El 'cura' que se le 'apareció' a Jesús Malverde...

José Alfredo Beltrán
10 noviembre 2015

"El aniversario luctuoso de Jesús Malverde, al que se le atribuyen milagros y que llega a ser venerado hasta por narcotraficantes, se convierte en una romería"

"¡A ese 'padre' lo van a excomulgar!", sentencia Patricia Mancillas, de Querétaro, casi al finalizar la "procesión" que por más de una hora encabezan cientos de seguidores de Jesús Malverde. 

Este 3 de Mayo, aniversario luctuoso 103 del que a muchos conocen como "santo de los narcos", aunque otro tanto jura que antes que nada es "santo del pueblo", es irrepetible. 

"Histórico", dicen unos. Y es que frente al templo del "bandido generoso" se ha montado un altar, para que un "sacerdote católico", que él mismo se identifica como "Miguel González Telles", oficie misa. La primera, en los 103 años del mito. "Viene de Silao, Guanajuato, del tempo de la Virgen de Guadalupe", afirma minutos antes de iniciar la "homilía". Y de colocarse una sotana blanca, única también, con estampados del rostro de Malverde y hoja de cannabis. Sí, ahí está el "cura", a quien todos se entregan en el ritual, que incluye la "sagrada ostia", el "saludo de la paz" y la bendición de agua, imágenes, reliquias. rosarios y semillas de abundancia. 

Sí, nunca antes aquí, en este pedazo de tierra a un costado de las vías del Ferrocarril y a escasos metros de la sede del Poder Ejecutivo estatal, cientos y cientos oran los "padres nuestro" y las "aves María", que dicta "Miguel González Telles", quien confesara no temer a regaño alguno. 

Este "sacerdote" conoce de la A la Z la historia del bandido, que en época del Porfiriato, según la leyenda popular, vio morir de hambre a sus padres y por eso robaba a los ricos para darle a los pobres. 

Historia que hicieron suya quienes adoran la cannabis estampada, este día, en la piel, las gorras, las camisas. El "cura" jura que viene a pagar, como muchos otros, un milagro a un sobrino le detectaron cáncer. 

"Y aunque la Iglesia lo rechaza", dice el "ministro de Dios", "todos somos libres de creer en las personas, sean santos o ánimas, como se le conoce a él, mi fe; en ese momento concedió ese milagro y le prometí que vendría hasta aquí, para darle gracias con una 'santa misa'". 

"Como sacerdote católico, una santa misa se le puede hacer a cualquiera", dice quien no tiene ningún temor a que la jerarquía católica lo reprima. En la "misa" el "padre Miguel" lee la oración a Malverde, al tiempo que arenga porras para el "santo". Un séquito de colaboradores de la capilla, a su lado, saca rosarios y bolsas de semillas, para repartir entre los seguidores. Él luego rocía agua sobre las carteras "en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo", que los presentes alzan al viento, para terminar la "misa" con "por un Jesucristo nuestro señor" que recibe un "Amén" masivo, para de inmediato iniciar la procesión.

"¡Arriba El Jefe de Jefes!"

El busto de Malverde es colocado al frente de una Ford Lobo blanca, cubierta por la bandera mexicana, para iniciar el recorrido. A un lado, un crucifijo, y un sombrero de charro negro, con incrustaciones de hojas de cannabis. 

Al frente, una inscripción salta a la vista: "Donada por la familia Jiménez Carpinteiro. Yapixtla, Morelos". La conduce Jesús González, el hijo de Eligio González León, el "capellán" de la capilla, ya fallecido, quien erigiera el "templo", hace más de tres décadas. Decenas posan con la estatua, en medio de cohetes, música de banda y cientos de rostros, de piel marchita, que asoman sonrisas enre las dentaduras de abandono. "A la bio, a la bao, a la bimbomban, Malverde, Malverde, rararará", y "Se ve, se siente, Malverde está presente", se deja escuchar, a lo largo de la "procesión", que inicia por la calle Independencia, dobla por la Fray Servando y continúa por la Insurgentes, aledañas al "corazón" de las sedes de dos de los poderes del Estado, el Ejecutivo y el Judicial. Paradas frecuentes, para bailar sobre el asfalto, al rayo del sol, lo mismo El Sinaloense, que El Sauce y La Palma, mientras los "fieles" abren paso, improvisando labores de los agentes de Tránsito, ausentes, en la primera parte de la "procesión". 

