Desalojo violento en la Cirilo Mena

08 noviembre 2015

"Retiran policías a posesionarios de lotes que disputan su propiedad con el Colegio Sor Juana Inés de la Cruz"

Gabriel Cota Luque

LOS MOCHIS.- Fueron mas de 10 patrullas de la Policía Municipal las que llegaron y rodearon el área.
Los gendarmes bajan a toda prisa y algunos con pistola o rifle en ristre se dirigían hacia el terreno donde en esos momentos se reunía un grupo de personas.
Como si se tratará de peligrosos delincuentes, los policías actúan con rapidez, estableciendo un cerco a su alrededor, para evitar su posible escapada.
Sin mostrar orden de desalojo, obligan a los vecinos a que se retiren de la propiedad, de sus terrenos, los mismos que ahora alegan como suyos los directivos de un colegio particular de la ciudad.
El grupo de alrededor de 30 personas se encontraba reunido dentro de un solar cercado, bajo la sombra de los árboles, cuando llegó el convoy policíaco a actuar en su contra.
Las personas oponen inicial resistencia, lo que obliga a que los guardianes del orden levanten la voz y procedan a tomar por los brazos a algunos de los vecinos, con la intención de llevarlos hasta afuera de la propiedad.
La situación se complica, pues los ánimos se exacerban por ambos lados y empieza a levantarse la voz a la vez que los policías actúan con mas rudeza para "persuadir" a las personas a que se retiren del área.
Una pareja de ancianos cae en shock, siendo necesario su traslado a una clínica, para su atención médica.
Los antecedentes
La colonia Cirilo Mena se ubica en el extremo poniente de la ciudad, a espaldas de la Ciudad Deportiva Centenario, a orillas del bulevar del mismo nombre.
Hace aproximadamente 12 años los terrenos son lotificados y puestos a la venta por un particular, en una primera intención de atender la demanda de vivienda de personas que sufren alguna discapacidad física y que carecían de recursos económicos.
El nombre de la colonia surge en honor a quien en ese tiempo presidía la Federación de Organismos de Personas con Discapacidad, y quien de alguna manera fue el pionero en la lucha de apoyo a los discapacitados.
Los terrenos fueron vendidos en cómodas mensualidades a través de la oficina de Ezequiel Islas y Emeterio Echeverría, quienes ya habían enfrentado problemas de tipo legal en operaciones similares en otros puntos de la ciudad.
Fueron poco más de 100 las familias que inicialmente se apuntaron para la adquisición de un terreno, aunque en la actualidad son alrededor de 60 los que al final lograron liquidar la totalidad del valor del predio, que en un principio se tasó en 12 mil 600 pesos, pero que en algunos casos se pagaron hasta en 30 mil.
La carencia de los servicios básicos, como agua potable, electrificación y drenaje, inhibió a que las familias se posesionaran en los terrenos, por lo que sólo algunas cuantas viviendas se lograron levantar en medio del monte.
A los años, Emeterio Echeverría ofreció en venta esos mismos terrenos a los directivos del Colegio Sor Juana Inés de la Cruz, quienes al parecer pretenden levantar ahí sus nuevas instalaciones.
La situación obligó a que en estos momentos tanto las familias que originalmente adquirieron un lote como los dueños de la institución de enseñanza privada se disputen la legitima propiedad, aunque en el caso del colegio sí se avanzó en la escrituración de las seis hectáreas en disputa.
Hace días por parte de Sor Juana Inés de la Cruz se empezó a tender una cerca sobre la propiedad adquirida, resurgiendo el conflicto con las familias que hace tiempo habían adquirido ahí mismo su solar.
Se da el desalojo
En los últimos días la situación ya se había tornado tensa, pues por un lado las familias pretenden defender la propiedad de sus solares que también alegan como suyos los directivos del colegio.
Algunas personas que compraron un solar en la colonia se reunían bajo la sombra de los árboles, en uno de los solares, cuando hasta el lugar llegó un convoy de mas de 10 patrullas de la Policía Municipal.
Sin mostrar ninguna orden de desalojo, los gendarmes conminaron a las personas a salirse del terreno y a quienes oponían resistencia lo obligaban por la fuerza.
De inmediato se generó una situación de tensión, ante las protestas de los vecinos y la postura de los policías, que jalaban a las personas hasta sacarlas del terreno que ya fue cercado por los directivos del colegio particular.
Tres personas de la tercera edad, entre ellas un matrimonio, sufrieron alteraciones emocionales por el desalojo, tendiendo que ser trasladadas a una clínica, para su atención médica.
Los vecinos señalan que hubo abuso de la autoridad municipal, al proceder a retirarlos del terreno que alegan de su propiedad.
José de Jesús Torres Hernández, quien desde hace cinco años reside en la colonia, asegura que se trata de un claro atropello del gobierno municipal.
Los vecinos admiten que se trata de un fraude orquestado por quienes les vendieron los solares y que posteriormente, con toda alevosía, ofrecieron el mismo terreno a los directivos del Colegio Sor Juana Inés de la Cruz.
María Elena Solís, otra de las afectadas, sostiene que defenderán lo que con mucho sacrificio lograron pagar para establecer como patrimonio, por lo que no están dispuestos a su desalojo.
Llamó al Alcalde de Ahome, Esteban Valenzuela García, para que intervenga en el caso y se dé una solución favorable para ellos.
"Que respeten los solares que compramos".
Se defienden policías
Gabriel Bórquez, quien encabezaba al grupo de policías que participaron en el operativo de desalojo, admitió no contar con la orden judicial para actuar contra los vecinos.
Declaró que a ellos sólo se les dio la orden de parte de sus superiores para entrar al rescate de la propiedad del colegio.
Mostró las escrituras notariadas por Víctor Manuel Gutiérrez Román, sobre la operación de compraventa que del terreno realizaron los directivos del Colegio Sor Juana Inés de la Cruz con María del Refugio Chávez Valdez, la supuesta dueña.
Los policías llevaban también como pruebas los recibos de no adeudo del Impuesto Predial Urbano por parte del colegio.
Cuestionado sobre la orden de desalojo, sólo atinaban a contestar que era algo que sólo podían informar en Palacio Municipal.
Los vecinos al final atinaron a acatar la orden de la policía y colocarse sobre el camino cañero, ampliación del bulevar Centenario.
Sentenciaron que mantendrán su lucha por rescatar sus terrenos.