la mayoría de las personas en alguna etapa de nuestra vida experimentamos el temor a padecer cáncer, ya sea por la proximidad con un familiar o amigo que padece la enfermedad, por la edad, que nos hace vulnerables con frecuencia a este tipo de enfermedades, o por sufrir problemas psicológicos, como es el caso de la depresión, para la que este temor adquiere el calificativo de cancerofobia y está considerado como un síntoma de la enfermedad.
La creencia profunda de asociar el término cáncer a la muerte es uno de los grandes retos ante el miedo del padecimiento, pese a los numerosos avances que se han producido en los últimos años en su diagnóstico, tratamiento y prevención.
También es importante reconocer que aumenta el número de diagnósticos que se producen cada año, lo que indica que cualquiera podemos llegar a sufrir algún tipo de cáncer y que las posibilidades son mayores conforme vamos celebrando más años.
¿Cómo romper creencias profundas y adoptar una cultura del prevención?, en las siguientes líneas encontrarás reflexiones muy valiosas que espero sean de aplicación práctica en tu vida.
1. Se hereda el riesgo, no la enfermedad.
Cuando en la familia se diagnostican casos de cáncer, inmediatamente surge el temor a que la enfermedad sea hereditaria, un estudio genético puede ser una oportunidad de disminuir el nivel de miedo, buscando prevenir.
Las investigaciones recientes, realizadas en este sentido, han demostrado que este tipo de estudios genéticos preventivos no sólo reducen el temor a sufrir un cáncer, sino que se adopta una actitud incluso optimista ante la oportunidad de, en caso positivo, poder realizar un seguimiento estrecho para detectar los primeros signos que preceden a la enfermedad y aplicar acciones correctivas inmediatas.
2. Estructurar nuevos hábitos para vivir los cambios.
El padecer cáncer altera completamente la vida del paciente en todos los dominios, desde el dominio de la familia hasta su entorno social y laboral.
Revisando las estadísticas del posible impacto del simple hecho de conocer la noticia del diagnóstico, podemos afirmar que más del 40 por ciento de los diagnosticados reconocen la necesidad de recibir apoyo psicológico y emocional.
Los principales temores son: la posibilidad de morir, el enfrentar un tratamiento traumático y con secuelas tangibles, no ser capaz de tolerar el dolor o el sufrimiento, no saber cómo comportarme ante los inminentes cambios en las relaciones con mi familia, mi pareja o mis amigos.
Este es el momento de desarrollar el ingrediente más importante de la fórmula que hacen mención un 88 por ciento de los recuperados de cáncer; La actitud ante la enfermedad, rompiendo con el temor para convertirlo en un reto que nos estimule a buscar nuevas formas de sentirnos más positivos con respecto a la vida.
Fortalecer la atención plena que nos permita concentrarnos en experiencias productivas que mejoren nuestra calidad de vida, aceptando quién somos y cómo somos, y creando un ecosistema de bienestar con gente que nos afirme como personas y nos apoye en la forma en que se maneja la enfermedad.
Es momento de modificar alimentación, ejercitar nuestro cuerpo, acercarnos a nuestra mente y corazón a través de fortalecer nuestra espiritualidad y sentido de trascendencia.
3. ¿Y si tengo una recaída?
Cuando se ha padecido un cáncer y se ha superado, el temor se centra en el miedo a que éste reaparezca. Las revisiones periódicas son todo un reto. Los expertos señalan en este sentido que no hay relación directa entre el riesgo real y el percibido y que la información es la mejor manera de superar el temor.
La Sociedad Americana de Oncología brinda una serie de recomendaciones para lograrlo: consultar de forma regular con el especialista para los cuidados posteriores, seguir bien informado, adoptar un estilo de vida saludable, tratar de reducir el estrés, pasar mucho tiempo con amigos y familia, realizar actividades placenteras, practicar ejercicio y, en definitiva, simplificar la vida.
De acuerdo con investigadores del comportamiento humano, unirse a grupos relacionados con la lucha contra el cáncer es una gran oportunidad de apoyo.
Puede ser desde un grupo de ayuda hasta un foro de discusión en línea para compartir tu experiencia de forma abierta con personas que entienden lo que te pasa.
La invitación es a activarte y que hagas lo que sea necesario para conectarte con otras personas de forma positiva, como alguien que está dejando atrás el temor para hacer del reto de vivir su gran oportunidad.
Te invito también a unirte a nuestro espacio de aprendizaje para construir nuestra fórmula de la felicidad visitando la página Oscar García Coach.
* El columnista está certificado en neurolingüística, liderazgo, prevención de conductas y adicciones, Psicología Positiva y es Coach Ontológico. Es director del Campus Mazatlán de Universidad TecMilenio.
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