Hombres se quitan la camisa, empapadas de sudor, para exhibir sus cuerpos tatuados de imágenes. El contingente llega a la calle Independencia y abre paso, por sí sola, entre las decenas de carros que cruzan la vía. "La fe mueve montañas, oiga", dice una de ellas, al hacer notar la ausencia de los agentes oficiales. 

Eso es "lo de menos" para quienes se detienen cada tres o cinco minutos, para bailar frente al busto de Malverde, bañarlo con agua y Tecates light, mientras una larga fila de automovilistas, entre éstos taxistas encolerizados, ven lenta la "procesión". 

"Pocas fiestas hay como ésta, ¿verdad oiga?", nos dice Ana Gómez, festiva, de la "Barrancos", porque "nadie viene por un peso ni nada. Venimos por la fe nomás". 

Ante el caos vial, al fin se asoma un Tránsito en motocicleta, la número 0316, que a últimas fechas en Sinaloa tienen la encomienda de aplicar el "Cero Tolerancia" a infractores de la ley. Discreto, ve la marcha pasar. 

La "procesión" ha llegado al tramo donde inicia el lugar donde están los edificios del Supremo Tribunal de Justicia y el Poder Ejecutivo, en el cruce de la 16 de Septiembre e Insurgentes. 

"¡Arriba el Jefe de Jefes!", grita uno de los hombres, a unos metros donde minutos antes se encabezara un acto oficial deportivo, por parte del Secretario de Gobierno, en representación del Gobernador Mario López Valdez, quien esta mañana asistiera a la Catedral, símbolo de los católicos de Culiacán, para atestiguar los destrozos de imágenes religiosas, hecho histórico que ha sacudido a la ciudad. "Culiacán ahora sí va a arder", comenta otra seguidora de Malverde, al referirse a ese incidente.


Ni la Diócesis vio a "Miguel"

Nada compensa la alegría de los seguidores de Malverde este día. Por fin, se jactan, un "cura católico" ha oficiado misa y rociado con "agua bendita" a todos. "Sentí mucho gusto, porque ya era hora que se le reconociera a otro nivel", dice Patricia Mancillas, quien desde hace 10 años se traslada desde Querétaro a Culiacán, para colmar de agradecimientos al "santo", que "no es para los narcos, sino para todo el pueblo". 

Iba a perder su casa y Malverde lo "impidió". "Vine, le robé una piedrita y le dije que no se la regresaba, hasta que me ayudara", nos cuenta, recreando la tradición de que basta llevarse una piedra de la "capilla", que es devuelta a su lugar en cuanto el milagro se cumpla. Unos mil tamales, frijoles y sopa fría, listos para servirse, al final de la "procesión", que ha llegado a su fin. De la Ford Lobo blanca baja Jesús González, quien anuncia el reparto de despensas, abanicos, ropa, comida, para la gente pobre, que espera, sin impacientarse. Pero la fiesta no termina ahí. Este 3 de Mayo es todo para Malverde. Desde el primer minuto de la madrugada, en que arriban a la capilla lo mismo gente de Guatemala, Colombia y Estados Unidos, por momentos breves entre sombras de la madrugada, hasta mexicanos de diversos rincones del País. "Unas 3 mil gentes van a venir", calcula Jesús, quien confiesa haber invertido entre 250 mil y 300 mil pesos, provenientes de las "limosnas", para festejar al "santo", que 103 años después, ha tenido su "misa". 

Que la Iglesia católica no lo reconozca, es un dato secundario. Pero no el que uno sus "representantes", "reten" al clero. Aunque para Jesús González no hay tal desafío. 

"El 'padre' no está desafiando a nadie, porque (Malverde) le hizo un milagro. Y aquí en la capilla tenemos a Dios, a la virgen de Guadalupe, a San Judas Tadeo; he metido a todos los santos, san Charbel, a San Cipriano. Es algo de fe", dice. Cientos de "fieles" esperan les sirvan la comida, para luego ponerse a bailar. Entre ellos ya no se ve al "padre Miguel", quien había dicho que iría a la "procesión". Pero nadie lo vio. Tampoco en la Diócesis de Culiacán, donde por reglas internas deben dar aviso los sacerdotes foráneos que den homilía, saben nada de él... Y hasta ponen en duda la existencia del "cura" que hoy se le "apareció" a Jesús Malverde.