El día que se frenó la migración

14 noviembre 2015

"La crisis económica de EU y el endurecimiento de las medidas antiinmigrantes detienen el flujo hacia ese país; los gobiernos no tienen capacidad para absorber y atender a los migrantes de retorno"

Guillermo Gallardo

Primera de dos partes

CULIACÁN.- De pronto la emigración a Estados Unidos frenó e inició un fenómeno inédito de reversa: la migración cero, es decir, cuando se empareja el número de mexicanos que se van con los que se regresan.

Esta situación se debe, según analistas, a la crisis económica de la Unión Americana a partir de 2007, al aumento de deportaciones, al creciente peligro en las rutas de migrantes y al incremento de la seguridad fronteriza. A esto hay que agregarle el endurecimiento de las leyes antiinmigrantes y probablemente al declive en la tasa de natalidad en México.

El problema estriba en que el País, y en especial Sinaloa, no están preparados para recibir a los migrantes de retorno, lo cual puede llegar a convertirse en un conflicto social.

De acuerdo con un informe del Centro Hispano Pew, organización independiente con sede en Washington, dado a conocer en abril de 2012, la migración ha llegado a un punto "muerto", es decir, se ha detenido, e incluso, expresa que podría llegar a invertirse.

El panorama para 2013 no es muy halagüeño ya que el Presidente estadounidense Barack Obama anunció un recorte de 85 mil millones de dólares al presupuesto, lo que repercutirá negativamente en el empleo.

Se empareja migración neta

El análisis del Centro Hispano Pew, basado en diferentes fuentes de los gobiernos mexicano y de EU, revela que en el periodo de 2005 a 2010, cerca de 1.4 millones de mexicanos emigraron a Estados Unidos, mientras que una cifra similar, junto con sus hijos, se regresaron, es decir, la migración neta se posicionó en cero. Esto, contrario al quinquenio anterior (1995- 2000), cuando alrededor de 3 millones de mexicanos se fueron a EU y menos de 700 mil retornaron de la Unión Americana.

"Esta fuerte tendencia a la baja del flujo migratorio neto ha llevado a la primera disminución significativa del número de inmigrantes no autorizados mexicanos que viven en EU en al menos dos décadas", expresa el informe. 

De acuerdo con las cifras, en 2007 había 7 millones de indocumentados en EU, mientras que para 2011 disminuyeron a 6.1 millones, aunque en el mismo periodo los mexicanos autorizados aumentaron levemente de 5.6 millones a 5.8 millones a 2011.

Un análisis del Servicio de Estudios Económicos del grupo BBVA señala que la migración mexicana a EU no ha aumentado desde 2008 por diferentes factores, dos de ellos los más importantes: De 2007 a 2009 por la crisis económica y de 2010 a 2011 por el "efecto Arizona"que comprenden leyes antiinmigrantes en al menos cinco estados. "Es un fenómeno reciente que ha cobrado importancia y Sinaloa tiene el reto de cómo y qué políticas públicas va a tomar para recibir y dar atención a esos migrantes de retorno que representan el 2.3 por ciento de los que se están regresando a nivel nacional", afirma la especialista y doctora en ciencias sociales, Érika Montoya Zavala.

Fenómeno inédito Para el especialista en migración y director de la Facultad de Estudios Internacionales y Políticas Públicas de la UAS, Guillermo Ibarra Escobar, este fenómeno es muy grave e inédito porque ahora no hay oportunidades para que los mexicanos emigren a EU y los que se regresan no tienen opciones aquí. 

"Se está juntando una doble problemática que es inédita porque habían existido en otras épocas deportaciones o crisis económicas, pero seguía el flujo migratorio; ahora, la persona que regresa por problemas económicos está imposibilitada para regresar a EU y al no haber aquí oportunidades para ella estamos ante un drama social desconocido", afirma.

Repercute en las remesas

Las remesas juegan un papel muy importante para la economía porque de ahí subsisten cerca de un millón de familias, además de representar cerca del 2 por ciento del PIB, es decir, lo equivalente a la riqueza que genera Sinaloa

Al igual que la migración, y en respuesta a ello, la entrada de remesas al País empezó a declinar a partir de 2008. Mient ra s que en 2007, el año más alto, se recibieron, según el Banco de México, 26 mil 76 millones de dólares, en 2012 cayó a 22 mil 445 millones de dólares.

En Sinaloa las remesas representaron en 2007 poco más de 500 mi l lones de dólares, mientras que en 2012 fueron cerca de 448 millones, es decir casi 5 mil 500 millones de pesos, cifra similar a la inversión pública estatal directa.

Este fenómeno de la migración de retorno persiste, con los problemas que implica para México y Sinaloa, mientras que los investigadores en la materia aún no saben cuándo se va a revertir, por lo que las autoridades deben tomar medidas para atender sus necesidades.


'No somos ni de aquí ni de allá'

Alejandro de Jesús Beltrán Aguirre fue llevado por sus padres a Estados Unidos cuando tenía 3 años de edad. La crisis económica de 1995 los obligó a emigrar, luego de que su papá perdiera todo y decidiera probar suerte en Arizona. 

Así vivió 17 años en Estados Unidos, donde aprendió el idioma inglés y la cultura americana. Pero otra crisis económica, ahora en el vecino país, hizo que el joven volteara a ver a la madre patria. Quería estudiar pero no tenía los recursos económicos para pagar allá la universidad. Así que Alejandro decidió regresar a Culiacán. Ahora lleva cursados dos años en la carrera de Políticas Públicas de la Facultad de Estudios Internacionales de la UAS, de la que es presidente de la Sociedad de Alumnos. 

A partir de 2008 se vieron afectados por la crisis en la construcción, lo que disminuyó su calidad de vida. "Además de eso empezaron a implementar leyes antiinmigrantes en el estado de Arizona como la SB1070 y otras similares que nos limitaron en muchos aspectos porque no podíamos salir a las calles. Vivíamos con mucho miedo", expone. 

Los papás de Alejandro aún están en Estados Unidos y sueña con regresar allá. "Le escribí una carta al Senador McCain donde le digo que muchos jóvenes como yo fuimos obligados a regresar a un país que no conocemos, ni la cultura; el lenguaje que manejamos es pésimo porque aprendimos a hablar, más no a escribir ni a leer. No somos ni de aquí ni de allá", indica. El joven reconoce que son discriminados en su propia tierra y que es muy complicado para los que regresan adaptarse a la nueva vida. Agrega que es difícil incorporarse a una escuela o a un trabajo cuando le piden este tipo de habilidades que no tienen.