Diez razones de la derrota del PAN

Ernesto Hernández Norzagaray
07 noviembre 2015

"Al PAN le afectó una estrategia electoral sustentada principalmente en la lucha contra el narcotráfico y la descalificación de su principal adversario"

Las derrotas electorales son siempre momentos anticlimáticos que sacuden a las organizaciones políticas consideradas una opción real de gobierno. Tienen algo o mucho que perder, como en este caso que tienen el Gobierno federal. A diferencia de las victorias, que siempre tienen muchos dueños, las derrotas son momentos de tensión y de búsqueda de culpables. Y es por eso que frecuentemente después de una de ellas la responsabilidad y la institucionalidad política impone muchas veces la renuncia, y en donde no, se pone en duda la permanencia de los dirigentes por su manifiesta incapacidad de lograr los objetivos del partido.
La derrota completa del PAN en las pasadas elecciones es un caso notorio. No pocos de los líderes tradicionales del PAN han pedido la renuncia del dirigente estatal Francisco Solano. Su argumentación es sencilla, se perdió en los ocho distritos y tiene que renunciar la dirección como lo hizo la anterior luego de los comicios de 2007 y ahora lo ha hecho el dirigente nacional.
Pero, la pregunta sigue en el aire, ¿qué es lo que provocó una nueva derrota del PAN? Aunque no la podemos disociar de los motivos de la victoria del PRI, ésta tiene explicaciones en el propio partido blanquiazul. Se explica mucho por su dinámica interna y la desventaja de los resultados electorales obtenidos en 2007, como también por sus efectos en la renovación de la dirección estatal y la preparación de su intervención en estos comicios. Echemos una lectura de lo que puede estar detrás de esta nueva derrota del PAN que, como nunca, se parece a la noche de los cuchillos largos.
1. Nueve años de Gobierno federal han desgastado al PAN, como en el pasado le ocurrió al PRI; sus políticas han sido, ya no digamos eficaces para atender los problemas estructurales, sino para satisfacer las necesidades de las clases medias conservadoras, que es donde se encuentra el principal activo de su electorado. Su base de apoyo electoral en los últimos tres años ha venido a menos, como lo vemos en los resultados de sus enclaves tradicionales. No sólo no hay un ascenso del PAN sino hay un claro retroceso en estados "panistas", como lo indican en esta elección San Luis Potosí y Querétaro, donde los candidatos albiazules fueron derrotados. Incluso el repunte en Sonora es más que resultado de la operación de un partido el fruto podrido de una desgracia que irritó a los ciudadanos y los llevó a cambiar el sentido del voto. Fue un voto en contra de la insensibilidad y la corrupción en ese Estado vecino.
2. También le afectó una estrategia electoral sustentada principalmente en la lucha contra el narcotráfico y la descalificación de su principal adversario. La oferta de "guanajuatizar" el país no tenía futuro. La bravuconería de Germán Martínez, el dirigente panista, hizo época en un momento en que la sociedad mexicana estaba cruzada por la violencia y lo que en el ánimo de la gente se percibía era por el estado en que se encuentra la economía. Es decir, independientemente de que al narcotráfico hay que combatirlo sin renunciar a las prerrogativas del Estado mexicano, lo cierto es que esa lucha no generó votos. Se equivocó el Presidente, que fue asesorado mal por extranjeros que siguen sin entender la psicología del mexicano y que reacciona en sentido contrario de la lógica mediática.
3. Y fracasó, como fracasó, la decisión central de llevar como candidatos a personajes mediáticos que, como se vería, no correspondían al ánimo de unos electores indiferentes. Frustrados, quizá, porque los gobiernos del "cambio" sólo han sido un eslogan electoral. No estoy seguro de que si el PAN hubiera llevado puros "militantes" el resultado hubiera sido distinto. El caso de Alejandro Higuera, uno de los más sonados, muestra una tendencia a la baja electoral en el puerto de Mazatlán que difícilmente hubiera repuntado por su desgaste personal y frente a un adversario priista mediático. No se diga de otros que durante el 2007 fueron derrotados en forma por demás grosera. No obstante, el mecanismo de elección directa por el CEN del PAN de las dos terceras partes de los candidatos violentó las tradiciones democráticas de este partido, que en su mayoría deciden las nominaciones por la vía de las convenciones partidarias y sólo una cuota de ellas es prerrogativa de los órganos centrales del partido. En Sinaloa, esto significó algo que afecta, y es que los partidos deben estimular la circulación de las élites, el PAN es un partido donde con mucha frecuencia son los mismos personajes y eso lastima el ánimo militante de los panistas. Más aún cuando se postularon candidatos sin mayor relevancia social y política.
4. Así mismo, este mecanismo que generó tensión en el PAN, profundizó los problemas internos que se arrastran desde la pasada elección del Comité Directivo Estatal del PAN, donde fue relevado de la dirección un grupo al que precisamente se le había acusado de la debacle electoral de 2007. Es decir, si entendemos la lógica en la que está metido este partido es muy probable que después de cada derrota vaya a haber una sustitución de la dirección. Y eso llevará, sin lugar a dudas, a una permanente tensión y a la ineficacia política. El PAN debe caminar hacia la cohesión sobre la base de una vuelta a la tradición institucional que le ha granjeado mejores resultados en otros procesos electorales. Más ahora, cuando en 2010 tiene como desafío refrendar los logros obtenidos en los comicios de 2004, cuando sólo 11 mil votos hicieron la diferencia entre el PRI y el PAN. Pero, cosa curiosa, todavía no se han cerrado la heridas y algunos destacados militantes ya se han abierto en la carrera por la nominación de la candidatura a Gobernador. Aquí me parece que no funciona el principio campesino de que "el que madruga Dios lo ayuda".
5. La polarización de los grupos en el PAN es manifiesta y se puso en evidencia en la pasada elección, tanto en los grupos de poder que había durante la renovación pasada de la dirección estatal, como con lo que Alejandro Higuera ha denominado los "cuatro fantásticos", que sería ese sector con gran interlocución en Los Pinos, pero con escasas redes en el partido. No es casual, entonces, que algunos panistas tradicionales vean en este sector un adversario interno antes que un aliado que les permita lograr triunfos electorales. Es notoria la animadversión entre estos liderazgos y si este problema de cohesión interna no se supera por la vía institucional es probable que se herede para las siguientes contiendas electorales. Y los aleje más todavía de la conquista del poder.
6. El PAN se ha beneficiado mucho del elector volátil, ese ciudadano que sale a votar pero en una encrucijada bipolar decide sufragar a favor de la Oposición. Y en particular de la Oposición conservadora, porque la de la izquierda se encuentra en su peor momento. Recuérdese que en las elecciones de 2004 lo que ganó el PAN fue prácticamente lo que el perdió el PRD. Es decir, los beneficios los encontramos en el llamado "voto útil", que sirve mucho en condiciones de bipolaridad, pero poco significa en elecciones legislativas. A la gente no le conmueve este tipo de elecciones y lo vemos en ese 37 por ciento de la lista nominal que votó a un candidato o por candidaturas independientes, o anuló susufragio. Lo que vimos en la pasada elección fue que ese electorado (digamos porcentual de 2004) que cambió de partido en esta ocasión, lo más probable es que un sector de él se haya ido a votar por el PRI. Si así fue, tendríamos un electorado triangular y por ende, profundamente desleal.
7. Un sector del electorado panista no salió a votar y es muy probable que otro sector lo haya hecho incluso por candidatos del PRI, especialmente en los distritos del sur donde el PRI se reposicionó y un candidato sin partido como fue Jorge Rodríguez Pasos logró más de 11 mil votos. Lo mismo sucedió en ese enclave del panismo que incubo Saúl Rubio en la serranía del norte (Sinaloa, El Fuerte, Choix). La operación panista de otros comicios que se observaba fuerte en este año fue prácticamente inexistente.
8. El discurso sobre narcopolítica sostenido por Manuel Clouthier es muy probable que muchos ciudadanos lo hayan visto como un mensaje inadecuado para una campaña electoral, aun cuando para muchos el problema del Estado radica en esa matriz. Como oferta, si lo vemos en el nivel de participación, no la estimuló, y si lo vemos por los resultados del PAN, sólo votó el sector más duro y no sabemos si por esa motivación. Tenemos un electorado pragmático que no se mueve con la denuncia coyuntural y está esperanzado en propuestas menos ideológicas, Se partió de la idea de que en el ánimo de la gente estaba la narcopolítica como el origen de los males. Y en realidad se encuentran en la economía o en la insatisfacción con los resultados de las políticas públicas.
9. Al PAN le afectó que la gente no saliera a votar porque la elección en la mayoría de los distritos se decidió por el voto duro y en esta elección está visto se comprimió en todo el sistema de partidos.
10. En definitiva, la operación electoral que pudo haber realizado el Gobierno federal a través de las delegaciones políticas es probable que se haya confrontado con la operación del PRI a través de la acción de los gobiernos estatales y municipales. Fue un vis a vis donde la peor parte la obtuvieron los panistas, divididos más que nunca, y si esa dinámica interna se instala indefinidamente es probable, vamos, es un hecho, que el año que entra vuelva el PAN a los niveles del 30 por ciento obtenidos por sus candidatos a Gobernador hasta el 2004.